Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Hace días que no hablo de las botellas viajeras, ello es debido a la aparición de los primeros inconvenientes en forma de error de cálculo. Tomen nota las generaciones futuras para evitar cometer el mismo fallo. Siendo x la altura de la botella e y la dimensión del lado menor de la hoja de papel que queremos enviar, si y > x entonces tenemos un problema como muestra la imagen:

El cilindro formado por el magnífico papelillo viajero, con su encabezamiento, sus dos columnas, su traducción al inglés y su mapa del lugar desde donde ha partido la botella, simplemente no cabe de alto. ¿Doblarlo? No, que luego no sale. ¿Recortarlo? Ahora que ya están hechos… pregunté a los ingenieros de una empresa asociada a la nuestra pero tampoco supieron darme solución. La propuesta de recortar dos botellas asimétricamente y unirlas para obtener una sola botella mas larga también la descartamos por los mas que probables problemas de estanqueidad en un entorno poco favorable como el que encontrarán en su viaje. ¿Escribir a la fábrica solicitando si tienen un modelo de botella mayor? Descartado porque supondría un incremento no justificable en los costes del proyecto y un retraso inasumible. Sabíamos que escribir un mensaje y mandarlo en una botella no iba a ser tarea fácil, pero no que los problemas aparecerían tan pronto. Finalmente se opta por un «Plan B», la botella de La Casera:

Prácticamente todo listo, presto y dispuesto salvo que afuera llueve. Hasta los elementos se ponen en nuestra contra. Pero no hay problema, por un sueño esperamos lo que haga falta. En breve, la primera botella partirá para sabe dios dónde.

Ya tenemos envases voluntarios para partir en la sacrosanta misión de explorar el mundo allende los mares portando un mensaje de buena voluntad. De plástico duro y forma achaparrada reúnen las mejores condiciones para coronar con éxito su misión soportando vientos y olas, sol y lluvia, hambre y desánimo. Aquí están, Maria Emilia Gaseosa, Maria Laura Gaseosa y Maria Eugenia Gaseosa, las trillizas. No cantan, ni falta que les hace.

¿Cuál es el siguiente paso? Redactar el mensaje, traducirlo por si acaso el receptor está peleado con el castellano, y escoger el mejor momento para el lanzamiento. Usando el sentido común me imagino que será una vez empiece la bajamar, de modo que la retirada de la marea asegure seis horas de alejamiento de la costa. A revisar la tabla de mareas de Meteogalicia para ir escogiendo el día del primer despegue. Seguimos progresando en el empeño, que no es poco.

Ayer me paso por el supermercado a comprar las tres botellas de cocacola para empezar lo que os describí. Compré un montón de cosas… menos las botellas. No es que tenga un sueño, es que ando a dormir. A ver si mañana lunes me acuerdo.

Ahora que lo pienso, si la cocacola a mi ni fu ni fa, me puedo comprar cualquier otra cosa que venga en botella plástica y dura de medio litro, mal empezamos con tanta indecisión…

Hace mucho tiempo que tengo una duda existencial. Si soltara una botella con un mensaje en la desembocadura del río Miño, ¿donde llegaría? Leí artículos sobre el efecto Coriolis según el cual la botella una vez libre debería irse hacia el noreste, sin embargo un  mapa de las corrientes marinas me indica que la botella se iría directa al fondo del Mediterráneo y acabaría en Barcelona. Basta ya de dudas, pasemos a la acción: prepararé tres botellas, con tres mensajes en los que indique una dirección de contacto y las iré soltando al mar con unos días de diferencia. Lo propio sería meter un GPS dentro de cada botella e ir haciendo el seguimiento vía satélite, así que ya sabéis, si alguno se siente especialmente generoso me puede financiar el proyecto porque tras la defunción del coche no estoy para tantas alegrías ni tamaña falta de romanticismo en mis sueños. Las entradas del blog referidas a este tema llevarán la etiqueta «metb» (mensajes en tres botellas) y en la parte superior aparecerá un enlace directo a todas ellas. Empezamos con la Fase I, ir al supermercado y comprar tres botellas plásticas de cocacola medio litro. Fase II, bebérselas. Esta segunda fase me va a costar algo mas que la primera porque no soy muy amigo de la cocacola pero bueno, todo sea por cumplir un sueño.