Hala, ahà va, para que recordéis cómo es un dÃa de sol con un precioso cielo azul lleno de nubes, porque llevamos una temporada de lluvia, temporales, cielos encapotados y tormentas que yo casi ni me acuerdo cómo era la sensación del sol en la cara. Sacada desde un mirador en lo alto de un monte que hay en la carretera que une O Rosal con Bayona, que se ve abajo a la izquierda con las Islas Cies justo enfrente.
Cada vez que hago kilómetros y salgo de Galicia hacia Castilla no puedo por menos que sorprenderme con los colores que encuentro, son colores totalmente distintos a los que tenemos por aquÃ, generalmente verdes, el azul del mar y esos cielos azul-grisáceos. Entrando en Zamora la vegetación es verde, pero un verde oscuro mas mustio, mas grisáceo. Un poco mas adelante vemos menos vegetación y mas tierra, mas ocre, el cielo de un azul distinto, mas limpio, moteado por nubes y sin esa bruma blanquecina que tanto odiamos los fotógrafos.
Una de las cosas buenas (seamos positivos) que tiene el fallecimiento del disco duro de un equipo es que por fin aprovechas para hacer eso que llevabas retrasando años (reinstalar Windows) y milagrosamente todo va mucho mas rápido. Por otra parte, reorganizas la información de forma que resulte cuanto menos localizable, reaparecen cosas que ni sabÃas que estaban aquà y en mi caso aparecen fotos que no recordaba. Tanto hablar del mirador del cable en los Picos de Europa y tengo una foto en la que aparece de frente. Concretamente es ese saliente de la roca arriba a la izquierda y se llega en el teleférico del que ya hemos hablado antes. Algo sà que impresiona, ¿verdad?
Otra cosa que resulta inolvidable son las puestas de sol entre nubes. En las montañas no es difÃcil subir por encima de la niebla, atrapada entre valles, y encontrarse con imágenes como ésta (penosa de calidad porque procede de una diapositiva escaneada, pero testimonio gráfico que al fin y al cabo es lo que importa).
Acaba el dÃa desde lo alto de Castro Caldelas, desde el piso de arriba del castillo viendo como el sol desaparece, la luz se va y la bruma se hace sitio entre los montes del horizonte. Qué paaaz, qué tranquilidaaaad, qué frÃÃÃÃÃo hacÃa…
No es la lÃnea del cielo de Nueva York, pero nos puede hacer el apaño. Destaca notablemente, como no podÃa ser de otra forma, el Hotel San MartÃn a la derecha. Y ya lo decÃa en otra foto, esta Nikon D40 cuando pilla un cielo azul saca unos colores de miedo.
Cuando se ve un cielo asà en Ribeira, mejor llévate el paraguas. Las nubes no engañan y a los cinco minutos estábamos corriendo para guarecernos del chaparrón.
Hay dÃas en que el cielo no acompaña para nada al fotógrafo: cielos sin nubes, blanquecinos, grises o mustios. En cambio, otras veces cielo y nubes parecen ayudar a llenar la composición tanto por colorido como por formas como aquà en Corrubedo.
Vista de Valença do Minho desde el club de remo de Tuy, con el puente viejo, muchas nubes y esa luz de atardecer que tanto nos gusta a los fotógrafos por los tonos suaves y dorados que deja. Muy postalera, pero muy agradable de ver.
