Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Oficialmente, y según el libro Guiness de los récords, es ésta con su metro y medio de anchura, aunque las hay que le hacen buena competencia. Está en la calle Huertas, que viene siendo un callejón tampoco excesivamente ancho y cuando la vi me llevé una decepción porque es una casa estrecha metida en un callejón estrecho y nada mas. Ni un cartel, ni una placa, ni ná de ná.

Por si fuera poco, se aprecia cómo la parte superior está algo torcida a la derecha, probablemente porque la pared a ese lado está bastante hecha polvo. Como no tengan un poco de cuidado, a este paso va a ser la ruina mas estrecha del mundo.

En la parte de atrás de la calle principal de Becerreá se encuentra una casa de construcción típicamente lucense, los mástiles y banderitas frente a la puerta nos hacen saber que estamos frente a un edificio oficial.

Efectivamente, se trata de la Casa de justicia, o lo que es lo mismo, los juzgados.

Sin embargo, habiendo aparcado en la parte de atrás nada mas ver el edificio ya me imaginé que serían los juzgados. ¿Porqué? Véanlo ustedes mismos… por su sistema de archivado único e inimitable. Nada mal para ser 2010.

Probablemente mucha gente no lo sepa, pero Galicia tiene una zona de especial actividad sísmica conocida por ese nombre situada al sureste de la provincia de Lugo entre Becerreá, Triacastela y As Nogais. Allí los pequeños terremotos son algo frecuente e incluso hubo uno en 1.997 que alcanzó los 5,1 grados en la escala Richter con el resultado de daños materiales y un muerto por infarto. Este terremoto se notó perfectamente en Vigo, recuerdo que era de noche, estaba a punto de acostarme y de pronto todo empezó a temblar. Fue una sensación extrañísima, el mundo se movía y yo no, sentías el remeneo y no podías hacer nada. Recuerdo haber leído que había causado daños en la iglesia de Becerreá, de modo que al pasar por allí paré a sacarle fotos y buscar algún vestigio de aquellos hechos.

Todo lo mas que encontré fue unas grieta en la parte delantera, aunque no pude distinguir si eran obra del desastre natural o del desastre de construcción que se suele hacer hoy en día.

En Monforte, concretamente en el barrio de Carud o Carude según quien te lo diga, hay una pequeña iglesia llamada la ermita de San Lázaro. Es ésta que véis, como se puede imaginar el suelo ha sido renovado y el tejadillo de delante, también. Lo curioso del tema es que era una iglesia refugio como indica la inscripción en el arco de la puerta. Se suponía que si alguien era perseguido por la justicia y llegaba hasta la capilla, metiendo los brazos en los agujeros de la puerta de la iglesia quedaba libre de toda culpa.

Me imagino que tal norma está derogada, de otra forma la cola de gente a la espera de meter las manos en estos agujeros llegaría hasta Orense y deberían habilitar un parking para coches oficiales en el campo de al lado.

Y ya puestos, si necesito poner un cartel ¿dónde va a estar mejor que en un monumento histórico?

No es como la Plaza de España en Sevilla, pero bueno, para montar una fiesta en carnavales y «jastar pista» puede valer. Anda que si mi suegra se entera que anduve por sus dominios luciendo feliz y orgulloso al lado de su hija para que nos vean y disfruten todos los monfortinos me le puede dar un pasmo, pero qué le vamos a hacer, Monforte no tiene reservado el derecho de admisión así que fuimos alguna vez, seguiremos yendo unas cuántas más y que le aproveche. Es más, hasta nos estamos pensando lo de ir a las fiestas de agosto…

Como cambian las cosas dependiendo del punto de vista. Llegados a Palas de Rey, según nos pongamos en un sitio u otro las cosas pueden pasar de ver una superpérgola gigante de madera que cubre la plaza, o bien echar una ojeada al otro lado y ver en cambio algo tan nuestro como es el terracita, mesitas, cañita, al airecito y a vivir la vida. En realidad no era del todo viva la vida, bien ganado se lo merecían porque son peregrinos que hacen el camino de Santiago y estaban descansando un rato. Mucho peregrino vimos ese día por la zona, y mucha gente de fuera de España. No me quiero ni imaginar ir ahora, que es año Xacobeo.

Al hablar de casas rurales probablemente a todos nos viene a la cabeza una casona restaurada, grandes salones con chimenea, habitaciones decoradas al estilo antiguo y desayunos pantagruélicos. Esas son las modernas, las de siempre son casas como ésta, casas en el campo, casas aisladas, construidas hace años que han sufrido alguna reformilla para resarcirse del paso del tiempo pero se siguen viendo antiguas. Cuántas de éstas o incluso peores veo cada vez que me pego una excursión dejándome llevar por los caminos según van apareciendo, especialmente por la zona de Lugo o el interior de Orense.

Bonito accesorio decorativo el visto por tierras lucenses, engrandece cualquier portal, nos identifica como amigo de los animales, hace sonreir a los niños y ayuda a que la gente se oriente o le indique el camino a los demás, cuando llegues a la casa del zorro giras a la derecha y sigues recto… tengo que buscarme uno de estos para seguir alimentando mi vena kitsch, que la tengo algo olvidada últimamente.

Estampa fácilmente visible en muchos lugares de Lugo durante el invierno, no es nada complicado salir con la carretilla, darse un paseo por un bosque y volver así, cargadito de castañas para comer, asar, cocer, dar, tomar y regalar. Bueno, Lugo y provincias vecinas, que nunca tanta castaña junta vi como la vez que anduvimos cerca de Oencia, gente del pueblo recogiendo sacos y sacos para vender. Hale, a ponerse morado y cuidado con las castañas cocidas que menudos gases dan.

Sarria está lleno de albergues para peregrinos. Cuando escucho la palabra «albergue» lo primero que me viene a la cabeza es barracones, literas apiñadas y duchas colectivas, algo como la mili. En este caso no es así, ya véis el magnífico aspecto por fuera y por dentro es similar. Nuevecito, buenos precios para peregrinos (se duerme por 10€), menú diario, masajes para pies doloridos, buen trato, un sitio para recomendar.

Si queréis ver fotos del interior podéis echar una ojeada aquí.