Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Paseando por Tordesillas me encontré con ésta puerta. Llamé y nadie me contestó. Abrí la puerta y dentro había gente reunida en la semipenumbra. Me miraron de reojo. Saludé. Nadie me contestó. Pregunté quienes eran. Tampoco obtuve respuesta. Qué hacían. Nadie me lo dijo. De pronto se fue la luz y al encenderse de nuevo, un par de segundos después, todos habían desaparecido. Cerré y me fui mirando atrás sorprendido por los acontecimientos.

Nada de lo anterior es cierto, pero teniendo la peña ese nombre ya me diréis si no incita a desvariar un poco.

A veces, pasado un tiempo, me sucede que reviso el archivo fotográfico y encuentro fotos en cuya contemplación me pregunto qué estaría haciendo con la cámara, si la sacaría en serio o en broma, si sería una prueba de algo o si me hallaría en posesión de mis facultades mentales completas, teniendo en cuenta lo ya de por si escasas que eran originariamente. Porque encontrar cosas como estas en medio del archivo no tiene mucho sentido, salvo imprimirla en 240 x 120 cm y presentarla al concurso de Purificación García del año que viene…