La segunda, por fin

Escrito por: Jc | Categoría: Varios | Publicado el: 28-12-2009

No sé si recordaréis la historia que tenía yo con las botellas de gaseosa y que iba describiendo aquí. Entre vacaciones, viajes, veranito, esguince y demás, desde junio estaba todo parado pero no olvidado. Ayer domingo la pleamar coincidía a una hora decente así que venciendo el aire frío que cortaba hasta la respiración cogí mi segunda botella, alias la fallida, y allá me fui al punto en la desembocadura del Miño desde donde el primer lanzamiento se había convertido en un éxito. Al salir de casa me crucé un gato negro. Mal asunto para la pobre botella. A medio camino, en una rotonda, otro gato negro… ¿a que ésta tampoco lo consigue? Nada mas llegar veo que malos presagios traía también la fuerza de las olas pero aún así, la botella se fue al agua y aquí se ve en el pleno centro de la imagen intentando sobrepasar el oleaje.


Mar revuelto

Como era de esperar, la botella cosechó su segundo fracaso consecutivo. Primero viento y olas la acercaron a las rocas y finalmente encalló. Sí, sí, así como suena, quedó parada encima de una roca. Por suerte un minuto después fue descabalgada por otra ola y acabó llegando a mis manos en la orilla.


Encallada

Segundo fallo. ¿Os suena eso de «a grandes males, grandes remedios»? Pues allá nos vamos río arriba al «Ponte da Amizade», el puente que une Goián con Vilanova da Cerveira cruzando el Miño. Este mismo de la foto.


A grandes males, grandes remedios

Y allí, desde lo mas alto, desde el centro del río, le dimos pasaporte a la botella. Rapido cogió camino, rápido cogió velocidad, lástima que tamaño microbio no se vea. Si en esta foto a tamaño normal sólo se aprecia un pequeño punto abajo a la izquierda que es la botella camino de la desembocadura, en el tamaño en que se publican me imagino que no se verá nada.


Panorama desde el puente

Derivando ligeramente a la izquierda seguía su camino, en esta foto sí que la podéis ver mas cerquita de Vilanova, es ese punto justo encima de la «g» de galiciaenfotos.com. Por no desanimarla no le dijimos que la desembocadura está aproximadamente a unos diez kilómetros del punto donde la tiramos. Esperemos que la corriente del río la ayude un poco, la fuerza del Miño es tremenda y si no se desviara hacia la orilla podría salir perfectamente al océano.


Cerca de Vilanova

A punto de irnos, otra sorpresa. Ayer ya comenté la de cormoranes que se ven últimamente. ¿Qué apareció? Un cormorán volando. Dio una vuelta alrededor de ese pequeño puntito negro arriba a la derecha que corresponde a la botella, supongo que lo haría intentando discernir si era un pez para finalmente concluir que los peces no llevan una etiqueta de «La casera». Lo único que le faltaba a la pobre botella tras sus dos fracasos es que apareciera un pájaro grandote, la cogiera y se la llevara a su nido. Ya lo decía Murphy: si las cosas pueden ir mal, irán mal y en el peor momento.


Botella y cormorán

Crónica de un fracaso

Escrito por: Jc | Categoría: Varios | Publicado el: 05-05-2009

Señores, hemos fracasado en el segundo intento de lanzar una botella al mar. Y lo digo con la cabeza bien alta, con el orgullo del quien es sabedor que la derrota es la medalla que distingue al vencido del cobarde. No mandé yo mi botella a luchar contra los elementos y los elementos me vencieron como a un Real Madrid cualquiera pero sin los millones de esos que palman 2-6 y se quedan tan anchos.
Para empezar pintaba mal el asunto. Llegado a la playa de Portugal desde donde iba a producirse el magno acontecimiento, lo primero que observo es un imitador de mi mismo. Observador como soy, pude ver que el tirabotellas había de lanzarse nuevamente al agua para alejar la botella y la susodicha trazaba un rumbo peligrosamente paralelo a la costa, muy distante tal actitud de la gallardía y valor con que mi primera botella decidió irse a ver mundo alejándose rauda y veloz de la orilla.
A mi me empezó a dar mala espina la cosa. En ausencia de un «Splash Test Dummy» como la vez anterior, tiré un palo al agua para comprobar su evolución. Aunque no me acabó de convencer, no era momento para cobardías y tiré la botella al agua alejándola unos ocho o diez metros de la orilla, en ese punto donde la fuerza del Miño por la derecha y la ayuda de la bajamar deberían ser suficientes para llevársela hasta el Atlántico. Aquí la tenéis, en el centro, justo recién iniciado su viaje.


Segundo lanzamiento I

Dios y ayuda le costó empezar a moverse, como si estuviera atrapada en una zona de remolinos. Finalmente se fue yendo hacia el centro del río.


Segundo lanzamiento II

Centradita y con velocidad se alejaba de nosotros, en estos momentos dábamos por supuesto el éxito de la misión a pesar de las reticencias iniciales. Casi invisible en la distancia, si pincháis en la foto podréis distinguirla abajo a la derecha.


