Hay cruceiros en las playas, en las rotondas, generalmente suelen ser trabajados y curiositos. Pero también los hay de bajo presupuesto, y bueno… algo sà que se nota.
De lejos se nota un poquito. De cerca… un poquito más… a lo mejor es que ahora se lleva el minimalismo en los cruceiros y yo sin enterarme. Si es que hasta ni Jesucristo parece, para mi que es un doble que cobra menos por hora de trabajo.
Los cruceiros son un tema recurrente allá donde vayas por Galicia adelante. Rotondas, carreteras y esquinas son buen lugar para plantar uno. Y si no hay rotonda, carretera o esquina pero tenemos unas rocas al final de la playa, pues nada, plantamos otro para disfrute visual de bañistas y barqueros, aquà paz y después gloria.
La Cañiza es la última ciudad hacia el este de la provincia de Pontevedra, justo después empieza la de Orense. Es conocida por sus bocatas de jamón, sus tapas de jamón, el jamón asado y creo que poco más. Bueno, sÃ, por la salsa picante que le echan al jamón asado que está de vicio. Queda justo al pie de la autovÃa A-52 que le ha hecho un daño tremendo, antes la carretera pasaba por el medio del pueblo y ya que estabas, o bien parabas a comerte un bocata de jamón, o una tapa de jamón o a echar fuego por la boca gracias a la salsa picante. Desde que hay autovÃa la gente ya no cruza el pueblo y pocos seguimos parando. Al entrar en La Cañiza lo primero que te encuentras es rotonda-cruceiro…
…y a continuación, para demostrar de qué van las cosas allÃ, la única, la inimitable, ¡¡¡la maravillosa rotonda jamonera!!! Increible… sin palabras me quedo. Esto es claridad de ideas, defensa de lo propio y el resto que se aparte.
Aquà tienen señores uno de los modelos de rotonda mas extendido en Galicia, probablemente el modelo inmediatamente a continuación de la tradicional rotonda redonda: el cruceiro-rotonda. Antiguamente cruce de caminos, el avance de la civilización y la mejora de las carreteras lo han transformado en separador de carriles y punto de giro para los vehÃculos. Lo mejor de la tradición y la modernidad unidos para mejor servicio del automovilista.
Y por fin aparece, majestuoso ante mi, el origen de este viaje. El único, el inimitable, castillo de Monterrey. Primero una foto desde un campo para mostrarlo entre el mar de vides, del que se saca la uva con que hacer vinos de la denominación de origen Monterrey como el Terra do Gargalo, ese que sigue sin ser mi favorito, siguen sin agradecerme la publicidad gratuita, pero hay que ver qué juego da a la hora de rellenar artÃculos.
A continuación foto estilo mÃo, castillo como fondo y cruceiro con cartel en primer plano para llenar la imagen. Si el extremo superior de la cruz tuviera otro color, un tono distinto al castillo o el fondo fuera diferente la foto mejorarÃa un montón pero qué le vamos a hacer, salió como salió (forma fina de decir «si os vale, bien. Y si no, también»).
¿Qué nos queda? Ir directos al castillo por ese caminito que se ve enfrente. Para aquellos que recorráis el mismo camino, indicaros que se puede llegar en coche hasta justo la mismÃsima puerta del castillo.
Pero en coche, no os vayáis a pensar, que a mi todo eso que cansa y hace sudar me va mas bien poco. Fotito de un cruceiro en el Cebrero, fijaros las piedras que tiene en su base y adivinad quienes las traÃan (pista: no fueron los suevos). Se recomienda ampliar la imagen haciendo clic con el ratón y ver lo respetable del tamaño de alguna de las piedras. Cojo una de esas en peso y me hernio de por vida, seguro.
Hoy estamos de aniversario, doscientos dÃas poniendo fotos que no es moco de pavo. A ver si seguimos otros doscientos mas y no me aburro por el camino. Madresita mÃa, cuántas cosas por el medio: viajes, trabajo, cursos, pocas fotos, menos mal que tengo un buen «fondo de armario» fotográfico o me habrÃa quedado sin imágenes hace tiempo.
