El museo de Man
Escrito por: Jc | Categoría: Coruña | Publicado el: 05-07-2010
Es probable que la mayor parte de las visitas que van a Camelle no lo hacen por ver el pueblo, sino por ver el Museo del Alemán. Por ese nombre se conoce la obra de Man, el alemán de Camelle, que allà vivÃa vestido con un taparrabos asà hiciera sol, lluvia o frÃo, juntando piedras y creando durante cuarenta años obras como las que véis en éstas fotos. Dicen que murió de pena al ver cómo quedaban por culpa del chapapote del Prestige que tiñó de negro la costa gallega.
Desde entonces este entorno va cuesta abajo, podéis leer aquà la historia completa, sin que ninguna administración dé un paso adelante para garantizar su conservación y eso que, independientemente de su valor artÃstico, es algo que atrae gente y aporta riqueza al pueblo.
La desidia, otra costumbre tristemente tan nuestra, que nos lleva a no echar nada de menos hasta que lo perdemos.
Unha pena pero aqui o de sempre, agora teran a excusa de que pola crise non pode destianar cartos o museo de Man, pero polo carallo deixan de gastar eles en inauguracions e chorradas desas.
Saudos
Tal y como está el patio, no creo que puedan asignar diez funcionarios al lugar para su conservación y mantenimiento. El cálculo se ha hecho en base a la norma del 3 por 1 más un jefe, es decir, 3 turnándose por ir al lugar, 6 de bajas variadas y 1 de jefillo del resto quejándose para conseguir más personal.
Sulaco, y de los tres que van, uno currando a medio gas y otros dos mirando, no se vayan a cansar. Como dice Bob, sobran excusas para no destinar dinero a cosas como ésta, antes porque no quisieron, ahora porque la crisis lo tapa todo. Ya veréis como si desaparece acabarán destinando fotos para volver a hacerlo enterito de nuevo.
¡Qué cruz! siempre cargando con el sambenito de maulas, pero bien que reclamais funcionarios cuando quereis/los necesitais. Por ejemplo para la conservación del museo de Man (muy original, por cierto). O cuando llevais a vuestros hijos al colegio. O cuando vais al médico. O cuando os han atracado/robado/agredido/etc. O cuando se os quema la casa, o los montes. Y por ahà seguido. Yo soy empleada pública y bien que trabajo y para mi no hay horas extras, pero si hay que quedarse hasta las 11 de la noche desde por la mañana y sin comer, nos quedamos (repito, sin cobrar horas extras y sin tiempo para salir a comer), como cuando hay detenidos en los juzgados. O por las declaraciones del caso «Carioca» el otro dÃa (preguntadles a los guardias civiles encargados del caso, o a los funcionarios del juzgado correspondiente, juez incluida). A mi si me llaman a las tres de la mañana cuando estoy de guardia, tengo que ir. Y todo por un sueldo corrientito. Funcionarios mileuristas, y menos, los hay a patadas. Por ejemplo, un Guardia civil con 22 años de servicio (o sea, con siete trienios) cobra 1550 €. Claro que otra cosa son los altos cargos, elegidos a dedo por los polÃticos de turno. Lo que no entiendo es porqué, si tan privilegiados nos veis, que tenemos unos sueldos altÃsimos por no dar palo al agua, con trabajo fijo pase lo que pase (el 28% de los empleados públicos son temporales, que lo sepais) no os poneis a preparar oposiciones para conseguir esa canongÃa ¿o es que no os apetece pasar años estudiando duramente con la incertidumbre de si aprobareis o todos esos años los habreis desperdiciado para no conseguir nada? ¿Acaso temeis tener que iros de vuestra casa y de vuestra ciudad sin saber si podreis retornar algún dÃa antes de jubilaros? ¿Quizá os da pereza tener que fichar todos los dÃas a las 7:45 h de la mañana? Ya me explicareis. Una cosa tengo clara, si algún dÃa ponen a alguien que cuide el museo de Man, será un guarda jurado que si llega a mileurista en salario bruto se puede dar con un canto en los dientes.
Hola Mercedes, bienvenida. Vale, acepto que generalizar es injusto, pero por desgracia me toca tratar casi a diario con unos cuantos y el factor común es la desidia, las pocas ganas, la prepotencia, olvidarse que están al servicio de los ciudadanos y depender los trámites del humor con que se hayan levantado. Para no alargarnos evitaremos hablar de la cantidad de ellos que han sido enchufados en ayuntamientos y diputaciones, de los increÃbles horarios de algunos, etc.
Y sobre ponerme a estudiar una oposición, paso. Ni me motiva, ni me interesa el entorno, ni las perspectivas, ni tener que meterse en polÃtica para ascender de cierto nivel, etc.