Ante una imagen poco interesante, uno suele tratar de cambiar algo para añadirle interés. ¿Una iglesia? Evitar la tÃpica vista frontal, buscar un un punto de vista bajo y usar un objetivo que añada deformación, exagerar el colorido, cualquier cosa para evitar una toma mil veces vista. Es un trabajo creativo, tirado por la curiosidad y que conduce a la parte bonita de la fotografÃa: experimentar, probar, aprender, sorprenderse.
De cada cien fotos, sólo una o dos salen aceptables. Es otra parte del trabajo creativo, la que lleva a la decepción: esto es una porquerÃa, no sé manejar la cámara, no tengo ojo fotográfico, soy un chatarrero, esto no es lo mÃo… amigo, nadie dijo que fuera fácil.