Segundo lanzamiento III

En lugar de abandonar el lugar y dirigirnos a nuestro próximo destino optamos por prolongar la estancia y el seguimiento en una decisión que posteriormente se reveló como un acierto pleno, porque de pronto apareció el componente que nadie esperaba: un viento norte que se trajo la botella a la orilla a tal velocidad que en nada prácticamente la teníamos así, pegadita a la costa, a merced de las olas y preparándonos para lo peor.


Segundo lanzamiento IV

Y lo que tenía que pasar, pasó. Pudimos contra la corriente pero no contra el viento norte. El mar depositó la botella suavemente sobre la orilla para concedernos una segunda oportunidad, algo que obviamos dado que el resultado hubiera sido el mismo.


Segundo lanzamiento V

La recogimos y en casa está nuevamente a la espera de otra bajamar que seguramente no pueda ser hasta dentro de un par de fines de semana. De momento un éxito y un fracaso, en breve el desempate.

No se puede ser original

Escrito por: Jc | Categoría: Varios | Publicado el: 03-05-2009

Hoy domingo 3 de mayo a las 12:50 llego a una playa de Caminha (Portugal) desde donde estaba previsto el lanzamiento de la segunda botella y ¿qué me encuentro? Un bañista tirando al mar una botella de cristal con un papel dentro, como la susodicha no se alejaba, se echó el bañista al agua para tirarla mas lejos aún. ¿Os lo podéis creer? No se puede ser original porque enseguida empiezan a aparecer imitadores.


Tirando botellas

Exito absoluto del primer lanzamiento

Escrito por: Jc | Categoría: Varios | Publicado el: 12-04-2009

Como diría Federico Trillo, al atardecer y con viento de poniente, este domingo se ha realizado el lanzamiento de la primera botella al río Miño con un éxito sin precedentes como resultado. El lugar escogido para el envío fue la playa de O Muiño, en Camposancos, justo en la desembocadura del río Miño y mas concretamente desde esta pequeña península situada en la punta derecha de la playa. Lo que se aprecia a la izquierda es La Insua, la fortaleza portuguesa situada en el medio del río.


El lugar del lanzamiento

Dado que era la primera y no las tenía todas conmigo, pensé que si en la industria automovilística utilizan los «Crash test dummies» para realizar las pruebas sin arriesgar personas…

Yo me podía sacar de la manga un invento similar y hacer una prueba previa sin arriesgar la botella. Así nació el invento bautizado como «Splash Test Dummy»:


Splash test dummy

Un pequeño flotador de pesca con un indicador en la parte superior. Impresionante de veras las posibilidades tecnológicas que albergamos los humanos en la cabeza y lo que discurrimos sobre todo cuando no se trata de trabajar.
El «Splash test dummy» nos sirvió para comprobar lo cierto de la teoría sobre la hora del lanzamiento aprovechando el inicio de la bajamar y las posibilidades de éxito para la botella de gaseosa. En Camposancos había un oleaje y un viento del oeste tal que hasta me temí que una vez enviada al agua, la botella retrocedería hacia el interior del río en vez de irse camino del océano. Tiramos el flotadorcillo y efectivamente, en vez de irse a la desembocadura se volvía hacia el río. Pero una vez separado de la orilla, la fuerza de la corriente lo fue arrastrando hacia fuera y aquí lo tenéis yéndose directamente al mar.


Camino del mar

Aquí os amplío ligeramente la imagen para que veáis que ni trampa ni cartón, ahí va el puntito blanco hacia la derecha, hacia el mar.


Hacia el mar

Confirmada la teoría y validado el resultado, tiramos la botella. Amerizó y ésta venía enseñada, porque se situó en posición y partió a toda mecha siguiendo la corriente.


Emprendiendo el viaje

Si os fijáis en la cuarta foto, veréis que donde acaba la montaña de enfrente hay unas casas. Pues a los cinco minutos la botella iba mas o menos por ahí (podéis verla abajo a la izquierda), sorteando olas como una campeona, apareciendo y desapareciendo a cada momento. Creo que ha sido un acierto cambiar las primeras botellas mas rectas por este otro modelo con curvas porque en cuanto cogió corriente puso tapón a proa y madrecita, como corría.


Sorteando las olas

La última foto antes de perderla de vista fue delante de La Insua, que cómo se ve en la primera foto, queda a una distancia mas que considerable. En esta foto sólo se ve un pequeño puntito blanco en medio del mar.


Delante de la Insua 1

Pero si ampliamos, el puntito blanco se vuelve perfectamente reconocible.


Delante de la Insua 2

Por tanto de momento, y salvo que mañana me escriba alguien de aquí cerquita diciendo que ha encontrado una botella con un mensaje mío dentro, podemos considerar un éxito el lanzamiento. Ahora ya sólo nos queda esperar hasta recibir noticias, y la semana que viene repetir la faena con la segunda botella.

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