En casa con la pata quebrada

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 11-04-2009

Hace exactamente un año andaba suelto por Mérida, Cáceres y Trujillo, en mejores circunstancias y mejores condiciones. Este año me quedo en casa a ver si así curo el esguince de tobillo que me tiene a mal traer. Si me voy a cualquier lado me conozco y acabaré metiéndome unas caminatas de cuidado hasta que reviente el pie así que mejor le damos un poquito de descanso, que además es el pie derecho, el de escribir.
A cuenta de la semana santa y las procesiones, decir que aunque yo estas cosas de la religión no me las creo mucho, aplicando el principio de reciprocidad respeto sobremanera y procuro no interferir en todo aquel que sí cree pero me respeta y no me da la tabarra intentando reconvertirme. No creer no quita que visite iglesias o que vea procesiones, porque no dejan de ser un espectáculo. Si te gustan estás de enhorabuena porque por esa zona otra cosa no habrá, pero lo que son procesiones tienes a diario, de día y de noche. Esta fue curiosa, me gusta pasear por la noche y mas si el aire es frío. Un rato antes de las doce vimos que iba mucha gente hacia un lado del pueblo y nos fuimos detrás. Todos esperando en la puerta de una ermita pequeñita hasta que salió el jesucristo éste que veis, con toda la parafernalia de música, velas, silencios y maniobras para sacarlo por una puerta mucho mas chiquitita y mas baja que el propio paso.


Procesión nocturna

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