Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Paradita de una semana al relato de la visita a la capilla de la virgen del Faro para irnos a otra del mismo gremio. Entre Malpica y el faro de las Sisargas nos encontramos la Ermita de San Adrián. En cuanto veo aviso de una ermita allá me voy, no porque tenga especial interés en ellas, sino porque suelen estar situadas en lugares de especial interés, bien en montes inhóspitos, bien al pie de acantilados, generalmente en sitios con buenas vistas. Esta ermita es chiquitita, estaba cerrada, el parque alrededor hecho una piltrafa pero con una buena vista de Malpica, de la costa y desde donde eché la primera ojeada de mi vida a las Islas Sisargas.

Si colecciono dioptrías y no distingo de buenas a primeras quien es el de la parte superior del monumento, para algo inventaron los zooms y así ya distinguimos. Aquí está, efectivamente, un Jesucristo en lo alto con unas vistas de miedo.

En la base había también otras estatuas y una puerta, que supuse cerrada a cal y canto como suele ser tristemente habitual para que la gente no lo destroce todo.

Pero no. Mientras sacaba la foto vinieron tres excursionistas, que debían ser de la zona a juzgar por la soltura con que abrieron la puerta y se fueron para dentro. ¡Coño! Yo, el rey de «si se puede subir, subimos» con la oportunidad ante mis narices de subir a lo alto de todo. Esto no me lo pierdo.

Llegados al lugar es la típica capilla pequeñita con su puerta metálica tachonada, clara señal de lo hartos que deben estar de los destrozos, y un pirulo gigante con un santo en todo lo alto. Creo que era Jesucristo pero a esta distancia y siendo yo coleccionista de dioptrías, era mucho pedirme hilar tan fino.

Una vista del pirulo. En él se aprecia el santo de arriba, las estatuas que hay casi al pie, la tremenda altura del monumento y lo complicadas que son las fotos a contraluz.

Quien quiera ver la situación real de este conjunto en Google Maps, no tiene mas que marcar aquí.

Hoy, y durante unas semanitas, iré desgranando el relato de parte de una excursión que me sorprendió mucho por lo vivido. Fotos de dos en dos, en ésta se puede ver la génesis del acontecimiento. Mientras circulaba tranquilamente tras haber visitado Corme veo un pirulo en lo alto. Paro, cruzo, foto, observo… pelea entre mi legendaria curiosidad me dice que vaya y mi no menos legendaria pereza que me dice que me relaje. Ganó la primera y allá me voy.

Llego. Esto es lo que es, mirador con capilla en lo alto del monte, el cartel lo atestigua.

La semana que viene, mas.