Algo que me fascina nada mas salir de Galicia es la cantidad de cigüeñas que se pueden ver. Mientras que aquí es un acontecimiento, pasados La Canda y el Padornelo se vuelve algo de lo mas habitual. En Burgos hace un par de años todos los postes de la luz tenían nido, de hecho los postes tienen amarrada una plataforma en la parte superior para facilitar el anidamiento. Ambas fotos fueron hechas en Zamora ciudad, en una se ve a mamá cigüeña alimentando a sus dos pollos ya creciditos.
En esta otra una curiosidad, hay que ver cómo giran el cuello hacia atrás en plan yoga y una vez se levantan, qué ruido hacen entrechocando la parte superior e inferior del pico. Mas o menos como quien golpea dos palos de madera, un ruido que una vez lo has escuchado se vuelve inconfundible.
No son asustadizas, por lo menos conmigo permanecían tranquilas mientras le sacaba fotos, aunque no me quitaban ojo de encima. Nada extraño si contamos que generalmente las retrato mientras están en su nido.
Hace un par de años en Salamanca, Segovia y Ávila aluciné porque aquello estaba lleno de cigüeñas. En las Canarias no las había visto nunca y en Holanda tampoco.
En Mérida, Cáceres o Burgos pasa lo mismo. El año pasado fui por una carretera burgalesa, a la izquierda había campos con torres de cables eléctricos coronada cada una por un nido y a la derecha ruinas de casas bajas, con los tejados llenos de mas y mas nidos. En la ruina de una granja sin techo habían aprovechado todas las columnas para anidar. Era impresionante, incluso tengo alguna foto del sitio. En Galicia estamos como en Holanda, sólo recuerdo haber visto un par. Concretamente, en el tejado de la estación de tren de Monforte.
Una curiosidad lingüística. el verbo que define el sonido que hacen con el pico es «crotorar». Es la típica palabra que te enseñan de pequeña en el cole y que sólo sirve para participar en un blog como este, tan guay
No creas que sólo sirve para este blog, cualquier día alguien lo puede preguntar por un crucigrama jodón y si la sabes te ponen de una tacada al nivel de Real Académico, que siempre hace ilusión la sacrosanta misión de dar lustre y esplendor a nuestra Lengua.