Destino Madeira (VIII): Funchal II

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 21-11-2009

Otra foto en la que se ven muchos de los elementos representativos de Funchal: las piedras de la playa, el paseo marítimo con sus palmeras, la bandera de Madeira, chiringuitos, turistas y la catedral. Al fondo, esas nubes bajas formando una barrera de niebla para tapar el sol.


Paseo marítimo

Como ciudad tiene muchos contrastes. Lo mismo encuentras casas viejas que modernidades como ésta, mezclamos las fachadas antiguas con un edificio nuevo de cristal y a ver qué sale.


Antiguo y moderno

El patio interior del edificio del ayuntamiento ya es otro cantar, bastante mas fino y cuidado salvo por las salidas de agua de los aires acondicionados, que vertían directamente al patio formando el típico churretón oscuro de humedad por las esquinas. Tan bonito, tan cuidado, pena descuidar detalles como ese.


Patio del ayuntamiento

Y para finalizar la serie de fotos de Funchal ciudad, unas amiguitas que nos encontramos un día por la noche. Ya estábamos avisados que calor, humedad y restos de comida son el ambiente ideal de las cucarachas, pero ni nos imaginábamos que hubiera tantas ni tan gordas. Increíble caminar por alguna callejuela y ver cinco cucarachas de unos tres dedos de largo corriendo delante tuya o subiéndose a las paredes. Pena no haber llevado la cámara de verdad y tener sólo el móvil encima.


Cucaracha

Cerdos con cencerro

Escrito por: Jc | Categoría: Coruña | Publicado el: 20-11-2009

En la última visita a Espasante me llamó la atención una estatua de un cerdo con cencerro en medio del pueblo. Estos días me pregunté si sería por algo en especial y gracias al señor Google mirad qué tradición tan curiosa nos encontramos.


El cerdo Antón

Realmente un cerdo viviendo por las calles no es una novedad. En Vigo veo muchos habitualmente: el que vacía el cenicero del coche en el semáforo, la que sacude las alfombras hacia la calle, el que no recoge la caca del perro y la deja en la acera, etc.

Plaza Mayor de Tordesillas

Escrito por: Jc | Categoría: Al este | Publicado el: 20-11-2009

Esta es, como se indica, la plaza Mayor de Tordesillas. Anda que si con ese título llego a poner la Plaza Mayor de Segovia era como para darme de pedradas. Simple, sencilla, pequeña, nada que ver con otras plazas mayores de ciudades castellanas como Salamanca o Zamora. En la época en que la visité estaban de celebraciones por los 500 años de la llegada a ciudad donde fue recluida ni mas ni menos que Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos y mujer que no se sabe si recibía tal apelativo principalmente por no lavarse, por no cambiarse de ropa o porque iba acompañada del féretro de su marido. Marido que por cierto murió por beber un vaso de agua helada tras jugar un partido de pelota, para que luego digan que el deporte es sano.


Plaza Mayor de Tordesillas

A sufrir como condenados

Escrito por: Jc | Categoría: Ocio | Publicado el: 19-11-2009

Doce de la mañana, estáis sin comer, en el estómago empezáis anotar ese agujerito así que hala, a sufrir en la contemplación de este sargo al horno que me zampé hace un par de mesecitos en el restaurante «O Carreiro» de Aguiño, cerca de Ribeira, con su salsita, sus patatitas, su ensalada. No es barato pero el servicio, la calidad y el tamaño de las raciones mereció la pena. Hasta los entrantes a base de boquerones que nos regalaron también estaban de rechupete.


Sargo al horno

Mas dólmenes

Escrito por: Jc | Categoría: Pontevedra | Publicado el: 19-11-2009

Una vez visto un dolmen y leída la historia sobre su origen llega un momento en que cada vez que ves tres piedras con una de ellas encima de las otras dos, nada, es otro dolmen seguro. Pongamos como ejemplo esta agrupación de piedras que hay camino del Monte Aloya en Tuy, sin cartel ni indicaciones a su alrededor. ¿Es? ¿No es? ¿Nos ponemos a excavar a ver si hay algo enterrado debajo que nos confirme su pertenencia al grupo de los dólmenes?


