Sobrado dos Monxes (IV)
Escrito por: Jc | Categoría: Coruña | Publicado el: 30-08-2010
Entramos en el monasterio, no encontramos a nadie, no nos cruzamos con nadie. Paseamos por el claustro, no encontramos a nadie, no nos cruzamos con nadie. Subà al primer piso para sacar foto de las escaleras y la entrada a la HospederÃa, y milagro, apareció una mujer que me miró como quien ve a un marciano y se metió por la puerta del fondo. A lo mejor contribuyó a su extrañeza que me habÃa ido sin trÃpode asà que apoyé la bolsa en la barandilla, la cámara encima, me agaché, la cogà con cuidado y me quedé quietecito hasta el temporizador de la cámara llegó al final y sacó la foto. Encontrar en una esquina un hombre agachado haciendo equilibrios entre una bolsa, una cámara y la barandilla probablemente no entraba entre aquello que la buena mujer esperaba del dÃa.
Entramos en la iglesia, tampoco apareció nadie. Recorrimos todas las salas y estancias que vimos, sin cruzarnos más que con otra pareja que hacÃa turismo como nosotros. En medio de la iglesia me sorprendió encontrar una reproducción a escala de la catedral de Santiago, que en principio no identificaba pero una vez reconocido, el Obradoiro es inconfundible.
Y asà seguimos el recorrido. La semana que viene, más.
Recuerdo estas imágenes perfectamente
Cuando estuve por esas tierras me informaron del horario para poder escuchas los cantos tipo gregorianos.
La verdad es que fué una experiencia bonita en aquella sala, todo en silencio y con una luz ténue…
Y yo, como siempre, siendo el rey de aparecer a horas raras me quedé sin cantos gregorianos. Algún dÃa tengo que plantearme seriamente lo de planificar los viajes, pero seguro que asà pierden encanto.