Otra de la Sierra de Cameros
Escrito por: Jc | Categoría: Al este | Publicado el: 01-06-2010
Tras una primera aproximación a los pueblos de la sierra de Cameros, al sur de Logroño, hoy toca una vista de la sierra propiamente dicha. Vamos a ver que explique cómo fue el viaje por esta zona. Visto que allá nos Ãbamos, compré una guÃa de La Rioja y me la fui estudiando en los dÃas previos al viaje. Una vez llegado al destino y alojados en el hotel pude comprobar que la guÃa se habÃa quedado en casa, algo si no habitual, tampoco muy extraño en mi proceder. Se trataba de una señal divina, el cielo me enviaba una indicación para que no hiciera caso a otras opiniones y viera el mundo con mis propios ojos. O eso o que soy un desastrillo, asà que nos quedamos con la primera opción y decidimos descubrir La Rioja sin un plan preconcebido (que remedio). Si, lo sé, podÃamos comprar otra guÃa pero eso duplicar la cantidad de papel utilizada para cada viaje y si todos hiciéramos lo mismo, se cargarÃan el doble de árboles por cada viajero lo cual es impensable de cara a la sostenibilidad de nuestro planeta y para dejarles a vuestros nietos, que yo con los hijos de los vecinos ya voy mas que satisfecho y no aspiro a dejar más huella de mi ADN en este planeta, por lo menos un arbolito vivo y que lo puedan ver en algún sitio además de la wikipedia.
Recordaba haber leÃdo en la guÃa algo positivo de la Sierra de Cameros asà que el último dÃa de nuestra estancia por aquellos lares lo dedicamos a recorrerla. Sales de Logroño por la N111 en dirección Soria (véase Google Maps) y los primeros kilómetros son mas o menos vulgares, campos, chalets, algunos montes a lo lejos. De pronto la montaña ser cierra sobre la carretera y, amigo, la cosa cambia. Me desvié por un camino a la izquierda para poder sacar una panorámica (pinchar en ella con el ratón para verla en grande) de la zona y fijaros qué diferencia con los montes gallegos. De ahà en adelante todo fue sorpresa tras sorpresa que con un poco de paciencia seguiré contando.
La primera fue observar a lo lejos unos alegres pajarillos voladores cuya silueta recordaba de muchas pelÃculas de indios y vaqueros. Buscando, buscando, apareció el posadero donde reposaban a la espera de algún peregrino rezagado al que hincarle el diente.
¿Los reconocéis? ¿Y si los pongo un poquito mas grande?
Me sé de uno que se lo hubiera pasado en grande aquà con la cámara y el 400mm. Pude ver más buitres en media hora que en todos los antros nocturnos de Vigo un sábado por la noche.