En su dÃa ya hubo anticipo de Cudillero, con la foto que saca absolutamente todo el mundo y que viene siendo algo tal que asÃ, escogiendo entre plano un poco mas cerrado como éste o un poco más abierto para que entren las casitas de arriba según el gusto del usuario del dedo que aprieta el obturador de la cámara.
Si os fijáis a la izquierda está lleno de sombrillas. Toda esa zona son restaurantes. No muy baratos, pero sà muy tÃpicos asà en verano llenan una y otra vez. Lo que sà es cierto es que se lo tienen bien montado porque la placita, la tranquilidad, ese mar cercano, todo invita al «ya que estamos aquà aprovechamos para cenar».
Al ver la de gente que habÃa me dio un ataque de los mÃos, esos que cada dÃa tengo mas abandonados y que me llevaban a ir a los mismo sitios que todo el mundo pero volver con fotos distintas a las del resto del personal. ¿Acaso no es eso una escalera? ¿Acaso no tengo una una filia desmedida por las subidas? Pues allá vamos.
Subà primero por unas que se hallan justo enfrente de la plaza de los restaurantes, desde donde puedes pasear entre un montón de casas antiguas colocadas en la ladera del monte y retratar los restaurantes desde lo alto:
A continuación subimos por otras escaleras en la calle «Salsipuedes» (palabrita que es verÃdico) que llevan a un mirador donde las vistas compensan de sobra lo empinado de la subida.
Desde el mirador partÃa una senda que si os fijáis, continua justo enfrente y va a dar a un cilindro de cemento desde el que las vistas deben ser aún mejores, pero tras todo el dÃa pateando Avilés los pies dijeron que ni hablar asà que con las ganas nos quedamos.
Por último, no sólo hay puerto en Cudillero. En la carretera de entrada al pueblo está el impresionante Palacio de Selgas con unos jardines de pelÃcula y un interior que promete aún más, aunque al estar cerrado por obras de rehabilitación de momento nos quedamos con las ganas de visitarlo.