Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Mientras volvíamos a casa este puente del Pilar a una velocidad media de 120-130 kms podíamos comprobar cómo se iba formando un tremendo atasco camino de Madrid. A cien kilómetros ya había retenciones con paradas intermitentes, la A-6 estaba así en Vega de Valdetronco (a 200 kms de Madrid) y continuaba el lío hasta Urueña, unos 25 kilómetros mas allá. No me quiero ni imaginar a qué hora llegarían a sus casas los que estaban por aquí, sí que hay que tener ganas de escapar de la ciudad para meterse en un atasco semejante.

Y por fin aparece, majestuoso ante mi, el origen de este viaje. El único, el inimitable, castillo de Monterrey. Primero una foto desde un campo para mostrarlo entre el mar de vides, del que se saca la uva con que hacer vinos de la denominación de origen Monterrey como el Terra do Gargalo, ese que sigue sin ser mi favorito, siguen sin agradecerme la publicidad gratuita, pero hay que ver qué juego da a la hora de rellenar artículos.

A continuación foto estilo mío, castillo como fondo y cruceiro con cartel en primer plano para llenar la imagen. Si el extremo superior de la cruz tuviera otro color, un tono distinto al castillo o el fondo fuera diferente la foto mejoraría un montón pero qué le vamos a hacer, salió como salió (forma fina de decir «si os vale, bien. Y si no, también»).

¿Qué nos queda? Ir directos al castillo por ese caminito que se ve enfrente. Para aquellos que recorráis el mismo camino, indicaros que se puede llegar en coche hasta justo la mismísima puerta del castillo.

No sé si se habrá notado mucho, pero llevo unos días desaparecido. Primero por cuestiones laborales y este puente del Pilar porque nos fuimos a un pueblecito cerca de aquí para disfrutar de preciosos paisajes, buenas comidas y mejor compañía. Conste que una ojeada al blog eché gracias a la lentísima wifi gratuita del ayuntamiento de un pueblecito usando una PDA con la que se hace complicado leer e imposible escribir un comentario.

Han sido unos días de lo mas interesante. Mas de cuatrocientas fotos de las cuales hay muchas aprovechables, no sé qué pasa pero cada vez es mayor el porcentaje de fotos decentes aptas para poner en el blog. Avila es una preciosidad. Y me he quedado enamorado de la Sierra de Gredos, tengo claro que hemos de volver con mas tiempo para recorrerla mejor.

A la izquierda de la cueva de Lourdes que veíamos la semana pasada encontramos el convento de las Concepcionistas, creo recordar. En su fachada una pequeña puerta y nadie dentro, eché una ojeada y veo un escaparate lleno de bisutería al lado de otra puerta de entrada al convento.

No entendía qué pintaba el escaparate allí hasta que me acerqué y vaya, vaya… eso violeta es la lista de precios, lo blanco una especie de pantalla para que no se vea quien está del otro lado y la cadena sirve para poder cerrar la ventana sin tener que salir fuera.

Esto se llama hacer caja para contribuir a sostener el convento sin perder el espíritu original del lugar.

Lo malo es que pasan tan temprano y se está tan bien en la cama que me las pierdo siempre. Casi mejor, así cuando de milagro veo una me asombro mucho mas.

Unas cuántas veces he mencionado la costumbre que tenemos de meter hórreos y barcas por todas partes. Llegamos a la base de las tuberías que veíamos la semana pasada. ¿Qué es lo primero que nos encontramos? Plazoleta redonda con adoquín y barca en el centro. Todo un clásico gallego, nunca falla y siempre triunfa allá donde la ponen.

Que si, que vale, que somos un pueblo marinero y tal y cual, pero variar de cuando en cuando oxigena la mente, abre nuevas posibilidades y acrecienta la cultura del populacho entre el que me incluyo.

No importa lo lejos que vayas, no importa lo alto que subas, no importa lo inhóspito de un paraje, lo bella que sea la vista ni lo ancho que sea el valle, te asomarás y antes habrá pasado el guarro de turno que tiró ni mas ni menos que el asiento roído de un coche al medio del monte para engrandecer la vista. Siguen vigentes tradiciones como aquella del Monte Meda.

De la última visita a los Picos de Europa creo que éste es el mejor recuerdo que guardo: una buena comilona en Tresviso tras una caminata por la zona. En La Taberna, restaurante con unas magníficas vistas de la montaña. Es probable que al corderito del que salieron las patas no le hiciera la misma gracia, pero bueno, pasó a la historia y dejó un gratísimo recuerdo en todos aquellos que asistimos al final de su tránsito por este mundo.

Para quien le guste el montañismo es una localidad de lo mas pintoresco a la que se llega tras una subida espectacular desde el desfiladero de la Hermida. Podéis comprobarlo en estas fotos.

Señores de Citroen, en Vilanova dos Infantes hay un niño que se está ganando una beca para estudiar ingeniería de automóviles porque se ve que lo lleva en la sangre… venga, apurandito a por él antes de que vengan los americanos y nos lleven otra luminaria para el otro lado del charco.

Aquí tenemos un monumento al Toro de la Vega de Tordesillas, un monumento a una de las fiestas mas bárbaras y bestias de las que tengo noticias. Se suelta al toro y se le persigue con lanzas hasta matarlo para luego cortarle los testículos. Así de simple, así de bruto: disfrutar haciendo sufrir a un animal hasta la muerte. Ya cuesta aguantar el toreo, aunque dentro de lo que cabe es uno contra uno, como para entender este todos (con lanzas) contra uno. Si, es una tradición del pueblo, que ojalá desaparezca como tantas otras que lo han hecho por su crueldad.