Destino Madeira (V): el clima

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 30-10-2009

El clima en Madeira es algo ciertamente curioso, empezando por unas temperaturas que no tienen prácticamente variación entre el día y la noche. Mientras que en Galicia un día de verano podemos tener catorce grados de noche y veintiocho a mediodía, en Madeira tienen veinticuatro de día y veintitrés de noche, aunque si se levanta airecito parecen menos. La isla es muy, muy verde. En el norte tienen agua para dar, tomar y regalar en forma de pozos y fuentes y hace años hicieron conducciones de agua (se llaman levadas, hoy en día reconvertidas en rutas de senderismo) hacia el sur, donde no tenían. Buena temperatura y mucha agua igual a plantas por todos lados, árboles y flores preciosas como esta que veis.


Flor

En el centro de la isla están los montes mas altos que frenan las nubes evitando que pasen al sur. Aquí estábamos en lo alto de la Encumeada (a unos mil metros de altura), se pueden ver las nubes frenadas por la montaña y gracias a eso el sur estaba despejado.


Vienen nubes

De cuando en cuando las nubes pasan al otro lado y teníamos un tremendo cielo cubierto. Los días que estuvimos allí hizo un tiempo bastante raro, sol a primera hora de la mañana y se nublaba a partir de las once, a última hora despejaba otra vez, etc. Una pena para las fotos aunque un alivio para mi, que el calor lo llevo bastante mal.


Cielo cubierto

Esta imagen es parte del paseo marítimo con su playa de piedras y el «Vagrant», un yate que en su día perteneció a los Beatles y ahora está en tierra reconvertido en restaurante.

Destino Madeira (IV): organizarse al llegar

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 23-10-2009

Una vez llegados, aterrizados, alojados y despellejado el hotel, hay que ir pensando en lo que se puede hacer esa semanita. Os aseguro que fui con idea de descansar, piscina, regenerar neuronas y no hacer absolutamente nada, pero es verme en un sitio nuevo, ver paisajes diferentes, empiezo a notar un hormiguillo por dentro y no lo puedo resistir, quiero andar, ver, saltar, subir, aprender, asombrarme… al final pasa lo que pasa, una semana de descanso es una semana tan agotadora como enriquecedora. A ver, organización, lo primero un mapa, por suerte en todos lados puedes encontrar mapas con todo lo que hay que ver. Por si no conoceis la isla, Madeira es así (cortesía de Michelín, mis mapas de toda la vida):


Mapa de Madeira

Nosotros estábamos al sur, en Funchal. El centro es el paseo marítimo y otra calle paralela llena de cafés y tiendas. Para recorrer la ciudad tienes varias opciones: ir a pie, poco recomendable porque hay cuestas por todos lados, ir en autobús, en taxi o alquilar un coche. Todo dependerá del plan y de dónde estés alojado. De mi hotel al paseo marítimo era un paseito, pero la zona con los mejores hoteles se llama el Lido (eso que véis abajo) y está situada en la esquina izquierda de Funchal, a media hora andando del paseo marítimo. Si estás alojado allí y quieres moverte bastante a horas variadas, lo de alquilar un coche puede ser mas recomendable.


Zona del Lido

Como veréis, aquí construyen a saco hasta en la puntita del acantilado. Sin embargo Madeira está muy bien conservada, en las ciudades son un poco brutos urbanizando pero fuera son bastante mas cuidadosos. Bien, ¿qué hacer para recorrer la isla? O alquilas un coche y la ves por tu cuenta, o contratas excursiones y te llevan en autobuses con guía. En los hoteles hay unas carpetas con todas las excursiones posibles y en el paseo marítimo de Funchal varias casetas donde también puedes contratar entretenimientos variados. Una excursión de un día entero incluyendo la comida pueden ser unos 30-40 euros por persona. Al final optamos por contratar dos excursiones de día completo (una al este, otra al oeste), una de medio día al Curral das Freiras, la obligatoria visita al teleférico del jardín botánico y una salida en catamarán a ver delfines. El resto de días para recorrer Funchal, ir a nuestra bola o quedarnos en la piscina. Playa, lo que es playa, ni nos lo planteamos porque salvo un par, las playas son de arena gruesa como ésta.


Playa típica

Realmente los lugareños con posibles no van a la playa sino a piscinas de mar, clubes privados construidos en la orilla donde por tres euros disfrutan de piscinas de agua salada. Como se puede apreciar, aquí también se aplica aquello de «rocas y cemento, qué buen invento».


