Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Antes de navidad nos encontramos de la noche a la mañana la ciudad de Vigo llena de pintadas sin mas mensaje que un número: 26945. Pero no dos, tres o cuatro pintadas, las hay a docenas. Esto sólo es parte de las que vi en un recorrido de un kilómetro entre la calle del Príncipe y el centro comercial A Laxe. Se descarta que sea la fecha 26-9-45 al ver alguna con punto entre el seis y el nueve, así que me imagino será sólamente una cifra. ¿Qué significará? ¿El número de pintadas que tiene que hacer para batir el récord Guiness? ¿El número de cervezas que tomaron antes de tener semejante idea?

Anda que si era su número en la lotería de navidad, no ha pillado ni el reintegro.

Una vez vistos unos hórreos, vistos todos. Y una vez fotografiados unos hórreos, a ver qué hacemos para que las siguientes fotos sean algo distintas de la vista frontal, la vista lateral y una vista de las tablas en que se distinga el contenido. ¿Desde arriba? ¿Desde dentro? ¿Desde abajo en contrapicado a ver si por lo menos el ángulo hace algo mas interesante la imagen?

Mejor ni preguntárselo. Para quien le interese, la papelera estaba en la parte de atrás del monasterio de Celanova. Tengo que reconocer que me gustan estas cosas, la transformación de lo cotidiano en singular sin destrozos por medio. Habrá quien lo considere una pintada de mal gusto, pero se agradece todo aquello que me hace darle vueltas a las neuronas (aunque sea para pensar maldades).

Está en el casco viejo de Lugo y ni moderna, ni nada que se le parezca, mas bien hecha polvo y hasta creo que abandonada. Supongo que se habrán trasladado a otro local mejor, porque (con lo que ganan) aún estoy por ver la primera farmacia que quiebre.

A quien le guste ver la tele, avisarle que tan solo quedan unos tres meses para que la televisión analógica (la de toda la vida) deje de emitir para ser sustituida por la TDT (la de los cuadraditos). Si quieres ver algo mas que los veintipocos canales de la TDT siempre puedes comprarte una parabólica. Esta, por ejemplo, con ese nombre debe captar hasta los canales que emiten desde el infierno.

Tranquilamente, ante la original balaustrada de las playas de Orzán y Riazor. Seguro que de estar ahí en mayo de 2009, en vez de verlo tan tranquilo estaría corriendo a toda mecha en el mas puro estilo sálvese quien pueda. Si no sabéis porqué, echad una ojeada a este espectacular vídeo porque merece la pena. Aquí tenéis también un relato de la faena, de veras impresionante. Y es que cuando el mar se cabrea, se cabrea de verdad.

Recuerdo que tenía una serie llamada «Todo hueco es papelera» de la que hace tiempo no publicaba nada y, francamente, no será por falta de fotos. Como decía ayer, cualquier mañana tras una noche de marcha con sólo llevar el móvil me sobran los ejemplos.

Hala, ahí va, para que recordéis cómo es un día de sol con un precioso cielo azul lleno de nubes, porque llevamos una temporada de lluvia, temporales, cielos encapotados y tormentas que yo casi ni me acuerdo cómo era la sensación del sol en la cara. Sacada desde un mirador en lo alto de un monte que hay en la carretera que une O Rosal con Bayona, que se ve abajo a la izquierda con las Islas Cies justo enfrente.

Nunca mejor dicho, aunque sea en plan metafórico. Porque los viernes por la mañana en Vigo no sólo encuentras vasos y restos de la fiesta de la noche anterior, también te puedes encontrar una televisión delante de un paso de cebra supongo que esperando a cruzar la calle.

Actualización: añado ésta segunda foto en que se ve mucho mas claramente la posición de la tele, la tenía también preparada para publicar y no sé porqué no había salido.

Recientemente hubo una segunda visita al restaurante Zé María de Valença do Minho. La primera ya fue descrita aquí mismo y podría ser calificada de impresionante. Esta segunda visita no se ha quedado atrás. Menú: primero entrantes, luego bacalao para la parienta y posta de novilho (solomillo) para mi. Esto que véis era media ración de bacalao.

El solomillo eran cuatro trozos grandes de carne en una teja caliente, junto con un cuenco de arroz, una fuente de patatas panadera y otra de ensalada. Aparte traen una salsa picante que no es que sea picante, es que podría ser de destrucción masiva. Mirad qué cosas hay en medio de la salsa:

Como a mi me gusta la mezclé con la carne y el arroz, madrecita mía, me ardía la boca. Venga a beber Mateus para que me dejara de picar, menuda forma más tonta de pillar una moña. Finalizamos como está mandado, con postre, cafés, y a caminar un buen rato por el pueblo se ha dicho, que si me paran ahora y me hacen un control de alcoholemia entre el Mateus y los efluvios de la salsa asesina le reviento todos los sensores al alcoholímetro.