Bonito accesorio decorativo el visto por tierras lucenses, engrandece cualquier portal, nos identifica como amigo de los animales, hace sonreir a los niños y ayuda a que la gente se oriente o le indique el camino a los demás, cuando llegues a la casa del zorro giras a la derecha y sigues recto… tengo que buscarme uno de estos para seguir alimentando mi vena kitsch, que la tengo algo olvidada últimamente.
Con el dinero que hizo en México, el Zorro se vino para españa y se dedicó a la construcción. Se sabÃa qué edificios habÃa hecho porque, en una reminiscencia de tiempos pasados, dejaba su marca en los laterales del edificio, la Z gigante para que se supiera quien habÃa pasado por allÃ.
Algo raro debo tener en la cabeza, porque fue ver la imagen y ya véis a qué lo asocié directamente. Menos mal que la parienta, que es psicóloga, se rÃe con ello y no le busca una oscura interpretación para tal comportamiento en lo mas hondo de mi mente.
A veces nada como ir con los ojos abiertos para llevarse sorpresas, como en este caso. Circulando por una carretera cerca de Santa Eulalia de Oscos algo se mueve en el monte, una cola saltando a lo lejos entre la hierba alta. Bajo del coche, saco cámara, venga fotos a ver si se ve algo. ¿Se ve?
¿Qué si se ve? Ampliamos, y… anda, ¡si me esta mirando!