Piscinas de mar

Del tiempo ya hablaré otro día, pero lo mismo teníamos sol y cielo azul como en esta foto, que aparecía la nube baja y toma nublado todo el día como en la segunda. Nos comentaron que no recordaban un agosto con el tiempo tan raro como esa semana que estábamos allí. Lo dicho, va a resultar que soy gafe.

Qué si, qué si…

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 16-10-2009

…que la instalación eléctrica de los focos para la piscina es como veíais en la entrada anterior, aquí está otro y aún había un tercer foco sostenido de igual forma. Luego pasa lo que pasa y la culpa es siempre del último currito.


Foco en plan casero

Destino Madeira (III): la parte mala del hotel

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 16-10-2009

Ya he contado cuáles eran los aspectos positivos del hotel de Funchal en que estuvimos alojados. La parte mala es que debían haber abierto a toda velocidad para poder aprovechar la temporada de verano porque estaba sin acabar y se le notaba. No sólo en detallitos, sino por alguna terraza cerrada, obreros trabajando en la fachada exterior e incluso alguna instalación eléctrica destinada a iluminar la piscina.


Foco sobre trampolín

Las prisas tampoco son buenas consejeras. Si dejas los tornillos a medio atornillar, los tacos no ejercen su función y al segundo día se puede caer el riel al suelo. En la puerta encontramos el típico cartelito de «no molesten» para colgar fuera junto con otro para encargar el desayuno y ¡caray! uno para solicitar reparaciones en la habitación. Mucho me sorprendió cuando lo vi, aunque a día de hoy lo entiendo perfectamente. Escribí en el cartelito que necesitaba reparación en las cortinas de la habitación, lo colgué en el pomo de la puerta, dos días estuvo allí colocado hasta que finalmente avisé en recepción.


Taco y riel

Alguien debió pedir algo de comer en la habitación y esta bandeja se pasó en el pasillo el día entero, dando un agradable olorcillo alrededor. Que digo yo si no hay nadie del personal que se dé una vuelta de cuando en cuando por el hotel a echar una ojeada… (respuesta: no).


Bandeja en el pasillo

El cuarto de baño tenía tanto diseño, tanto diseño, que en vez de bañera tenía ducha en una esquina con mampara sólo por un lateral. ¿Qué pasaba por el otro lateral, el que quedaba abierto sin mampara ni cortina? Que inundabas el suelo. Una vez acabada la ducha querías las toallas y ¿donde estaban? Colgadas allí, a cinco metros de distancia. Ah, y cosa curiosa, en vez de bidet tienen una especie de ducha de los enanitos al lado del WC cuya función desconozco absolutamente. No sé si su fundamento es para que te sientes y te riegues alegremente tus partes o siguiendo el principio de la media mampara, que te las riegues directamente sin sentarte que el suelo es para mojarlo.


Cuarto de baño

En fin, sus mas y sus menos. Que hubieran abierto a toda prisa no sólo se notaba en las instalaciones, sino también en la atención al público. Nada mas llegar nos dicen que han perdido nuestra reserva y el hotel está completo. Lo mismo para otras ocho personas. Empezamos mal. Nos trasladaron por una noche a un hotel de cinco estrellas situado al lado (la Quintinha de Sao Joao, ese sí es un hotel de verdad). Pataleamos un poco y para compensar nos ofrecieron cenar gratuitamente en el buffet todos los días. La calidad de la cena era escasa y variable, es decir: poca variedad, un día para comer y otro para olvidar. Los desayunos eran mejores salvo por el peor café que he probado en mi vida, es probable que también pudiera ser usado como herbicida, allá donde lo eches seguro que no vuelve a crecer nada.

Resumiendo. Instalaciones sin rematar. Restaurante penoso para un hotel de cuatro estrellas. A los empleados que atendían al público se les notaba poca práctica, como un poco perdidos. Por suerte fui mentalmente convencido que nada ni nadie me iba a chafar las vacaciones y todo me lo tomaba a risa, como una aventura. De no ser así, encontrar el día a día de tus vacaciones plagado de pequeños problemas e inconvenientes no es precisamente lo que más me apetecía. Si no mejoran creo que el «Four Views» acabará llamándose «Four Cats» cuando los únicos huéspedes sean cuatro gatos despistados.

