Si mañana me entero que la Barbie viene de vacaciones a Galicia de incĂłgnito, el primer sitio donde me irĂa a buscar es a la playa de Miño donde hay un par de casitas que ni hechas adrede para ella. Dos igualitas y en rosita discreto para no llamar la atenciĂłn…
Nota: si me leen los dueños de las casas, efectivamente, entre rosa y verde pistacho yo también me quedo con el color rosa.
Esta es la iglesia de San Francisco de Betanzos. Aparentemente no tiene nada especial, salvo que dentro se encuentra el famoso sepulcro de Fernán PĂ©rez de Andrade. Y no es por no explicaros quien es, que si hay que explicarlo se explica, pero desde que existe Google me da una pena tremenda quitaros la ilusiĂłn de ver las 186.000 páginas que podĂ©is consultar…
Ribeira en junio de un verano malo. La playa vacĂa, las calles tranquilas, y yo feliz. Entre andar por el mundo adelante sacando fotos o tomar el sol, pasar calor, aguantar el agua frĂa, los niños tirando arena, el manolo y la juani de turno a berrido limpio, lo tengo muy clarito… viva Groenlandia.
De siempre me han fascinado los cabos de las rĂas altas, Cabo Ortegal, Estaca de Bares, Finisterre, en este caso se puede ver la silueta de cabo Vilán al fondo y en primer plano el farito al lado de la iglesia de MuxĂa, donde está la «pedra de abalar» que ya ni abala ni nada. AĂşn conservo unos cuantos recuerdos de los primeros viajes a esa zona: la tremenda ventolera contra la que casi no se podĂa ni andar en Cabo Ortegal, estar sentado en Camariñas viendo los destellos del faro por la noche, o ir hasta la punta de Estaca de Bares saltando de piedra en piedra. Con quĂ© poco alucinas cuando eres joven y todo está por descubrir…
Un caos de barcas, eso es lo que veĂa en el puerto de Ribeira. Barcas, lĂneas, colores, todos distintos, confusos, ordenados y a la vez desordenados. O lo que es lo mismo, esto.
Pero esta vez mas cerquita que la anterior, para que se pueda apreciar bien la elegancia y lo señorial de los edificios, que aunque hayan mezclado estilos o arquitectura de diferentes épocas, el conjunto sigue siendo una maravilla. Ah, eso de la derecha delante de la sucursal de Caixa Galicia no es un Puppy amorfo a la gallega, aunque tenga asà como un airecillo similar.
Y digo yo que con tanta foto publicada, ya tardaba en ir poniendo algo de lo mas representativo de cada ciudad como por ejemplo los Cantones de La Coruña. No todo van a ser carteles con pifias, fotos de placas, vinos, azulejos, trozos del edificio de Caixa Galicia y demás desvarĂos que acostumbro a poner. Esta es una foto de las tĂpicas, con su paisaje, sus arbolitos, su mar, su barquito, su persona caminando, de esas que le gustarĂa a mi madre. Bueno, en realidad para que le gustara tendrĂa que salir yo en primer plano, porque como ya me tiene dicho alguna vez «si no sales en las fotos… Âżpara quĂ© las sacas?».
En Pontedeume todo tiene que ver con los Andrade. Que si el castillo de los Andrade, que si el sepulcro de uno de los Andrade, que si la torre de los Andrade casi en el centro de la ciudad. Sacada con mi difunta Nikon L15, lástima que ese cielo blanco de tĂpico dĂa de bruma se lo come todo (obsĂ©rvese cĂłmo recurriendo a la socorrida excusa del mal tiempo evitamos reconocer que la foto es una soberana porquerĂa).
De noche, y moviendo la cámara adrede. La gente me miraba raro, ¿quien es el tontolhaba este que sostiene la cámara por encima de la cabeza y saca fotos sin siquiera mirarla? Pues yo, era yo. Pero bueno, hay que experimentar, para eso estamos. Entre sacar siempre las mismas fotos o disfrutar experimentando a ver qué sale, me quedo con lo segundo.
P.D. A mi también me marea.
Otra vez vuelta a las panorámicas, otra vez vuelta a la vista de las ciudades en este caso Pontedeume con su puente, su rĂo Eume, sus casitas, sus barquitas y su famosa torre a mano derecha. Evidentemente, merece la pena pinchar en la imagen para verla completa. Tiene su mĂ©rito la panorámica en que fue hecha a pulso girando la cámara y bueno, se deja ver.
