Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Aquí va una panorámica del pueblo de Camelle, en Coruña, hecha de dos fotos unidas con el Autostitch. Es el típico pueblo pequeñito de la Costa da Morte con sus casitas, puerto, barcas, etc. Pasé por él hace un mes para visitar el museo de Man, el alemán, pero con esto de la acumulación de fotos realmente no sé cuando saldrá publicado. Paciencia, que todo llegará.

Por tales siglas se conoce al «Monte Real Club de Yates de Bayona«, el punto de encuentro para los aficionados de la navegación en las Rías Bajas con el permiso del Real Club Náutico de Sanxenxo y del Real Club Náutico de Vigo. Organizadores de regatas con presencia Real como el Trofeo Príncipe de Asturias, están situados al pie del parador de turismo Conde de Gondomar en pleno paseo marítimo de Bayona. Con razón los alquileres veraniegos aquí valen lo que valen viéndose los yates que se ven.

Esto que véis es el exterior de la Puerta Santa de la Catedral de Santiago, el interior ya apareció por aquí hace año y pico. Mañana día 31 por la tarde se producirá la apertura de ésta puerta, habitualmente tapiada por un muro, para dar comienzo al Año Xacobeo 2010 y a continuación misa con botafumeiro, algo que a la gente le gusta ver cuando visita la catedral. Dentro de unos días cuando pase el mogollón tocará hacer una visita a la zona, sacar un par de cosas que tengo pendientes y ya de paso foto de la puerta santa abierta que por supuesto saldrá aquí publicada.

Recientemente ha reinaugurado el Factory Outlet de Mindelo (Vila do Conde, Portugal) renombrado como «The Style Outlets». Ya hablé de él en su día, ahora es lo mismo en el mismo sitio pero con el doble de tiendas o casi, todavía hay muchos locales con el cartel de «abre en breve».

Eso si, ojito porque es tal la afluencia de público que se montan unos tremendos líos de tráfico en las inmediaciones. Hace unos días intenté ir y tal era la cola para aparcar que acabé dando la vuelta. Esta vez fui temprano y sin problema, pero cuando me quise ir había tal atasco en la entrada que nos acabaron desviando por otra salida.

Bonita y curiosa construcción en una bocacalle de Verín, edificio simil palloza modernizada o también tienda de campaña con base de piedra cuya mision actual es servir como lonja agropecuaria. Porque pudiendo hacer cosas bonitas y curiositas, ya está bien de edificios cuadradotes y sosos.

Damos por concluida la serie de estatuas de la catedral de Salamanca con una cuyo nombre también podría ser el de una película china: el perro que muerde la cola del mono. A veces tengo dudas si realmente estas estatuas significarán algo o le encargaron tal cantidad de ellas al constructor que acabados lo santos y escenas biblicas, llegado un momento ya no sabía qué poner y empezó a desvariar… ahí me pones un bicho comiendo un helado, ahí un muñeco como el chucky de la película y ahí… ahí… venga, un astronauta.

Con el dinero que hizo en México, el Zorro se vino para españa y se dedicó a la construcción. Se sabía qué edificios había hecho porque, en una reminiscencia de tiempos pasados, dejaba su marca en los laterales del edificio, la Z gigante para que se supiera quien había pasado por allí.

Algo raro debo tener en la cabeza, porque fue ver la imagen y ya véis a qué lo asocié directamente. Menos mal que la parienta, que es psicóloga, se ríe con ello y no le busca una oscura interpretación para tal comportamiento en lo mas hondo de mi mente.

Y digo yo, ¿cómo se las arreglan para estar siempre donde mas estorban o, en su defecto, donde más estropeen la foto?

No sé si recordaréis la historia que tenía yo con las botellas de gaseosa y que iba describiendo aquí. Entre vacaciones, viajes, veranito, esguince y demás, desde junio estaba todo parado pero no olvidado. Ayer domingo la pleamar coincidía a una hora decente así que venciendo el aire frío que cortaba hasta la respiración cogí mi segunda botella, alias la fallida, y allá me fui al punto en la desembocadura del Miño desde donde el primer lanzamiento se había convertido en un éxito. Al salir de casa me crucé un gato negro. Mal asunto para la pobre botella. A medio camino, en una rotonda, otro gato negro… ¿a que ésta tampoco lo consigue? Nada mas llegar veo que malos presagios traía también la fuerza de las olas pero aún así, la botella se fue al agua y aquí se ve en el pleno centro de la imagen intentando sobrepasar el oleaje.

Como era de esperar, la botella cosechó su segundo fracaso consecutivo. Primero viento y olas la acercaron a las rocas y finalmente encalló. Sí, sí, así como suena, quedó parada encima de una roca. Por suerte un minuto después fue descabalgada por otra ola y acabó llegando a mis manos en la orilla.

Segundo fallo. ¿Os suena eso de «a grandes males, grandes remedios»? Pues allá nos vamos río arriba al «Ponte da Amizade», el puente que une Goián con Vilanova da Cerveira cruzando el Miño. Este mismo de la foto.

Y allí, desde lo mas alto, desde el centro del río, le dimos pasaporte a la botella. Rapido cogió camino, rápido cogió velocidad, lástima que tamaño microbio no se vea. Si en esta foto a tamaño normal sólo se aprecia un pequeño punto abajo a la izquierda que es la botella camino de la desembocadura, en el tamaño en que se publican me imagino que no se verá nada.

Derivando ligeramente a la izquierda seguía su camino, en esta foto sí que la podéis ver mas cerquita de Vilanova, es ese punto justo encima de la «g» de galiciaenfotos.com. Por no desanimarla no le dijimos que la desembocadura está aproximadamente a unos diez kilómetros del punto donde la tiramos. Esperemos que la corriente del río la ayude un poco, la fuerza del Miño es tremenda y si no se desviara hacia la orilla podría salir perfectamente al océano.

A punto de irnos, otra sorpresa. Ayer ya comenté la de cormoranes que se ven últimamente. ¿Qué apareció? Un cormorán volando. Dio una vuelta alrededor de ese pequeño puntito negro arriba a la derecha que corresponde a la botella, supongo que lo haría intentando discernir si era un pez para finalmente concluir que los peces no llevan una etiqueta de «La casera». Lo único que le faltaba a la pobre botella tras sus dos fracasos es que apareciera un pájaro grandote, la cogiera y se la llevara a su nido. Ya lo decía Murphy: si las cosas pueden ir mal, irán mal y en el peor momento.

Este verano pude ver al lado de la Torre de Hércules una reproducción de la Batalla de Elviña en la que se enfrentaron una recua de soldados franceses contra otros tantos soldados británicos que esperaban para embarcar en Coruña. Durante la reproducción la megafonía nos iba informando sobre cómo se desarrollaba la batalla mientras en el campo un montón de soldados se entretenían pegando tiros, cuando no cañonazos, con armas de la época. Menudo escándalo montaba cada vez que disparaban este juguetito.

Como podéis ver, la batalla fue con todo lujo de detalles en cuestión de armamento, cañones, uniformes, caballos, etc. Una vez finalizada describieron los participantes para hacer los agradecimientos de rigor y es increíble la cantidad de asociaciones que hay para temas relacionados con estos hechos históricos.