De nuevo en casa

Escrito por: Jc | Categoría: Ocio | Publicado el: 16-08-2009

Pues si, otra vez en casa tras ocho días que en por circunstancias particulares iban a ser para el relax y descanso y acabaron siendo de mucho, mucho movimiento (de tanto patear, al segundo día tenía una contractura tal en ambos gemelos que caminaba como Chiquito de la calzada). A grosso modo podríamos resumir así estas vacaciones:

  • El aeropuerto de Oporto, impresionante. Grande, bien organizado, un parking de larga estancia donde pagas 32,50 euros por ocho días (a ver si aprende AENA que no todo en este mundo es atracar al viajero), te lo pone facilísimo para viajar. Montones de líneas de bajo coste. Por mi le cambiaría el nombre a la web www.voyporoporto.com a www.solovoyporoporto.com
  • El hotel Four Views Baia de Funchal: muy buenas instalaciones con un verdadero desastre de organización. Como muestra, cuando llegamos no aparecía la reserva de ocho personas y nos tuvieron que mandar a otro lado, la Quintinha de Sao Joao, un hotel de verdad, éste sí que lo recomiendo con los ojos cerrados. Para compensar, en el Four Views nos regalaron la cena todos los días pero nadie se lo dijo al restaurante y todos los días teníamos que pedirles a la gente del restaurante que hablasen con los de recepción. El buffet libre que tenían tampoco era nada muy allá. Si tuviera que escoger entre comer allí todos los días o morirme de hambre, la elección no sería fácil. Dentro de la cafetera debe haber algún bicho muerto porque el café del desayuno puede entrar en el Libro Guinness de los records, categoría los peores cafés del universo.
  • La isla de Madeira: bastante bonita, con playas de arena negra o directamente de piedras, mucho acantilado y mucha montaña. Organizada totalmente de cara al turista.
  • Funchal: típica ciudad portuguesa de aspecto decadente. Al estar situada en la ladera de una montaña que baja hacia el mar tiene miles de cuestas arriba y miles de autobuseros suicidas. Nunca vi tantas cucarachas ni tan grandes como las de Funchal por la noche.
  • El tiempo: Madeira es como Tenerife, buen tiempo al sur gracias a las montañas que lo protegen de las borrascas y clima y paisajes similares a Galicia por el norte, donde llueve mas y existe esa masa de nubes llamada «panza de burro» en otros lares. No sé qué pasó, que salvo un par de días esta semana hizo tiempo revuelto en el sur excepto los días que fuimos al norte, en que el mal tiempo se mantuvo donde tenía que estar. Llegué a pensar que soy gafe para el tiempo, porque vengo aún mas blanco de lo que me fui.
  • La gente: agradable y amable, como suele ser costumbre en Portugal. Como nos dijo el conductor del autobús: a los madeirenses no nos gusta trabajar por la tarde y por la mañana tampoco si no es necesario. Por mala suerte parece ser que todo aquel que nos tenía que resolver algún problema tenía una tara mental que le afectaba al entendimiento y a la capacidad de raciocinio.

¿Conclusión? Me lo pasé como un enano porque iba mentalizado que me lo iba a pasar bien, que nada ni nadie me lo iba a chafar. Ni el hotel, ni el tiempo, ni otros asuntos, ni ná de ná. Vuelvo con mil fotos (incluso de las cucarachas) y mentalmente como nuevo. Vi tantas cosas que me asombraron que sin problema podría estar un año contándolas al ritmo de una diaria. Ahora tocará clasificar todas las fotos e irlas mostrando poco a poco.


Aeropuerto de Oporto

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