Cocina Rural

Escrito por: Jc | Categoría: Al este | Publicado el: 16-04-2010

Y no me refiero a platos de gastronomía campestre, sino que girando una curva en plena sierra de Gredos ahí tenéis lo que aparece, una cocina abandonada en pleno paraje natural por algún desaprensivo. Manda huevos que pasen trabajo para cargarla, transportarla y abandonarla cuando llamando al ayuntamiento o llevándola a un punto limpio seguro que les hubiera sido mas fácil deshacerse de ella, pero nada, algunos empeñados en mantener la tradición de que la basura en el monte no molesta a nadie.


Cocina rural

Lo que dan de sí mil pesetas

Escrito por: Jc | Categoría: Ocio | Publicado el: 09-04-2009

Si tuviera que buscar una característica que me defina, probablemente esa sería la curiosidad. No curiosidad marujona como la de los infraseres que ven «Gran Hermano», ese concepto de televisión que desprecio y que no me hará perder un solo minuto de mi vida, o la de los habitantes del ultramundo capaces de soportar «tertulias» donde seis loros vocean a la vez despellejando a quien sabe qué famosillo de medio pelo. Curiosidad por ver, por experimentar, por aprender. Cada dos por tres estoy metido en un curso de algo, que muchas veces no tiene nada que ver con mi profesión pero siempre me aporta algo nuevo. Procuro ir con los ojos bien abiertos por la calle, veo cosas, me hago preguntas, busco respuestas. Actualmente ya está uno de vuelta de casi todo así que resulta complicado llevarse sorpresas en la vida cotidiana, pero a los veintipocos años cada día era una novedad. Ibas aquí, ibas allá, hacías una cosa, hacías otra, contactabas con muchas cosas, y para contactar con ciertos lujos sin ganarnos una hernia de bolsillo nos juntamos media docena de amigos, poníamos mil pesetas cada mes en un bote y dos veces al año lo vaciábamos para irnos a un restaurante de esos que los precios meten miedo. Siempre pensé que eran comidas «a escape libre», nos dejábamos una pasta en cada visita (estoy hablando de hace unos quince años) pero como ya estaba recaudada y en espera de ser utilizada, nadie tenía el mas mínimo remilgo en pedir lo que apetecía desentendiéndose de importes y remordimientos en el mas puro estilo «carpe diem«. Así fuimos conociendo unos cuantos locales de renombre. La última comida fue una degustación casera, todo el remanente se fue en comprar, probar y disfrutar productos que no componen la dieta habitual del españolito medio: anchoas de Santoña, espárragos gigantes de Navarra, queso en aceite, aceitunas gordales, ventresca de bonito, pan negro alemán, pan de no recuerdo qué con pasas, quesos variados, salmón ahumado, caña de lomo embuchado, jamón de bellota, helados Haagen Dasz, pastelería fina, y para beber las botellas hablan por si solas: Viña Tondonia, Viña Ardanza y Marqués de Riscal de cosechas catalogadas como excelentes, Moet Chandon y Veuve Cliquot para los postres, Cardhu y Havana Club 7 años de sobremesa…


Tentempie

Todo tuvo su momento. Vimos, probamos, aprendimos, no nos ha quedado dentro esa duda sobre cómo será lo del buen comer y evolucionamos un paso adelante dejando atrás esa etapa de la vida. Lo curioso es que a día de hoy me ponen el contenido de la foto a un lado y medio melón maduro en su punto al otro, y me quedo con el melón…

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.Más información sobre las cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies