Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Este mes de agosto hace un año que tengo la Nikon D40 y sigo bien contento. No es la tope de gama, no es la última, no es lo más de lo más pero me permite sacar fotos, pesa poco y voy sobrado con ella. Cuando me llegó eché la típica ojeada al manual a ver si tenía algo especial y como todas las cámaras mas o menos hacen lo mismo, me dediqué a sacar fotos que es lo propio. Hay una función llamada «compensación de exposición» que uso habitualmente, sirve para modificar el valor de la medición de luz que hace la cámara automáticamente y así obtener fotos mas luminosas o mas oscuras. Prácticamente la única jodienda que le veía a la cámara es que para activar esa función tenía que entrar en el menú, darle a un buen número de teclas y repetir faena para desactivarla. El otro día en Madeira no sé cómo veo el botón al lado del disparador… leches… si tiene el dibujito de la compensación de exposición… ¡si me sirve para cambiarla directamente! Palabrita del niño jesús que no sé cómo he podido ignorar ese botón durante un año. En ocasiones tengo unos lapsus mentales francamente preocupantes.

En esto de la fotografía pasa lo mismo que en el fútbol, ser de Nikon, de Canon o de Olympus parece como ser del Madrid y del Barcelona. En internet notas cómo la gente se vuelve forofa y ni que cobrasen de las marcas, las defienden a muerte, van de foro en foro pregonando las virtudes de su marca y el que usa otra es poco menos que el enemigo. Será cosa de la edad, pero a mi esas cosas me la refanfinflan. Usé Canon, ahora uso Nikon, durante una época usé las dos y me daría exactamente igual usar Olympus. Lo único que valoro son los resultados finales, la comodidad de la cámara, que los objetivos hagan lo que tienen que hacer y el logotipo que ponga encima me da lo mismo mientras no me paguen. Por cierto, una de las cosas que he notado con el cambio a Nikon ha sido que antes conseguía sin problema cielos como este y ahora no, me quedan mas artificiales. Probablemente sea porque no le he cogido del todo el punto al Photoshop, tras cuatro años con la Canon la tenía mas que dominada y la otra aún no.

Traducción de todo el párrafo anterior: señores de Canon, Nikon y Olympus (también me valen Panasonic, Leica, etc), me hallo totalmente dispuesto a ser patrocinado por cualquiera de ustedes así que dense prisa no se les vayan a adelantar.

Tras tanto defender la teoría del cuanto menos lleves, mas disfrutarás de la cámara, voy a tener ocasión de comprobarlo en primera persona porque de ahora en adelante este es todo mi equipo fotográfico: una Nikon D40, un objetivo Nikon 18-105 y un objetivo Nikon 55-200. El resto (la cámara Canon, cuatro objetivos y un flash) se lo he cedido a una amiga que quiere vivir de la fotografía pero sus fondos sólo le llegaban para comprar la mitad del material necesario. Ahora ya tiene todo lo que necesitaba y muchos ánimos para lo que va a intentar. ¿Y yo? Pues nada, como siempre, sobrado de equipamiento para mis fotos domingueras y pensando en dejar el 55-200 en casa por no cargar con él. Los hay que nunca cambiaremos.

Recientemente en un foro de internet me encontré con la oportunidad de comprar un objetivo Nikon 55-200 de segunda mano pero prácticamente nuevo por 90 euritos. Ni me lo pensé, es el complemento ideal para mi Nikon D40. Este es el aparatito.

Abulta poco, no pesa, lo puedo llevar en un bolsillo guardado, si se rompe lloraré poco por él y la calidad es magnífica para lo que costó. Vale, me podréis decir que es poco luminoso, pero si quiero algo mejor ni tendría este tamaño ni este peso ni, por supuesto, este precio. En cuanto a calidad, para lo que hago yo tengo de sobra, aquí tenéis un ejemplo rápido sacado en mi jardín:

Cuando veo alguna oferta de un objetivo de segunda mano que me puede hacer un apaño tardo poco en decidirme. Ojeo en Photozone para ver las características, distorsiones, resolución, si tiene suficiente calidad y/o algún punto débil. En caso satisfactorio compruebo un par de tiendas de internet para cerciorarme que el precio que piden sea ajustado (hay mucho listo que parece olvidar que el material se devalúa con el tiempo y quiere venderlo de segunda mano mas caro que nuevo) y si es así, me lo compro. Todo mi equipo salvo el cuerpo de la primera cámara lo he comprado de la misma forma, aprovechando las ventas de gente con trayectoria y antiguedad en varios foros. Me he ahorrado una pasta y de momento cero problemas.

De un tiempo aquí, prácticamente todos los objetivos que compro para la cámara procuro que tengan estabilizador de imagen. ¿Y eso qué es? Un sistema integrado en el objetivo (en Canon se llama IS y en Nikon VR, otras marcas como Olympus lo integran directamente en el cuerpo de la cámara) que permite corregir la vibración del pulso en el momento del disparo y evitar que salga movida. Ya había puesto un ejemplo hace tiempo y ahora os dejo otro. Ambas fotos a 105 mm, f8 y 1/50, la primera sin VR y la segunda con el VR activado. Hay un mundo de diferencia entre una y otra.

Sin VR:

Con VR:

Si queréis profundizar en el tema, aquí hay un artículo donde Carlos Ormazábal (responsable de Finicon en España) explica los fundamentos de la estabilización de objetivos mas en profundidad.

Chiste típico de Arévalo (aquel que salía en la tele haciendo el gangoso). Va un tontito a comprar un helado:

– ¿Me da un helado?

– ¿De qué lo quieres?

– Da igual, se me va a caer…

Pues a mi me pasa lo mismo, pero con las cámaras compactas. Primero fue la L11 y ahora la L15. Hay lunes que mejor sería no levantarse. Al coger cámara se engancha la correa en la esquina de la mesa, cae al suelo, objetivo torcido y pantalla trasera rota. Dos meses y 634 fotos me ha durado.

Y lo que es peor, como me compre otra, soy capaz de romperla también. Lo siento Chus, soy un desastrillo…

Interrumpimos el ritmo normal de artículos publicados para despedir a una amiga que acaba de decirnos adiós. Se trata de la pequeña de la casa, una Nikon L11, que tras un desgraciado accidente se le ha quedado el objetivo ligeramente flácido:

Con ella salieron unas cuantas de las fotos que veis aquí publicadas. Para lo que costó tenía buena calidad de imagen, era ligera, manejable y fácil de utilizar. Sólo seis meses pero ya se sabe como son estas cosas, cuesta mas arreglarlas que comprar una nueva. Ha sido sustituida por una flamante Nikon L15 de megapantallón y estabilizador de imagen, una muestra de la generosidad de una gran persona. Muchas gracias, Chus.