Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Valor se le supone, y mucho, a la mujer que el pasado veinticinco de diciembre a la una y media de la tarde estaba pegándose un chapuzón en Playa América. Yo, de natural friolero, que hasta el cuarenta de julio no me quito el sayo, tenía frío sólo con verla y ella tan feliz, primero bañándose y luego corriendo por la orilla.

La calidad de la foto no es que sea una maravilla, pero habiendo sido hecha con un teléfono móvil, me puedo dar con un canto en los dientes viendo el resultado. Lo sé, debería llevar conmigo siempre una cámara, lo haría de no ser tan perezoso. Friolero y perezoso, tengo que revisar mi árbol genealógico a ver si aparece algún koala por medio.

De un reciente fin de semana con aviso de temporal salió esta foto del puerto de Malpica. Con ese cielo, imaginaros qué temporal podía haber. Es mas, hasta hacía calorcillo al sol, cosa de agradecer a primeros de febrero. Malpica es el típico pueblo de las Rías Altas: pequeñito, calles estrechas, sin grandes edificios, con playa, puerto, muchos pesqueros y un montón de sitios donde comer bien, sobre todo pescado y marisco. Para mi tienen un encanto especial, tanto por el pueblo, como por los alrededores que en esta zona suelen ser espectaculares.

Y como curiosidad, dice el señor WordPress que esta es la entrada número 500, casi nada…

Cuando nos hablan de Tenerife lo primero que nos viene a la cabeza es sol, mar y playa. Sin embargo además de la playa al noroeste de la isla también tienen una zona impresionante llamada los acantilados de Los Gigantes, paredes totalmente verticales que caen directas al mar. De película darse un paseo en barco y navegar cerquita de estos.

Para finalizar, otro de los puntos donde se disfrutó este último temporal: el rompeolas de Bayona. Normalmente aquí el mar suele estar bastante planito pero en esta ocasión estaba cabreado, y bien cabreado según pudimos apreciar yo y las otras veinte o treinta personas que estábamos dedicados a contemplar, disfrutar, sentir el salitre en la cara y el ruido de las olas al romper. Olas de tamaño respetable que venían, venían, venían y venían porque el mar nunca se cansa. Cómo lo disfruté. Parece mentira, con mal tiempo tendemos a quedarnos en casa y sin embargo se lo puede pasar uno como un enano. Siempre y cuando te gusten las emociones fuertes, claro…

Santoña, sí, donde las anchoas. Pasé por allí hace un año y si bien el pueblo no me llamó especialmente la atención, en cambio habían hecho una lonja nueva en el puerto pesquero impresionante de diseño, llena de cristal, con el tejado curvo y mas digna de un organismo oficial o museo que para la venta diaria de pescado. Justo enfrente se encuentra Laredo (lo podéis comprobar en el Google Maps) y su playa gigante. Bonita zona para pasarse un fin de semana de relax.

No señor, nada mal. Lluvia, granizo, vientos de casi doscientos por hora y olas impresionantes que saltan muelles de diez metros de alto. Se vivió, se disfrutó y se aprovechó para sacar unas cuantas fotos de esas que no sacas todos los días. Esta vez no puedo cumplir con la costumbre de poner una persona por medio que nos permita ver fácilmente las dimensiones de la ola por falta de un voluntario, qué se le va a hacer. Que todos los problemas sean esos.

Esto son olas y el resto que se aparte. Sacada este domingo en el puerto de La Guardia, si la parte blanca del faro tiene unos dos metros de altura, haceros a la idea el tamaño de la olita. Aunque para olas y faros, el summum son los de Bretaña, que sigue siendo un destino al que le tengo muchas, pero muchas ganas. Echarle una ojeada a esta secuencia de fotos de Jean Guichard y preguntaros lo que le cobrará la compañía de seguros a este farero por su seguro de vida.

Un aviso de temporal es razón mas que suficiente para salir cámara en ristre a sacar fotos, con un poquito de suerte los resultados suelen ser espectaculares y los paisajes van a ganar mucho mas que con un cielo azulito y plano. Mal pintaban las cosas, tras una noche de viernes impresionante en cuanto a viento y lluvia, el sábado por la mañana amaneció despejado y tranquilo para deleite de turistas y desespero de mi persona. Por la noche volvió el temporal con viento y granizadas, el domingo por la mañana no teníamos electricidad en casa (como otros 49.999 gallegos) y me fui hasta La Guardia para ver el mar rompiendo contra los espigones. Madresita, madresita, cómo estaba el mar, cómo estaban las olas, el viento y cómo estaba el temporal completo. Con decir que ese espigón tiene unos quince metros de alto y tengo varias fotos de olas pasándole por encima, imaginaros el panorama…

Cosa curiosa, esta foto la saqué desde un area recreativa y mirador a la salida de La Guardia en dirección Bayona. Mientras caminaba sacando fotos, saltó un conejo delante mía y se escapó corriendo. Tan sorprendido me quedé que ni se me ocurrió sacarle una foto.

No tiene años esta foto ni ná… tantos que hasta he olvidado donde la saqué. Hacer memoria en la época de la fotografía digital es muy fácil, guardo la fotos en directorios con el nombre de la ruta o el viaje, al ir numeradas siempre encuentras las anteriores y posteriores que te pueden servir para localizar, mas o menos, el lugar desde donde la hiciste. ¿Pero qué haces si aparece una sola foto en papel sin mas información? Tarea de chinos. Conociendo mi costumbre de subir a los sitios altos, supuse que había sido sacada desde un mirador. Señor Google, deme la lista de miradores de Galicia. Primer sospechoso, el mirador de la Curota, al lado de la Puebla del Caramiñal. Segundo sospechoso, el mirador de Ezaro, al lado del río Xallas. Buscamos en Google Maps el primero, buscamos el segundo, mas fácil imposible…

A veces, algunas veces, de cuando en cuando sucede alguna curiosidad como que un promotor quiere hacer un edificio grandote y no tiene mejor sitio para ponerlo en en una isla en medio de la ría de Vigo. Cosillas que pasan. Total, con lo poco que estorba y que mejora las vistas… En fin, quien quiera información completa sobre la interesante historia de Toralla, la construcción del edificio y los chalets en la otra esquina de la isla puede obtenerla en una magnífica página dedicada a la arquitectura y el urbanismo de Vigo.