Destino Madeira (II): la parte buena del hotel

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 09-10-2009

Este es el hotel donde nos alojaríamos en Madeira, el Four Views Baia. Anteriormente era el Sao Joao, lo reformaron y abría este año con unas magníficas ofertas supongo que para darse a conocer y atraer gente.


El Hotel

La piscina, de lo mas apetecible y con unas magníficas vistas a Funchal y su bahía. El hotel está muy bien ubicado, bajando esa calle ancha que se ve al fondo llegabas al centro de la ciudad y al paseo marítimo, unos cinco minutos andando. Otros hoteles están en la zona del Lido, mas alejada y aislada, lo que te hace depender totalmente de un medio de transporte para llegar al centro.


La piscina

La habitación bien, decoración moderna, cama amplia y cómoda, un pedazo televisor Samsung LCD de 32″ nuevecito pegado a la pared de enfrente. Aunque no lo usé mucho, siempre indica mejor nivel que los típicos hoteles con una tele de 14″ de padre desconocido atada con correas a un soporte atornillado malamente a la pared y al que el huesped anterior le ha robado las pilas del mando a distancia.


La habitación

Tan moderno, tan moderno que me encontré algo para mi nunca visto en otro hotel: un teléfono IP de Cisco. La releche de modernidad.


El teléfono IP

En cuestión de imagen, muy bien, sin ningún pero. Esto era la parte buena del hotel, en breve seguimos con la parte mala.

Destino Madeira (I): el viaje

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 02-10-2009

Pues nada, enhorabuena, ya que me gusta escribir y en agosto estuve de vacaciones en Madeira no os libra nadie del relato pormenorizado de tal periplo con sus fotos correspondientes. Intentaré resumirlo como buenamente pueda o sepa, pero de los quince o veinte capítulos no os salváis.

Como ya comenté, salimos de Oporto y viajamos con la TAP. Sin exagerar: mil veces mejor que salir de Vigo y viajar con Iberia. El aeropuerto de Oporto ha pegado un cambio tremendo, hace unos ocho o diez años parecía del tercer mundo y le han pegado un repaso tal que ahora es de primerísima línea. Grande, espacioso, tranquilo, bonito, cómodo y con un parking donde puedes dejar el coche ocho días por 32.50 euros (a ver si aprende AENA). La TAP, lo que se espera de una aerolínea: te tratan amablemente, el avión sale con diez minutos de retraso lo que puede ser considerado aceptable y ¡te dan de comer! Salíamos a las 9:50 (hora española), el vuelo duraba 1:35 y nos dieron a cada uno la típica bandejita con bocata chorizo y queso, zumo y un yogur. No es gran cosa, pero sí un detalle que las aerolíneas españolas han olvidado hace tiempo pese a cobrarte más.

En Oporto, niebla. Desde la cristalera del aeropuerto podíamos ver a dos mecánicos revisando las ruedas delanteras del avión. Mal rollo, mal rollo, a ver si vamos a empezar las vacaciones saliendo en las páginas de sucesos de los periódicos.


Mecánicos con la rueda

No eran presagios tranquilizadores, pero fue todo mejorando. Levantó la niebla, los mecánicos se fueron, embarcamos, despegamos, aterrizamos en Madeira, con un tiempo precioso y una tremenda luz que me puso los dientes largos pensando en la de fotos que iba a sacar. Y sí, saqué mil fotos, pero muchas con nubes bajas y cielos blancos porque el tiempo revuelto se vino con nosotros.

El aeropuerto de Madeira es simple, pequeñito, el avión te deja delante de la terminal, bajas y llegas a ella andando. Tres o cuatro cintas transportadoras de maletas, en diez minutos salían las nuestras. Nos esperaba un minibús a la puerta para llevarnos al hotel por una autovía de doble carril, y en el hotel empezaban las aventuras aunque eso se queda para el capítulo segundo.


