Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Otro lugar ideal para la típica excursión dominguera es Celanova, al sur de Orense. Llegas pronto, tiene unas cuantas cosas que ver en la ciudad y otras pocas en los alrededores. Lo mas importante del pueblo es el monasterio de San Salvador y la Plaza Mayor justo frente a él donde te sientas en cualquier terraza a tomar un café después de comer y te olvidas del mundo. El monasterio es la parte izquierda del edificio, la parte derecha es el ayuntamiento y por esa puerta grande a la derecha está la policía local y el claustro del monasterio. Entramos y lo primero que apareció fue un coche de la policía aparcado dentro. Lo segundo fue un claustro bastante abandonado, tristón, con latas y bolsas de plástico tiradas donde debería haber un jardín. A veces creo que no acabamos de entender el concepto «poner en valor», eso de mejorar todo para que todo mejore.

Por si os interesa, tienen una web bastante apañada donde obtener más información.

En Galicia, en cuanto te alejas un poco de la ciudad resulta de lo mas común encontrarte hórreos por todos lados. Su misión original era el almacenaje de comestibles en lugar fresco y fuera del alcance de los simpáticos ratoncillos comedores de jamón. Fijaros ese círculo de piedra entre la pata y el cuerpo del hórreo, está pensado para evitar que ratas y ratones puedan sobrepasarlo. La situación mas común para un hórreo es ésta, en medio de la finca lo que permite acceder a su interior cuando le apetezca a su dueño a la vez que asegura el contenido frente a los amigos de lo ajeno.

Si embargo los hay que quedaron semiabandonados en tierra de nadie y ahora adornan en medio del campo de grelos.

Otros ejercen de adosados no se sabe muy bien si del terreno, de la casa grande o de la casa de enfrente.

Y por último tenemos un modelo espectacular, el hórreo gallego a más no poder. No hace falta ni explicar porqué.

Sarria está lleno de albergues para peregrinos. Cuando escucho la palabra «albergue» lo primero que me viene a la cabeza es barracones, literas apiñadas y duchas colectivas, algo como la mili. En este caso no es así, ya véis el magnífico aspecto por fuera y por dentro es similar. Nuevecito, buenos precios para peregrinos (se duerme por 10€), menú diario, masajes para pies doloridos, buen trato, un sitio para recomendar.

Si queréis ver fotos del interior podéis echar una ojeada aquí.

Una de las cosas que sí hay que reconocer del Xynthya es que agua trajo un rato. Así el Miño venía como venía. ¿Veis las barcas? Normalmente están metro y medio mas abajo y ahora por los pelos el río no alcanza el nivel de la carretera.

Claro que peor están en Orense, con todas las termas a la orilla del río completamente inundadas…

Aunque parezca que la entrada va a ir sobre comida para tortura de estómagos a media mañana, tranquilos, que va sobre rotondas. Un día de esos que milagrosamente no llovía, porque llevamos tres o cuatro meses que casi no recordamos cómo es la luz del sol, aproveché para irme al mediodía hasta Moaña, un pueblito al otro lado de la ría de Vigo. Menudo cambio ha pegado el pueblo marinero que recordaba como una travesía sin el menor interés. Mucho mas bonito, mas cuidado, un paseo marítimo y sobre todo un montón de estatuas. Incluso un par de rotondas de las cuales destacaba sobremanera ésta con sus calamarcitos nadando alegremente sobre el remolino un agua representado por los tubos de metal.

Visto desde la proximidad, cada calamar tenía un par de redondeles en su parte superior…

Que aún más cerca, resultan ser hélices. Los primeros calamares con propulsión mecánica que he visto. Seguiremos pronto con más rotondas, seguiremos pronto con más fotos de Moaña porque merece la pena.

Normalmente es costumbre que los novios una vez acabada la ceremonia vayan a sacarse unas fotos a un sitio destacado, un parque, una playa, algún monumento… en Coruña vimos acercarse a una pareja en un Seat 1500 de los Alcántara en «Cuéntame», con chófer y fotógrafo, pararse en el parking del mirador de San Pedro y venga fotos junto a esas ruinas que hay allí. Me quedé asombradísimo, anda que no habrán sitios mas bonitos, pero bueno, si ellos le tienen cariño a las ruinas qué le vamos a hacer. Siempre saldrán mejor que otras que yo me sé.