Viva el culto al estómago

Escrito por: Jc | Categoría: Coruña, Ocio | Publicado el: 17-02-2010

Y llegó la entrada posterior a la que hacía referencia en la entrada anterior tras haber dejado algunas entradas por el medio. Visita a Santiago para ver la Puerta Santa, el Hostal de los Reyes Católicos, mil y una calles, todo como excusa para hacerle una visita al San Clemente y dar rienda suelta a la gula acumulada. Pero se ve que como en vez de entrar por la Puerta Santa la usé para salir, hacer las cosas al revés tiene su castigo y me encontré el restaurante cerrado por vacaciones. Porca miseria, ¿a ver si esto va a ser efecto del gato negro que me crucé hace un año? ¿Y ahora qué hago? Recuerdo que cerca de la Casa de la Troya había uno llamado los sobrinos del padre del buen pulpo o algo así. Allá nos vamos. Unos metros antes la pituitaria emite una señal de parada inmediata porque algo ha detectado. Nos hallamos justo delante de un establecimiento de comidas llamado «Bierzo enxebre«. Tres puntos rojos de la Guia Michelín en el cristal. Una foto de las Médulas en el interior. Las nubes se abren y un rayo de sol ilumina la puerta del local. Esto es una señal, una revelación, hay que verlo, catarlo y disfrutarlo. Allá vamos y que sea lo que dios quiera.


Casa Bierzo Enxebre

Primera impresión, chica rubia impecablemente vestida de negro nos indica que hay sitio y nos sitúa a los dos en una mesa para cuatro. Digo los dos porque también venía la parienta, si hubiera ido yo solo no me habría complicado tanto y comería en cualquier cadena murtinasioná de comida rápida. El problema es que a ella su madre debería haberla llamado Joquefina, porque la carne de rata a la plancha con queso de plástico en medio de un trozo de pan minúsculo no le va mucho así que hay que buscar un sitio más acorde a su glamour y condición. Y éste lo era, decoraban las paredes sendas fotos de Corelia y Maruxa, la alegre parejita de Santiago. Es curioso, pero estas fotos las he visto a la venta en varias tiendas de recuerdos. Como ésto siga así, el apóstol Santiago va a tener competencia por el liderazgo turístico de la ciudad. De las obras que se exponen en el CGAC ni he visto fotos a la venta, ni postales, ni se espera tal acontecimiento. Es el triste sino del pueblo llano, preferir hechos entrañables y personajes cercanos antes que la «kultura» y el «harte».


Corelia y Maruxa

Dejándonos de leria (dícese de la conversación amigable sobre cosas sin importancia), una vez sentados a la mesa fuimos impecablemente atendidos por una simpática y amable camarera con problemas de memoria y disposición visual, es decir, de las que su empeño y atención al cliente se ve empañado por ser fácilmente olvidadiza en lo que se le pedía y escasamente dada a levantar la vista para ver si algún cliente quiere pedir algo, ese mal que tanto aqueja al personal hostelero. Aún así, la impresión final de su servicio en lo que a trato se refiere fue altamente positiva. Volviendo a los hechos que nos preocupan, como primer plato pedimos caldo gallego. No se dejen ustedes llevar por lo turbio de su aspecto como si de una sopa de ciénaga se tratara. Tras medio día pasando frío, una taza calentita con sus habas, su repollo, su patatita, es que entró de película preparando el estómago para los asaltos siguientes.


Caldo Gallego

¿Qué vino luego? Pulpo, Botillo del bierzo acompañado por Ribera del duero (lo siento, los vinos gallegos no me acaban de entrar para comidas abundantes), postres, cafés de pota con su botellita de aguardiente blanca de acompañamiento y la copita con licor de guindas. Madresita, madresita, estábamos que reventábamos. Cuarenta euros en total ponía la nota pedida tres veces a la señorita camarera de frágil memoria. Gracias a quien corresponda haber puesto éste local en mi camino porque ha merecido la pena. Y ahora, a caminar diez kilómetros Santiago arriba y Santiago abajo para bajar todo lo que le hemos metido al cuerpo.


Café y licores

Iglesia de San Pedro en A Mezquita

Escrito por: Jc | Categoría: Orense | Publicado el: 17-02-2010

En otra de esas excursiones que empiezas en un punto para acabar sabe dios dónde, el devenir de los kilómetros nos llevó a encontrarnos con esta iglesia en A Mezquita, Orense, que sin saberlo ni imaginarlo es monumento nacional desde 1931 y por lo visto tiene mas años que carracuca, viene a ser del año mil o mil y poquitos. Hay que reconocer que para lo pequeñito que es A Merca y lo avejentado que vimos el pueblo, tiene una web resultona y práctica donde podéis ver mas información de la iglesia en el apartado dedicado a cultura, turismo y monumentos.


Iglesia en A Mezquita

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