Leça y Matosinhos (V)
Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 15-05-2010
Una breve ojeadita a la playa entre puertos, faros, paseos marÃtimos, rocas y ermitas nos permite comprobar como la legendaria prosa portuguesa sigue teniendo dignos representantes hasta en las demostraciones de amor de las generaciones mas jóvenes. Empezamos con un simple, franco y directo: «I love you». Obsérvese cómo, fruto del contÃnuo contacto con pelÃculas subtituladas y no mal dobladas a su idioma, los portugueses no tienen recato alguno en expresarse muy dignamente en lenguajes extranjeros, NO COMO OTROS, que como mucho llegarÃan al «T kiero muxo».
Segunda pintada, esta vez en el muro. En el centro un corazón con la leyenda «Quem desiste sao os fracos», los que se rinden son los débiles, más o menos que antes de la quincuagésima negativa aún es posible que caiga en tus brazos. Bonito pensamiento, mucho más que el fino y elegante «Si no kieres tú konmigo, dame el numero de tu ermana questá iwal de wena» más habitual por aquÃ.
A mano izquierda, «Amo-te Cristiana vidinha, eres a mulher da minha vida. Desculpa!!!». Mi primera recomendación a la hora de hacer esta pintada es que resulta fundamental acertar con el nombre de la mujer querida, que poner el de otra por estar pensando en las musarañas con el spray en la mano suele sentar muy mal. Y con ese «Desculpa» podemos entender que a pesar de ser la mujer de su vida, a veces también la hace rabiar.
Por último, a mano derecha encontramos lo mismo pero del sexo contrario. Ella, transformando el muro en multimedia con banda sonora de Rick&Renner (conocidos en su casa a la hora de comer), declara que José Esteves reúne las condiciones para ser el hombre de su vida. Debido a lo asincrónico y misterioso de las pintadas, que no las vemos en el momento de su realización y de las que muchas veces desconocemos datos, origen y motivos, hemos de rellenar la historia con el producto de nuestra imaginación, ignoramos si la pintada derecha hace referencia al hombre de la pintada izquierda o ella, en un afán vengativo sin mesura, pintó la parte derecha como represalia al hecho constitutivo de las disculpas pedidas a la izquierda. La vida y los muros tienen muchos puntos de vista según los ojos que las miren.
Desde aquÃ, nuestras más sinceras felicitaciones a la feliz pareja y que cumplan muchas pintadas más.