Escrito por: Jc | Categoría: Coruña | Publicado el: 17-05-2010
No del coche, sino mÃo. Ya lo habÃa comentado en la visita al Castro de Baroña, nada más llegar cumplimos con la tradición (y si no la hay, la creamos ahora mismo) de tomar la cervecita de rigor disfrutando del sol. Con la cerveza vinieron una tapa de aceitunas y dos de carne guisada. Mientras estábamos a ello vino la camarera con un plato de tortilla para que cogiéramos un trozo ya cortado del tamaño casi de un adoquÃn. Muy rica estaba la tortilla. A los cinco minutos volvió para que cogiéramos otro. Enfrente mÃa una chica daba buena cuenta de un bocadillo de dos cuartas de largo. Salimos de allà alegres por haber cumplido con la tradición y con el buche medio lleno por cuatro duros.
No nos quedamos a comer, pero no me hubiera importado en absoluto porque el menú tenÃa muy buena pinta, con cualquiera de estas sugerencias ya me arreglaba yo de sobra.
Escrito por: Jc | Categoría: Coruña | Publicado el: 29-04-2010
Segunda parada de la excursión dominguera: el Castro de Baroña. Oficialmente fue la tercera, la segunda fue en lo alto de un monte en el culo del mundo al que subà porque habÃa un indicador de un mirador y al final, además de no verse nada de interés, tuve que meterme por una carretera sin asfaltar donde (por vigésima vez) casi me dejo los bajos del coche. Llegados a la entrada del Castro de Baroña hicimos la paradita técnica para repostar cerveza, acompañada de una tapa de tortilla y otra de carne guisada que entraron de miedo a esas horas de la mañana, aprovechando asÃmismo para cambiarle el agua al canario (también conocido como «hacerle una visita al señor Roca»).
Desde donde se aparca hasta el Castro hay que bajar un camino de monte, aproximadamente cinco minutos andando. Para quien no lo sepa, un castro era una aldea de los celtas y hay que reconocer que sabÃan escoger la ubicación de sus poblados. En Baroña, Villa Celta estaba ahà enfrente, justo en esas rocas con vistas al mar y dos playas a la puerta de casa.
Con ese panorama ya era sabido dónde iba a acabar yo… a la derecha, arriba del todo, seguro que desde ahà se sacan las mejores fotos. Por lo menos el plano del castro se veÃa perfectamente.
Si alguien quiere saber más del estos sitios, la amabilidad del señor Google o la señora Wikipedia son infinitas, que a mi pasando de las cien palabras por entrada se me agarrotan los pulgares por el esfuerzo y no hay quien me los asegure en una millonada como al Fernando Alonso.