Porca miseria

Escrito por: Jc | Categoría: Ocio | Publicado el: 12-04-2010

Tremenda desgracia la de ayer domingo. Al empezar la temporada de buen tiempo empieza la temporada de visitas a mi chiringuito playero favorito, gloria bendita por su situación casi frente al mar, por la comida y por el servicio. Tenían un chico joven prácticamente dedicado a atender a las mesas, con su PDA iba tomando los pedidos, los recibían en la barra y desde ahí otros dos camareros los iban sacando a las mesas. Siempre estaba el camarero de la PDA atento, siempre con la vista levantada buscando si alguien necesitaba algo y los otros de paso que repartían, al volver recogían las mesas que habían quedado vacías, las limpiaban y no veías ni un papel en el suelo. Si a eso le sumas que los precios eran comedidos, a poco sol que luciera allá nos íbamos a disfrutar un rato.

Peeeero… no siempre las cosas discurren como uno quiere y este domingo, al hacer nuestra primera visita del año hemos podido comprobar con pesar primero y horror después que el equipo de camareros ha sido reemplazado por otros tres cuya principal característica parece ser la incapacidad para desarrollar su trabajo normalmente. Tardaron una eternidad en atendernos, dos eternidades en traernos de comer, antes te traían la bebida con algo de picar y así esperabas más contento la llegada del papeo, ahora todo junto y muuuuy tarde sin siquiera habernos recogido ni limpiado la mesa. Como antes, sólo uno de los camareros toma pedidos, pero en un bloc mientras que la PDA lucía triste y solitaria junto a la caja registradora. Iba y venía con la cabeza gacha de modo que llamar su atención para pedir algo era poco menos que misión imposible. A uno de los encargados de repartir lo vimos varias veces mesa tras mesa preguntando quien sería el destinatario del contenido de su bandeja. En el suelo, un montón de papeles. Mas de veinte minutos para traer los cafés. A la hora de pagar habían apuntado lo de dos mesas juntas y no cuadraba. Se pone el camarero a hacer números y me dice el importe de mi mesa y la del vecino. Oiga, a mi me cobre lo que consumo y al vecino lo suyo que para algo se lo comió él…

Prefiero no creer que el cambio de camareros es obra del dueño por ahorrarse un dinero. Yo les daré una segunda oportunidad, porque el sitio lo merece, si continúan igual… bye, bye.


Mi ex-chiringuito playero favorito

Chiringuitos playeros

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 19-08-2009

Mientras que en España andan dándole vueltas al tema de eliminar los chiringuitos de las playas, en Portugal parecen tenerlo mas claro. Son útiles, permiten a la gente disfrutar más de la playa, dan empleo y pagan impuestos, así que hay chiringuitos como estos de Oporto, bien montados y acristalados en los que podemos disfrutar un rato aquellos a los que el concepto clásico de playa (arena-sol-mar) no nos acaba de convencer y preferimos el esquema alternativo de silla-bartola-cerveza.


Chiringuito en Oporto I

Eso si, insistir en la diferencia fundamental entre los chiringos ibéricos y los portugueses: en éstos todo el mundo está a su aire tranquilamente, sin berrear. Unos hablan, otros leen, otros miran al mar, raramente encontrarás a la mama llamándo a grito pelado al Kevin o a la Yénife de turno ni esas pandas habituales de maduritos en estado de alegría etílica jugando al «tengo razón porque grito mas».


Chiringuito en Oporto II

Excursión a Santa Lucia (y VII)

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 13-06-2009

La semana pasada despedía la serie de Viana pero bueno, ya que los mencioné, voy a mostrar una foto de la playa de Cabedelo, para que comprobéis como es bien grandota y ancha, aunque da a mar abierto y bañarse en playas así resulta algo delicado por el oleaje y la resaca. Si queréis una referencia del tamaño, pinchar en ella para verla mas grande y allá al fondo a la izquierda, pero bastante al fondo, veréis unos puntitos. Eso son personas.


Praia do Cabedelo

Este es el afamado chiringuito playero. Procurad no ir todos a la vez que yo quiero encontrar mi sitio cada vez que me apetece visitarlo. Comer en la terraza a principios de marzo, disfrutando el calor de los primeros rayos de sol cuando el cuerpo aún está con el invierno memorizado, es algo que no tiene precio.


Chiringuito playero

Y ya veis, al fondo, arriba de todo, la iglesia y el mirador de Santa Lucía.

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