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Restaurados?Cuándo?.Estuve allí el año pasado visitando a unos amigos de Illa y después de comer nos fuimos a pasear y fotografiar Lindoso.Lo encontré como siempre,bonito y singular.La diferencia con tu foto es que todo estaba segado y en perfecto estado de revista.La gente que había en una taberna cercana era alegre y festeira.Tocaba una acordeón un hombre alto al ritmo de fado,otros le acompañaban con palmas y cantos;un paisano con castañuelas de palo largo marcaba el compás que una vetusta mujer enjuta brincaba con primor y una sonrisa de oreja a oreja.La escena era goyesca,atrevida,suelta,divetida y algo esperpéntica.Sus ropas se zarandeaban con el mismo vértigo que el salto de agua cercano produce al chocar contra las turbinas del embalse.Sus movimientos rodeaban el pequeño espacio de tierra que llenaba sus zapatillas negras de ocres del polvo.Todo fue una parada gustosa mientras la madre de una amiga,ya muy mayor,no dejaba de repetir:.-«Olla a vella,olla a vella ,centella dela,ten o diaño no corpo e móvese coma se non tivera tantos anos.Olla a vella…
Sacaba un pañuelo arrugado de su mandilón y se atusaba sus labios con risas por tan alegre alboroto enxebre.Mi cámara recogió cuánto pudo y en pequeños cortos atemporales fosilicé un instante que jamás regresará y donde se contempla en conserva que el mundo viaja por el espacio a varias velocidades.Esas son las que tan anacrónicamente nos reflejan los diferentes estratos entre las sociedades urbanas y rurales.Me quedo con las segundas y si son lusas mejor.Tienen otro punto de vista en ver la vida sobre la política.Viven en república sin contradiciones ni desapegos con sus semejantes y un fuerte sentido de sus costumbres los une en un conjunto homogeneo y libre.Han demostrado ser capaces de hacerle frente a los levantamientos contra los suyos y deponer las armas en un objetivo común,salir de la miseria y avanzar cuidando su entorno;objetivo conseguido con unas protecciones hacia sus mayores,hacia sus gentes,pueblos,aldeas,naturaleza,sociedad en general capaz de gritar en la canción más triste del mundo que los sentimientos alcanzan a ser como aquellos sus marinos que rodeaban las costas africanas para alcanzar las indias sin singladuras a mar abierto que los perdiese en el horizonte.
Cargado de un material gráfico singular regresamos en el «haiga» y merendamos nuevamente en Illa.La despedida fue emotiva hábida cuenta de que habían pasado ventiocho años desde la última vez que nos habiamos visto en ViJO.Con unas botellas de tinto de cosecha,de aguardiente de sabores ricos en el maletero y una luz solar amarilla tan grata en los árboles ,aún nos pasamos por la piscina termal de Riocaldo a tomar un tonificante relax de minerales epiteliales que nos darían el placer de un breve sueño para soportar el regreso hacia casa.El viaje fue acompañado de una luz amarilla tan agradable e intensa que las cumbres y penedos próximos nos invitaban a ser recorridos en la siguiente visita.
Lo más restaurado que he visto fue el castillo con su museo y lo limpio que estaba todo.
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