Miradores espontáneos

Escrito por: Jc | Categoría: Humor, Pontevedra | Publicado el: 12-09-2010

Vigo es una ciudad llena de miradores, ya sea El Castro, La Guia, el Monte Alba o incluso miradores espontáneos que aparecen sabe dios cómo y desaparecen dios sabe cómo. Como una imagen vale mas que mil palabras, veamos un ejemplo en el que se puede contemplar el mar desde lo alto, pero no contemplar el mar de cualquier forma, sino sentado en un cómodo sillón de skay (o como se llame ese material asquerosillo para los sillones que nunca debería haberse inventado).


Mirador espontáneo

Obsérvese como unimos los conceptos altura, sillón y vistas al mar para completar un mirador de los buenos de verdad.


Mirador espontáneo

Y por último, foto lateral en la que podemos apreciar las dimensiones y amplitud del mirador, con sitio suficiente para estirar los pies por muy largo que usted sea. Una maravilla, oiga. Si lo ve el alcalde, con lo que le gusta salir en las fotos seguro que lo viene a inaugurar.


Mirador espontáneo

El incunable

Escrito por: Jc | Categoría: Varios | Publicado el: 12-09-2010

Aunque yo soy poco de las cosas de creer, ello no quita que allá donde vaya me meta en catedrales, monasterios y demás construcciones eclesiales porque suelen tener bastante que ver, si no es subiendo a las alturas también puede ser en las bajuras. Como en Salamanca, que de exposición tenían un pedazo libro que por la pinta si no era un incunable poco le debía faltar.


El incunable

Recientemente pasé por Briones, en la Rioja, y allí deben regalarlos con los botes de colacao porque había otros cuántos más. Este se puede ver con un atrezzo como dios manda a base de muebles, cuadros y dorados, y debe pesar un montón de kilos a juzgar por el refuerzo que le han tenido que meter a la mesa en pleno centro. Aunque parezca que un servidor tiene acceso a salas así de finas, reconozcamos que entre el libro y yo mediaba una señora verja que pudimos sortear en la imagen a base de meter la cámara entre los barrotes. Y no es que de mi no se fien a la hora de mostrar las salas de valor, que con esta cara de santo querubín cualquiera comprende que soy totalmente incapaz (o casi) de cualquier maldad, es que claro, si me dejan pasar a mi seguro que luego viene con las mismas intenciones gente de mucho menos fiar y no es plan.


El incunable en su sala

Por último, a la hora de ensayar el coro de la iglesia tiene las partituras en el mismo formato. Allá nos colamos por una puerta que llevaba al órgano, que en eso de colarse a mirar todo es intentarlo y si nos quieren echar, ya nos echarán aunque con esta cara de buena persona no suele pasar. Escuchamos un rato sus gorgoritos, saqué foto al órgano y luego a la partitura, de modo que hubiera huella incontestable para la posteridad, que por mucha cara de buena persona seguro que algún negra sombra habrá que no me crea si no lo ve.


El incunable en su sala

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