Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Mira tú dónde andaba yo hace un año, viendo a ratos los alaridos de Pitingo y a ratos las actuaciones en la plaza de María Pita coruñesa, actuaciones tan curiosas como las de este grupo que sin llegar a los camiones-escenario de las grandes orquestas, iban acompañados de un chimpín agrícola adaptado con sus altavoces y su plataforma para el teclista y el batería. Menudo sonido, menuda fiesta, a cantar, a bailar y qué bien lo pasaba todo el personal alrededor.

Previsión meteorológica para el sábado: sol y mucho calor. Previsión posicional para el sábado: por aquí, o similares.

Previsión meteorológica para el domingo: sol y mucho calor. Previsión posicional para el domingo: por acá, o similares.

Previsión neuronal para ambos días: cero patatero absoluto. No se esperen ustedes obras maestras del blogerío mundial que eleven el listón para los premios Nóbel de literatura venideros. Seguimos con mucho sol, mucho calor, actividad neuronal limitada a tareas de nivel básico tal que sumar el número de cañas de cerveza que hay que pedir y descanso para la cámara hasta el otoño.

El Bar Plaza lo tenemos en una esquina de la plaza mayor de Ribadavia. De aspecto exterior es el típico bar con pinta de mesón, náda espectacular:

Fijándonos en la carta, tampoco hay platos espectaculares, llamativos, modernos o diferentes.

Sin embargo, las veces que he comido allí he salido encantado. De la última visita recuerdo un filete de ternera que estaba de película, el dueño mucho nos insistía si queríamos pimientos de Arnoia (pimientos verdes grandotes asados) y ya por cansancio acabé diciéndole que vale, que los trajera. Madre mía, se me caían las lágrimas de buenos que estaban. Resumiendo: comida casera, rica y bastante barata.

Nota: los republicanos y antimonárquicos ya se pueden ir, que la entrada va de otro tema. Muy contento estaba en cada visita a Vilanova de Arosa, me iba a comer hasta «A nova cova» y por cuatro duros salía con el buche lleno. Cantidad, calidad y precio, ¿qué mas le puedes pedir a un restaurante? Por desgracia, la penúltima vez que me dejé caer por allí estaba cerrado, un cartel indicaba problemas con una salida de gases y que reabrirían en cuánto pudieran. La última visita confirmó mis peores presagios, a juzgar por el cartel de «Se Traspasa» indicativo de una escasa vocación de continuidad. Claro que donde Dios cierra una puerta, abre una ventana. Probamos a comer en el «Mesón o Timón» uno que también queda en el puerto muy cerquita del anterior, y el resultado fue más que satisfactorio. En plan tapas, ricas, abundantes y nada caras. Cuando quiera ir de picoteo por esa zona ya tengo otro fijo para visitar.

Hoy es el gran día, hoy es la final del mundial entre Holanda y España que va a paralizar todo el país a partir de las ocho y media. No sé quien ganará, es más no sé incluso si veré el partido, si estaré en la playa o sacando fotos por el mundo adelante, al final esto no deja de ser un juego y cualquiera de los dos equipos ha hecho méritos suficientes para volverse bien orgulloso de Sudáfrica. Claro que primero sólo hay uno y del segundo la gente se olvidará antes incluso que del pulpo Paul…

Estos días deben haber sido bastante tristes para esos intolerantes que viven intentando sacar unos réditos miserables de sembrar el odio a todo lo español. Me imagino lo escocidos que deben andar viendo cómo la gente salía sin complejos a la calle vestidos con la camiseta de la selección, colgaba la bandera de sus balcones y se juntaban por cientos para disfrutar los partidos en las pantallas gigantes que pusieron por todos lados. A ver si aprenden que pese a sus paranoias identitarias y pajas mentales, la inmensa mayoría de los gallegos también se sienten españoles y estamos muy orgullosos de serlo. El que no se lo crea, que salga a la calle a las ocho y media con los ojos bien abiertos y deje de engañarse.

