Por tal nombre se conoce a aquellos que emigraban a América, volvÃan con dinero y generalmente revertÃan parte de lo obtenido en beneficio de los lugares donde nacieron. Tal es el caso de Fernando Blanco de Lema, que emigró a Cuba y aunque no llegó a volver, en su testamento dejó una fortuna de la época para la construcción de dos colegios, lo que se hizo a través de una fundación que lleva su nombre. Aquà se puede ver su biografÃa e historia en la página de la fundación.
A dÃa de hoy uno de esos colegios es el Instituto de Educación Secundaria de Cee, en la imagen, con una estatua en memoria de Fernando Blanco sobre un pedestal y la jodÃa sombra del semáforo que no hubo forma de evitar.
He tenido la suerte de conocer a una persona que trabajó aquà hace unos años y la historia del centro es de lo mas interesante. Durante una charla informal me contaron que hasta la guerra civil era un colegio mixto, se le daban clases a niños y niñas y era como una escuela laboral, todos salÃan sabiendo un oficio. Es más, se decÃa que en aquellos tiempo todas las chicas del pueblo sabÃan escribir a máquina o tocar el piano, según sus habilidades.
Me hablaron de aulas grandes, frÃas, sin calefacción, ventanales altos con cristales rotos que no reponÃan por lo exiguo del presupuesto. Un laboratorio de fÃsica con una reproducción a escala de de la máquina de vapor de Watts que funcionaba y otras máquinas antiguas, obsoletas, pero casi piezas de museo. Un laboratorio de ciencias con una gran colección de fósiles, otra de minerales y piedras, otra de conchas, animales disecados. Un piano en la sala de profesores, un contrabajo, violines con uno etiquetado como «Stradivarius» que aseguraban era verdadero (aunque a mi también me cuesta creerlo). Cuadros de Federico de Madrazo, entre ellos alguno que fue restaurado para llevarlo a El Prado y formar parte de la exposición conmemorativa del bicentenario del pintor. Una capilla en marmol blanco donde reposan las cenizas del propio Fernando Blanco, una colección de casullas y otros instrumentos eclesiales, etc. Un jardÃn precioso, lleno de especies exóticas, pero muy mal conservado. Aulas hasta en el desván abuhardillado y la torre donde descansa la maquinaria del reloj permanecÃa cerrada.
Ya véis qué historia. También me dijeron que varias veces se habló de convertirlo en un museo, pero como suele pasar, nada de nada. Una pena.
Bo dÃa. Acabo de ler o teu artigo sobre o Instituto Fernando Blanco de Lema de Cee. O certo é que poderÃa contarche moitas cousas sobre o que significou este Instituto para a vila de Cee e para a súa contorna. Penseo que xa coñeces a páxina da Fundación; nela poderás atopar información detallada.
De todo (ademáis do Stradivarius, que é unha lenda), extrañoume a reflexión final relacionada co museo (HAI UN MUSEO DA FUNDACIÓN DENDE O ANO 2001!!!!), o cal está moi preto do Instituto, na antiga Escola das Nenas, a cal foi edificada sobre o solar da casa natal de Fernando Blanco de Lema. Por suposto, estás invitado a coñecelo. Unha aperta.
Hola DarÃo, bienvenido. Sobre lo del museo, por lo que creà entender cuando me lo contaron se trataba de convertir el instituto entero en un museo, que no parecÃa muy mala idea a juzgar por el contenido. Conozco la fundación, de hecho donde pone «su biografÃa» es un enlace a su página y allà mismo hay otro enlace al museo actual.
Boas JC. Acabo de ler o teu comentario. Realmente nunca oÃra a idea de convertir o Instituto en Museo. Supoño que serÃa unha boa idea, non o dubido, pero de entrada atoparÃamonos con dous problemas: 1º. Ir contra a vontade do fundador que dispuxo que o edificio se destinase ó ensino. De feito asà sigue sendo, posto que na actualidade esta cedido á ConsellerÃa de Educación da Xunta de Galicia. 2º. Se a Fundación tivera que correr cos gastos de mantemento do Instituto, a verdade que serÃa inviable. De feito, manter o Museo que se atopa na antiga Escola das Nenas costa Deus e axuda, e de non ser polo patrocinio do Concello de Cee e de FerroAtlántica, non serÃa posible. Unha aperta. Se precisas calquera couda faimo saber.
Pues ya te digo, precisamente me lo contó una persona que trabajó en ese instituto y dado que no tenÃa motivos para creer que no fuera cierto, asà lo puse. Me imagino que ese tipo de cosas sólo se puede hacer con la axuda de la Xunta, o de otra manera no hay forma de soportar el presupuesto.