Mas dólmenes

Sexo en el sexto

Escrito por: Jc | Categoría: Humor | Publicado el: 18-11-2009

Si es que hay que ver cómo discurre el personal a la hora de maquinar gamberradas. Bajaba andando por la escalera de un edificio y llamó mi atención el letrero luminoso indicador del sexto piso. Por un momento dudé si se habría caído la letra sola, pero vamos, en diez pisos caerse sólo una letra y justo la que hace la monería va a ser mucha casualidad.


Sexo en el sexto

Entre el cartelito de sexo, visitar Braga y el culo de la foto del otro día, ya sólo me falta hablar de minifaldas en algún lado y Google acabará redirigiendo aquí a los mil millones de calentorros del mundo mundial.

La campana del castillo

Escrito por: Jc | Categoría: Orense | Publicado el: 18-11-2009

Obsérvense tres cosas en esta imagen, una es esa especie de triángulo dentro del cual se halla la escalera a través de la cual se accede a la terraza del torreón del castillo de Monterrey. En su punta mas alta mas o menos tendrá la altura de una persona, aproximadamente un metro y setecientos setenta y siete milímetros que viene siendo la media del españolito típico, así lo hemos constatado tras hacer una medición de mil personas tomadas al azar, descartar los cien resultados superiores e inferiores y extrapolar los datos con una fórmula llena de logaritmos neperianos que por mucho que lo intente no seré capaz de repetir otra vez en mi vida. Constatada la altura de la escalera, deducimos mas o menos las generosas dimensiones de la campana, cuestión tampoco excesivamente complicada dado que siendo maciza, costando una pasta y no hallándose anclada, atada o encadenada, de tener menor peso nunca faltaría quien viniera con la fregoneta a llevársela una noche con intenciones de venderla como chatarra, que la carne es débil, la crisis grande y a fin de mes todas las ayuditas suman. Por último, vistas las dimensiones de escalera y campana, fijaros bien en la altura de la barandilla de piedra situada en el extremo mas alejado del fotógrafo porque su altura malamente llegaba a los ochenta centímetros para pánico y horror de aquellos con vértigo, conjunto entre los cuales no me encuentro gracias a dios o iba a pasarlo muy mal dada mi desmedida afición a subirme a las alturas.


La campana del castillo

Ermita en Monforte

Escrito por: Jc | Categoría: Lugo | Publicado el: 17-11-2009

Cuando subes hacia el Monasterio de San Vicente aparece a mano izquierda, en una pared de la colina sobre la que está el monasterio, ésta pequeña capilla que me llamó la atención precisamente por la sensación de haber aprovechado una piedra en una esquinita para meterla y allí quedó. De momento tiene menos éxito que la de Lourdes, pero no descartamos que en un futuro pueda mejorar.


Ermita en Monforte

A solas en el mar

Escrito por: Jc | Categoría: Coruña | Publicado el: 16-11-2009

Al sur de Cee o al este de Finisterre se pueden ver dos pequeños puntos de interés en medio del mar. Uno es un pequeño faro rojo, otro un faro de forma y tamaño similar al de Finisterre con su edificación de color blanco. No sé si estará habitada o no, no sé si habrá farero, de haberlo tiene su mérito residir aquí aunque sólo sea una temporada y prefiero ni imaginarme lo que puede ser vivir un temporal desde este faro dando casi a mar abierto porque se me ponen los dientes largos, muy largos.


Un faro solito en el mar

Mis amigos los radares

Escrito por: Jc | Categoría: Varios | Publicado el: 15-11-2009

Esa caja blanca que veis a la derecha no es una lavadora abandonada al lado de la carretera, es un radar fijo. De un tiempo acá se han reproducido como setas por todos lados de forma que hasta da repelús lo de hacer kilómetros y mas kilómetros por el mundo adelante. Es prácticamente imposible no despistarte en algún tramo, no fijarte en alguna señal de limitación de velocidad y si tienes la mala suerte de tener un radar cerca, ya has hecho el mes, no sólo por la multa sino por los puntos que te puedan retirar. Lo peor de todo es verlos en sitios donde no hay el menor peligro y en cambio delante de curvas verdaderamente problemáticas, ná de ná. Dicen que no son para recaudar, que va… y por el mar corren las liebres, por el monte corren las sardinas, tralará.


Radar en la AP-9

De momento no me quejo, una sola multa de cinco mil pelas en seiscientos mil kilómetros recorridos. Toquemos madera y que siga así.

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