Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Años ha, cuando comencé con esto de la fotografía digital, imbuido por el espíritu consumista que pulula por los foros fotográficos me compré cámara, mochila, trípode, objetivos, cada salida fotográfica era un suplicio para la espalda gracias a todo el material que cargaba «por si acaso». No llevarme todo podía ser la causa de perderme «la foto de mi vida» y eso no se podía permitir.
Ya por esa época leía los comentarios de una persona tan conocida como polémica, Ken Rockwell, ingeniero electrónico y fotógrafo, quien sostiene (ni mas ni menos) que la cámara no importa, los megapixeles no importan y cuanto menos lleves, mas disfrutarás de la cámara.
Tengo mis catálogos de fotos distribuidos por años y pude ver cómo cada año desde el 2005 hacía sucesivamente menos fotos que el anterior. Sólo pensar en toda la impedimenta se me quitaban las ganas de salir con la cámara. Hasta el año pasado. Abunda en internet la gente que cambia a modelos mejores y revende su cámara anterior. Cayó la oportunidad de comprarme una Nikon D40 por 150 euros y ni me lo pensé a pesar de tener todo lo demás de Canon. Con la cámara vino el objetivo supercutre salchichero Nikon 18-55 por 50 euros. Un conjuntito tal que este.

Empecé a salir llevando sólo esta cámara y ese objetivo. Volví a pasármelo bien con la cámara, a disfrutar concentrándome en mis fotos, en ver la vida pasar por el visor, en paisajes, movimientos, colores, fondos, texturas… en la fotografía. ¿Qué pierdo una foto porque un pajarito pasó lejos? Da igual, vuelvo a casa con las tarjetas de memoria repletas y una tremenda sensación de haberlo pasado bien con mi afición. Pues si señor don Ken Rockwell, qué razón tenía usted…

De un tiempo aquí, prácticamente todos los objetivos que compro para la cámara procuro que tengan estabilizador de imagen. ¿Y eso qué es? Un sistema integrado en el objetivo (en Canon se llama IS y en Nikon VR, otras marcas como Olympus lo integran directamente en el cuerpo de la cámara) que permite corregir la vibración del pulso en el momento del disparo y evitar que salga movida. Ya había puesto un ejemplo hace tiempo y ahora os dejo otro. Ambas fotos a 105 mm, f8 y 1/50, la primera sin VR y la segunda con el VR activado. Hay un mundo de diferencia entre una y otra.

Sin VR:

Con VR:

Si queréis profundizar en el tema, aquí hay un artículo donde Carlos Ormazábal (responsable de Finicon en España) explica los fundamentos de la estabilización de objetivos mas en profundidad.