Las minas de Fontao

Escrito por: Jc | Categoría: Pontevedra | Publicado el: 30-12-2010

Uno, que no para quieto ni siquiera cuando duerme y de ahí que ande siempre con sueño (palabrita del niño Jesús, que ya he me despertado una vez soñando no con mujeres lascivas y voluptuosas que caían rendidas a mis encantos sino con la lista de los pronombres posesivos alemanes), en cuanto descubre una presa es como un lobo pero en versión vago. Recuerdo que visitando unos amigos en Vilanova de Arosa, mientras esperábamos que las respectivas se acabaran de arreglar (esa maldición que comparte el 99% del personal y que yo llevo con la mejor de mis sonrisas so pena de llevarlo con la mejor de mis sonrisas más un par de collejas), vi un reportaje en la tele sobre las minas de wolframio en Fontao, Vila de Cruces. Tan fascinado me quedé por la historia que hice un esfuerzo por juntar ganas y seis meses después me acerqué hasta la zona para reportajear lo habido y por haber.

En principio iba con la información encontrada en internet sobre los intentos de resucitar la zona, sobre la historia y el estado actual e incluso testimonios de gente que trabajó allí pero, como siempre, una cosa es la idea que llevaba y otra lo que te encuentras. Primero unos carteles que ponen «Labores mineras abandonadas». No diciendo «prohibido el paso» vamos poniéndolo todo más fácil.


Labores mineras abandonadas

Lo segundo que te encuentras al llegar es el poblado, aunque más bien debería llamarle despoblado porque mucha casa y poca gente. Os recomendaría que leyérais éste artículo y éste otro, porque la historia del pueblecito tiene su interés.


Poblado de Fontao

A partir de ahí todo son ruinas y más ruinas. Las minas están totalmente abandonadas, los edificios echados a perder y la maleza amenazando con comérselo todo.


Edificio minero en ruinas

En el interior, los restos que los ladrones de cobre y chatarra han ido dejando. Qué pena, cuánta historia hay aquí y cómo vamos dejando que se pierda.


Interior de una ruina

Así cómo quien no quiere la cosa, aprovechando que nadie me veía, me fui colando por donde podía, fuera (o dentro) de las verjas para echar una ojeada y fotografiar lo que parecían túneles de las minas. En ello estaba cuando apareció una de las dos únicas personas que quedan de la empresa que explotaba las minas y ahora hace las labores de vigilante para evitar que expolien lo poco aún expoliable. Me avisó que no podía pasar al interior de los vallados porque la empresa no puede hacerse responsable de un posible accidente y me preguntó para qué sacaba fotos. Empezamos a conversar, le fui preguntando y me fue contando la historia de las minas, cómo habían sido abandonadas y por líos de concesiones entre la empresa y la Xunta ni se rehabilitaban, ni se vendían, ni de momento se hacía nada de nada. Me explicó que allí había cinco túneles horizontales cada uno a veinticinco metros de profundidad más respecto al túnel anterior, cómo había habido hacía poco un derrumbamiento que casi se come una casa, una hora nos pasamos charlando y porque se tenía que ir a comer, que sino más rato hubiéramos estado hablando. Un millón de gracias he de darle por toda la información que aportó y por su amabilidad.


Agujero de la mina

Al salir del poblado hay otra desviación a mano izquierda que va hacia la mina en sí, la que está al lado del río. Aunque ganas no me faltaban, tras todo lo que me habían dicho antes me pareció un poco jeta de más colarme así que eso se quedará para otro día, a ver cómo hacemos porque ganas de visitarlo no me faltan.


Minas de Fontao

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