Iglesia de Barcelos

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 31-07-2010

A mi lo de la Iglesia ni fu ni fa, mas fa que fu, pero si uno va hasta Barcelos, encuentra una iglesia bastante apañadita en pleno centro del pueblo, la luz es bonita con un cielo lleno de nubecitas lineales y nos entretiene con un concierto de campanas, pues mira, qué menos que sacarle una foto y ponerla por aquí para conocimiento del mundo mundial.


Iglesia de Barcelos

El campanario de Barcelos debía ser el único sitio libre de gallos en toda la ciudad, aunque para compensar tenía uno de tamaño respetable a mi derecha mirándome fijamente.

La campana del castillo

Escrito por: Jc | Categoría: Orense | Publicado el: 18-11-2009

Obsérvense tres cosas en esta imagen, una es esa especie de triángulo dentro del cual se halla la escalera a través de la cual se accede a la terraza del torreón del castillo de Monterrey. En su punta mas alta mas o menos tendrá la altura de una persona, aproximadamente un metro y setecientos setenta y siete milímetros que viene siendo la media del españolito típico, así lo hemos constatado tras hacer una medición de mil personas tomadas al azar, descartar los cien resultados superiores e inferiores y extrapolar los datos con una fórmula llena de logaritmos neperianos que por mucho que lo intente no seré capaz de repetir otra vez en mi vida. Constatada la altura de la escalera, deducimos mas o menos las generosas dimensiones de la campana, cuestión tampoco excesivamente complicada dado que siendo maciza, costando una pasta y no hallándose anclada, atada o encadenada, de tener menor peso nunca faltaría quien viniera con la fregoneta a llevársela una noche con intenciones de venderla como chatarra, que la carne es débil, la crisis grande y a fin de mes todas las ayuditas suman. Por último, vistas las dimensiones de escalera y campana, fijaros bien en la altura de la barandilla de piedra situada en el extremo mas alejado del fotógrafo porque su altura malamente llegaba a los ochenta centímetros para pánico y horror de aquellos con vértigo, conjunto entre los cuales no me encuentro gracias a dios o iba a pasarlo muy mal dada mi desmedida afición a subirme a las alturas.


La campana del castillo

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