Llegada con sol

Por cierto, mucho se habla del aeropuerto de Madeira: que si es muy corto, que si acaba en el mar, que si hay unos vientos horribles, que si la gente las pasa canutas… ná de ná. Aterrizar en Vigo sí que me pone nervioso porque te ves encajonado entre montañas casi a la misma altura a la que vuelas, aquí cuando ves la pista pim-pam-pum y hala, aterrizaste. Hombre, curioso, lo que es curioso, el aeropuerto sí que es. Parte está sobre el mar, en un voladizo que se sostiene sobre cientos de pilares. Así mismamente:


Aeropuerto de Madeira

Justo debajo de los pilares aprovecharon, que no están los tiempos para tirar nada, y metieron un área recreativa. Ahí se puede ver un poquito (lo sé, podía verse mas, pero fue sacada desde un autobús por la autovía y no era plan mandar parar al conductor ni bajarme y cruzar, sabiendo cómo se conduce en Portugal).


Columnas del aeropuerto

Poco mas que comentar de la llegada. Ah, si, esa curiosa manía que tiene la gente nada mas aterrizar por levantarse a toda mecha y coger el equipaje de la parte de arriba… por favor, ¿pero a qué vienen esas prisas? Hasta que abran las puertas no se sale, ya me contaréis dónde esta la gracia en pasarse cinco minutos de pie con el equipaje en las manos, todo el mundo haciendo bulto y estorbándose los unos a los otros. Los peores los que lo hacen para salir corriendo a la cinta de los equipajes, cuando todos sabemos que los de las maletas no se dan ninguna prisa y por muy tranquilo que te tomes ir a la terminal siempre vas a llegar antes que ellas…

Días de mucho, vísperas de nada (repito)

Escrito por: Jc | Categoría: Varios | Publicado el: 29-09-2009

Nueve meses atrás comenté que escribir un blog es una vida a rachas, nueve meses después sigo pensando lo mismo. Cada «arrebato creativo» dura unos días y las entradas salen como churros, actualmente hay cien programadas para salir y podría vivir de rentas de aquí a fin de año. Pero como siempre, tras la tempestad neuronal viene la calma chicha y las ideas se esconden en el fondo del cerebro. Habrá que esperar a que vuelvan a florecer solitas. Qué mejor para ilustrar esta entrada que la foto de una planta que vimos en Madeira, preciosa por su forma, sus colores y su agradable olor. Si te gustan las plantas te puedo asegurar que allí lo vas a pasar de miedo porque las hay en abundancia por todos lados.


Flor en Madeira

Dicho lo cual, y apoyado en que hasta mediados del mes de octubre es una época de bastante trabajo, nos volvemos a la cadencia de una foto diaria en vez de las dos habituales. Aunque me conozco y probablemente un día de estos me entren las ganas de nuevo, no me pueda resistir y sigan apareciendo fotos a deshora, qué le vamos a hacer.

Mente sucia

Escrito por: Jc | Categoría: Humor | Publicado el: 15-09-2009

O la tenía el que diseñó el cartel y los mandos para llamar al ascensor del hotel donde nos alojamos en Madeira, o la tengo yo porque aquí veo cosas raras. Convendréis conmigo que la forma y disposición de elementos en el conjunto resultan cuanto menos sospechosos…


Ascensor

La bandera y el picor

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 04-09-2009

Mientras preparo todas las entradas del viaje a Madeira, que espero vayan saliendo a partir de primeros de octubre, voy a ir anticipando alguna para ir haciendo boca. Para empezar, dos elementos distintivos de la isla: la bandera y las playas. La bandera es esa azul y amarilla. Las playas, excepto un par, son todas de «arena gorda» o lo que es lo mismo, pedruscos del quince. Plantar la toalla, tumbarse tranquilamente y estar cómodo es una entelequia dadas las circunstancias.


Bandera de Madeira

Sin embargo lo importante de la foto no resultó ser eso, sino el «macho-man» del fondo. Mientras encuadraba y me preparaba para disparar, comprobaba asombrado por el visor cómo él se dedicaba a rascar el culo con toda la soltura y alegría del mundo, ajeno totalmente a la posibilidad de encontrarse en ese momento reflejado en un sensor fotográfico y estando a punto de ser inmortalizado para la posteridad. Va por usted maestro y al que le pique, que se rasque.


Rascándose el culo

Coral

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 17-08-2009

Esta es una de las cosas mas importantes que hay que saber cuando se va a Madeira: Coral es la cerveza propia de la isla. Se trata de la típica rubia, ligerita, bien fresquita entra que da gusto para combatir el calor y acompañar a la comida. Aquí tenemos la presentación típica en copón de 33cl o rebajada con gaseosa para hacer una clara de las de toda la vida. Ayuda a empezar con buen pie nuestra estancia en la isla.


Cerveza Coral

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