Perdido en la Baixa Limia al lado de Lobios está el balneario de Riocaldo, conocido por sus aguas termales, por el rÃo Caldo y porque al lado del balneario hay una piscina donde ya puede estar nevando que sigue saliendo agua calentita para disfrute del personal. Podéis ver cómo estaba a veinte de febrero, con tiempo digamos digno de camiseta, camisa, jersey y cazadora, y no faltaban los cuatro valientes a remojo. Para redondearlo todo se necesitarÃa una cervecita fresca apoyada en el bordillo, pero mejor no digo nada que luego me llaman señorito.
Leça y Matosinhos (IV)
Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 08-05-2010
Un poquito antes de llegar al faro se puede ver sobre las rocas lo que en breve me imagino serán unas piscinas de agua salada. AquÃ, como en Madeira, si hay que echar cemento sobre las piedras no se cortan un pelo.
Al fondo de todo se puede ver una puntita de rocas sobre la que han construido un mirador, una ermita y un restaurante también visitables. A estas alturas, los colores, el azul del mar, el cielo, las rocas, todo me tenÃa obnubilado y pegándome una panzada a sacar fotos que pocas veces he sacado tantas en tan poco recorrido.
Antes del temporal
Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 22-03-2010
Antes del temporal asà estaban los clubes de baño en Madeira. Ahora, después de todo lo que les ha caÃdo, sabe dios cómo habrán quedado… curioso lo de Madeira, cuanto mas pasa el tiempo y mas va asentando en mi cabeza lo que allà vivimos, mejor recuerdo guardo.
Las termas de Monçao
Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 13-03-2010
En una esquinita de Monçao, al lado del parque del pueblo, hay un edificio que le llaman las «termas» y viene a ser el equivalente a un balneario de los nuestros. Tienen una piscina grandota con chorros de agua, un jacuzzi, otra piscina mas pequeña con sillones metálicos calientes dentro del agua, tres saunas, duchas de esencias, una habitación a oscuras con pequeñas lucecitas en el techo para que te relajes y alguna cosa más. Creo que la entrada vale veinte euros por pareja y es una buena opción para entretenerse un domingo por la tarde o un dÃa de frÃo.
El único problema es que parecen desconocer el significado de la palabra mantenimiento. La barandilla para subir al jacuzzi está rota por un lado y casi es mejor subir sin agarrarse que cogerla y caerse con ella, a los sillones calientes no les funciona el mecanismo de calefacción ni está previsto repararlos en breve plazo, los chorros de las duchas de esencias están algo rotos asà que de una ducha sale un chorro grande, de otra un chorro pequeño, de otra un chorrito en cualquier dirección, etc, y las esencias no las vi por ningún lado, aquello echa agua y nada mas. La habitación a oscuras, además de oscura, está congelada asà que ni por asomo te relaja porque sólo piensas en pirarte a un sitio medianamente calentito. En fin…
Parador de VerÃn
Escrito por: Jc | Categoría: Orense | Publicado el: 10-02-2010
Quiero desde aquà expresar mi reconocimiento al Parador de VerÃn por su inestimable ayuda a la mejora de mi calidad de vida. Habiendo llegado castillo de Monterrey cuando aún estaba cerrado, bajamos aquà para tomarnos un café en la terraza situada a la derecha de la entrada principal, que es esto que véis en la foto. El calorcito, la tranquilidad, el café y la compañÃa constituyeron uno de esos pequeños momentos cotidianos que no tienen precio. Para todo lo demás, Mastercard. Por supuesto, una porquerÃa de cielo gracias a las nubes blancas pero qué le vamos a hacer, el respetable público ha de asumir que a veces prima la calidad del testimonio frente a lo destacable de la fotografÃa.
También descubrà algo que me puso los dientes largos, y muy largos: la piscina. Yo soy poco de playa, pero cuando pillo una piscina de agua templadita por banda no salgo hasta que tengo los dedos enchuchurrÃos de tanta humedad o hasta cumplir con la ceremonia de las cien panzadas. No me digáis que la piscina del parador no está diciendo «báñate, báñate», uno de esos dÃas calurosos de verano tiene que ser una verdadera perdición.
Destino Madeira (IV): organizarse al llegar
Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 23-10-2009
Una vez llegados, aterrizados, alojados y despellejado el hotel, hay que ir pensando en lo que se puede hacer esa semanita. Os aseguro que fui con idea de descansar, piscina, regenerar neuronas y no hacer absolutamente nada, pero es verme en un sitio nuevo, ver paisajes diferentes, empiezo a notar un hormiguillo por dentro y no lo puedo resistir, quiero andar, ver, saltar, subir, aprender, asombrarme… al final pasa lo que pasa, una semana de descanso es una semana tan agotadora como enriquecedora. A ver, organización, lo primero un mapa, por suerte en todos lados puedes encontrar mapas con todo lo que hay que ver. Por si no conoceis la isla, Madeira es asà (cortesÃa de MichelÃn, mis mapas de toda la vida):
Nosotros estábamos al sur, en Funchal. El centro es el paseo marÃtimo y otra calle paralela llena de cafés y tiendas. Para recorrer la ciudad tienes varias opciones: ir a pie, poco recomendable porque hay cuestas por todos lados, ir en autobús, en taxi o alquilar un coche. Todo dependerá del plan y de dónde estés alojado. De mi hotel al paseo marÃtimo era un paseito, pero la zona con los mejores hoteles se llama el Lido (eso que véis abajo) y está situada en la esquina izquierda de Funchal, a media hora andando del paseo marÃtimo. Si estás alojado allà y quieres moverte bastante a horas variadas, lo de alquilar un coche puede ser mas recomendable.
Como veréis, aquà construyen a saco hasta en la puntita del acantilado. Sin embargo Madeira está muy bien conservada, en las ciudades son un poco brutos urbanizando pero fuera son bastante mas cuidadosos. Bien, ¿qué hacer para recorrer la isla? O alquilas un coche y la ves por tu cuenta, o contratas excursiones y te llevan en autobuses con guÃa. En los hoteles hay unas carpetas con todas las excursiones posibles y en el paseo marÃtimo de Funchal varias casetas donde también puedes contratar entretenimientos variados. Una excursión de un dÃa entero incluyendo la comida pueden ser unos 30-40 euros por persona. Al final optamos por contratar dos excursiones de dÃa completo (una al este, otra al oeste), una de medio dÃa al Curral das Freiras, la obligatoria visita al teleférico del jardÃn botánico y una salida en catamarán a ver delfines. El resto de dÃas para recorrer Funchal, ir a nuestra bola o quedarnos en la piscina. Playa, lo que es playa, ni nos lo planteamos porque salvo un par, las playas son de arena gruesa como ésta.
Realmente los lugareños con posibles no van a la playa sino a piscinas de mar, clubes privados construidos en la orilla donde por tres euros disfrutan de piscinas de agua salada. Como se puede apreciar, aquà también se aplica aquello de «rocas y cemento, qué buen invento».
Del tiempo ya hablaré otro dÃa, pero lo mismo tenÃamos sol y cielo azul como en esta foto, que aparecÃa la nube baja y toma nublado todo el dÃa como en la segunda. Nos comentaron que no recordaban un agosto con el tiempo tan raro como esa semana que estábamos allÃ. Lo dicho, va a resultar que soy gafe.