Aprovechando que en Pamplona están de San Fermín, comentaros que en pleno centro de Vigo hay un pequeño restaurante correspondiente a una franquicia especializada en cocina navarra. Se llama «El Rincón de Gurpegui», está al ladito del Marco y raro es el mes que no como dos o tres veces allí, tanto de carta como de menú variado cada día con cuatro o cinco primeros a escoger, otros tantos segundos y postres variados. David, el camarero, es todo amabilidad y además de la comida tienen una especie de vino dulce llamado Zurracapote que es una perdición. Estilo sangría, baja que da gusto y cuando quieres darte cuenta, madre mía, qué vueltas da el local…

Ese típico domingo mustio, que no sabes qué hacer ni se te ocurre nada mejor, cien mil vigueses de los trescientos mil que componen su población se vuelven para sus pueblitos de Orense donde están empadronados para pagar menos impuestos (eso que yo pensaba era un tópico muy extendido hasta que vino un cliente a preguntarnos cómo empadronarse en casa de su abuela de Orense), cien mil vigueses quedan en casa viendo la televisión y otros cien mil se van a la fortaleza de Valença do Minho, intentando, por supuesto, los cien mil aparcar dentro de la fortaleza porque dos cosas que distinguen a un vigués es que siempre va en coche a todos lados y aparca siempre a la puerta, aunque sea estorbando al resto del universo «porque sólo es un momentito». Evidentemente domingo, mucha gente y tiendas genera un paisaje así en todas las calles de Valença.

Ya puestos, la gente de Tuy podría preguntarse porque el casco antiguo de su ciudad es igualito al de Valença y mientras éste está de bote en bote y sus negocios florecen, el otro da mas pena que otra cosa.

Por orden del señor alcalde, se hace saber, que en Galicia otra cosa no habrá, pero fiestas las que quieras y más. Estos días me dejaron en el buzón una tarjeta de propaganda con este listado en el reverso. Estas deben ser las consolidadas o las más conocidas, pero en realidad hay bastantes más, prácticamente todo pueblo que se precie tiene una fiesta de algo como forma simple de atraer turistas. En los alrededores de donde vivo en verano hay una o dos cada fin de semana, si eres de los que te gusta comer y beber, enhorabuena.

Para una vez que está todo el mundo emocionado, con banderitas en calles, escaparate y balcones, gente por la calle con la camiseta de la selección y hasta parecíamos portugueses, que están orgullosísimos de su país y no tienen el menor recato en hacerlo saber, para una vez que todos nos unimos a favor de la selección española, van y palman con Suiza dejando al personal chafado y sin ganas ni de discutir la reforma laboral de antiguo amigo de los trabajadores, ahora reconvertido en el peor de los neocones comeobreros, esos de los que hasta hace poquito echaba pestes. Pero no os preocupéis, que si a partir de ahora ganamos todos los partidos, somos campeones del mundo. Bueno, somos no, serán los que juegan que en el fondo son los que van a cobrar esos 600.000 euros en primas por ganar y a mi no me va a caer ni la cinta que envuelve los fajos de billetes. Mmmm… me parece que hoy me levante siguiendo aquel viejo slogan que tan bien nos definía… «contra todo porque sí».

¿Os suena de algo esta última foto? ¿A que sí?

Hay algunos vinos que antes de probarlos no sabes en absoluto lo qué te vas a encontrar, especialmente si la etiqueta viene en húngaro que viene siendo un idioma del que creo no conocer ni una sola palabra. Siendo blanco puede salirte una maravilla como los Eiswein o un churro estilo «El tío de la bota». De éste en concreto me tenía mosca lo del «3 Puttonyos», hay que reconocer que eso en castellano suena de todo menos bonito. Una vez en casa le pregunté al señor Google y significa «3 culatas», lo que nos deja mas desconcertados aún.