Segunda visita al Zé María

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 02-01-2010

Recientemente hubo una segunda visita al restaurante Zé María de Valença do Minho. La primera ya fue descrita aquí mismo y podría ser calificada de impresionante. Esta segunda visita no se ha quedado atrás. Menú: primero entrantes, luego bacalao para la parienta y posta de novilho (solomillo) para mi. Esto que véis era media ración de bacalao.


Media de bacalao

El solomillo eran cuatro trozos grandes de carne en una teja caliente, junto con un cuenco de arroz, una fuente de patatas panadera y otra de ensalada. Aparte traen una salsa picante que no es que sea picante, es que podría ser de destrucción masiva. Mirad qué cosas hay en medio de la salsa:


Salsa de destrucción masiva

Como a mi me gusta la mezclé con la carne y el arroz, madrecita mía, me ardía la boca. Venga a beber Mateus para que me dejara de picar, menuda forma más tonta de pillar una moña. Finalizamos como está mandado, con postre, cafés, y a caminar un buen rato por el pueblo se ha dicho, que si me paran ahora y me hacen un control de alcoholemia entre el Mateus y los efluvios de la salsa asesina le reviento todos los sensores al alcoholímetro.

Visita al Zé María

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 11-11-2009

Para celebrar la entrada número mil, que cualquier excusa es buena para darse un homenaje, decidimos hacerle una visita al tan comentado como recomendado restaurante «Zé María» de Valença do Minho. Lo primero es que acostumbrado a restaurantes en la planta baja se me hacía un poco raro verlo en el segundo piso, pero bueno, que todos los problemas sean esos. O bien se puede subir por las escaleras, por esa entrada de la derecha, o usar el ascensor que hay en la parte izquierda. Una vez arriba descubres una de las ventajas de estar en el segundo piso: las vistas.


Restaurante Zé María

Y esto ya son palabras mayores, el tremendo perolo de arroz de mariscos que nos zampamos. Dos cuartas de ancho y seis platos, seis, salen de una ración para dos personas. Arroz recién hecho con trozo de buey de mar, ocho langostinos, dos cigalas, mejillones, calamares y zamburiñas. Verdaderamente espectacular.


Arroz de mariscos

Aquí el Mateus Rosé, compañero de toda la vida y de tantas comilonas al sur del Miño. Proveedor de alegría sin fín e inmejorable acompañante para el arroz. Espléndido servicio por parte del camarero que además de atendernos con prontitud no hizo falta recordarles que este vino quiere frío, de motu propio trajo la cubitera llena de hielo picado una vez nos servimos la primera copa. Pequeños detalles que te indican que quien te sirve sabe lo que hace y no es el sobrino del dueño que se gana unos euros ayudando en el restaurante los fines de semana.


Viva la pepa

Para finalizar, con la cuenta nos trajeron un cuestionario para valorar el servicio de cocina, bar, atención y camarero u otras observaciones. Impresionante, aún estoy por ver lo mismo en algún restaurante español.


ISO 9000 y pico

Además del arroz de marisco se veían pasar raciones espectaculares de bacalao, e incluso algo similar al cocido, razones mas que suficientes para una segunda visita. Los precios nada exagerados para el tamaño de los platos: entrantes, arroz de marisco para dos, mateus rosé, un postre y dos cafés, cuarenta euros. ¿Recomendable? Sin la menor duda. Un sitio para recordar y tener bien presente.

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