Aprovechando unos dÃas libres en agosto nos fuimos a recorrer el norte y asà de paso escapar de la ola de calor que tenÃamos por el sur de Galicia. Recapitulando ahora que ya ha finalizado, no os quejaréis los que os guste la playa porque este verano se ha portado como un campeón, muchos dÃas de sol y calor como no se recordaba. Para los sufridores que no nos gusta el sol, el calor, el verano, la playa, la arena y demás fue otro cantar, pero eso es otra historia.
La idea era establecer la base en Ribadeo y recorrer desde Viveiro hasta Avilés, zona por la que hacÃa tiempo no pasaba y de la que carecÃa de un fondo fotográfico como dios manda. El resultado final del viaje cabrÃa calificarlo de sobresaliente. Un tiempo magnÃfico, calor pero sin agobiar, vimos muchos lugares que no conocÃa o hacÃa mucho que no pasaba, hubo mar, monte, playa, actividades variadas, muy buenas comidas y desconexión total de la vida habitual, que al final es lo que se busca.
Ribadeo como pueblo es relativamente pequeñito, bastante normal, pero con unas cuántas cosas destacables. Lo primero es un edificio en el centro, al lado del Parque de San Francisco, que llama la atención desde lejos por sus formas y desde cerca por su triste abandono, aunque parece que lo están reformando. Se trata de la Torre de los Moreno, construida a principios del siglo XX y diseñado por un discÃpulo de GaudÃ. Vista desde un lado:
Vista desde el otro lado:
Ya veis lo trabajadita que está, de la base a la cúpula. Esa gaviota, aunque lo parezca, no es de piedra y estaba allà de paso.
Caminando, que es como de veras se conocen las ciudades, vas de una sorpresa en otra. En la calle San Roque aparece de pronto un preciosa casa de indianos, elegante y sorprendente en forma y colores. Ay, qué hartón a sacar fotos con lo que me gustan estas cosas.
En cambio bajas al puerto deportivo y mira tú, la modernidad mas moderna hecha ascensor panorámico que te sube a un mirador desde el que ver el puerto, la rÃa, el puente y Castropol justo enfrente. Otra cosa no sé, pero impactante sà que resultaba un rato.
Ah, que conste, la serie dedicada a este recorrido se llama «Por el Cantábrico» pero tuve que echar una ojeada en la wikipedia porque nunca tuve muy claro donde acababa el Atlántico y dónde empezaba el Cantábrico. Para quien tenga la misma duda, el cabo Estaca de Bares ejerce de frontera entre ambos mares.