Sacada desde un pequeño espigón en el paseo que va al muelle, horizontal y apuntando bajo para eliminar el tremendo contraste que harÃa el cielo blanquecino y de paso fijar la atención en las rocas.
No del blog, no de mi casa, sino del muelle de La Guardia. De esto:
 Pasamos a esto otro:
Mejorando notablemente la decoración y el interés del muelle, haciéndolo algo digno de ser visitado. El autor es Eduardo Zamarro y el mural se compone de muchos cuadraditos de colores, dibujos de siluetas de personas y frases escritas.
Recemos hermanos para que tarde en aparecer por aquà el primo hermano del ceporro con spray que pasó por la Alameda de Santiago a pintar la estatua de las dos marÃas…
Catorce de septiembre, por la noche sólo diez graditos pero por el dÃa, el verano sigue aguantando como un campeón con esos cielos azules y despejados, esa luz y ese sol tan agradable. Mucha gente en Playa América disfrutando lo que se pueda porque aquà ya se sabe, casi podemos contar los dÃas que quedan para vernos con chubasquero, bufanda y botas de agua.
Fotográficamente, comentar que son mis primeras experiencias con una Nikon D40, la reflex digital mas baja de la gama que compré de segunda mano (a ver si esta no se me cae). De uso similar a mi Canon, me resulta sorprendente ver cómo las fotos salen mucho mas llamativas, los colores mucho mas vivos. La diferencia sobre todo con el azul de los cielos es increÃble.
Aviso de temporal con ventolera y oleaje en la mar, quien pudiera estar en La Guardia viendo romper las olas, sintiendo el aire en la cara y disfrutando del espectáculo. Protección Civil dice como siempre que no se salga de casa. Mejor, mejor, todo para mi… mi temporal, mi teso-o-o-o-o-oro.
Nota a posteriori: vaya birria de temporal. Cuatro soplidos, cuatro gotas mal contadas y adiós muy buenas. Como todos los temporales este año sean como éste, apañados vamos.
Verano revuelto tenemos, sol y nubes, poco sol y muchas nubes, pocos dÃas de playa y el otoño a las puertas. Dentro de nada Playa América volverá a estar vacÃa, lejos queda el bullicio de julio y agosto, lejos los turistas, vuelta al caminar por una arena solitaria y esos dÃas de viento racheado que anuncian el final del buen tiempo… ¡¡¡yupiiiiiiiiiiiii!!! ¡¡¡Ya llega el otoño!!!
P.D. Lo siento por aquellos que os gusta el verano. A mi no. Y a la mayor parte de los fotógrafos que disfrutan con la cámara en las manos, tampoco.
Ribeira en junio de un verano malo. La playa vacÃa, las calles tranquilas, y yo feliz. Entre andar por el mundo adelante sacando fotos o tomar el sol, pasar calor, aguantar el agua frÃa, los niños tirando arena, el manolo y la juani de turno a berrido limpio, lo tengo muy clarito… viva Groenlandia.
Sitio curioso, francamente. Playa grande, bonitos edificios, aspecto de ciudad fina de veraneo. Una especie de Bayona, pero mas limpio, mas fino y mas elegante. Paramos a tomar algo en una terraza situada mas o menos por el medio de la foto, dando a la playa, y al lado se pusieron unos niños a hacer equilibrios y ruido con un monopatÃn contra las aceras. En dos minutos apareció un policÃa que les requisó el monopatÃn y les dejó claro que ni era el dÃa, ni la hora, ni el siglo para hacer el cafre. Vamos, igualito, igualito que aquÃ, que destrozan el mobiliario urbano y se quedan tan panchos mientras la policÃa local silba «El puente sobre el rÃo Kwai».
De siempre me han fascinado los cabos de las rÃas altas, Cabo Ortegal, Estaca de Bares, Finisterre, en este caso se puede ver la silueta de cabo Vilán al fondo y en primer plano el farito al lado de la iglesia de MuxÃa, donde está la «pedra de abalar» que ya ni abala ni nada. Aún conservo unos cuantos recuerdos de los primeros viajes a esa zona: la tremenda ventolera contra la que casi no se podÃa ni andar en Cabo Ortegal, estar sentado en Camariñas viendo los destellos del faro por la noche, o ir hasta la punta de Estaca de Bares saltando de piedra en piedra. Con qué poco alucinas cuando eres joven y todo está por descubrir…
Pero navegando de verdad, no por internet. Una de las ventajas que tienen las RÃas Bajas frente a las Altas es el mejor clima, eso y las rÃas permite que haya unos cuantos clubes náuticos, gente con barco, empresas de alquiler de barcos, escuelas de vela, etc, de modo que (sobre todo en primavera) en cuanto aparece un sábado soleado, la rÃa se puebla de barquitos como este pasando delante de las Islas Cies.
¿Qué son las fotos minimalistas? Aquellas muy sencillas, de lÃneas rectas, bloques de color o textura similar, con pocos detalles que llamen la atención. Aquellas que destacan precisamente por su simplicidad, o lo que es lo mismo, todo lo contrario que aquella de Ribadavia. O lo que sigue siendo lo mismo, pero un mismo distinto que el mismo anterior: como ésta de Vilapraia de Ancora. Con su toque de gaviota. No será impresionante, pero no se puede negar que simple sà es.
