Para celebrar la entrada número mil, que cualquier excusa es buena para darse un homenaje, decidimos hacerle una visita al tan comentado como recomendado restaurante «Zé MarÃa» de Valença do Minho. Lo primero es que acostumbrado a restaurantes en la planta baja se me hacÃa un poco raro verlo en el segundo piso, pero bueno, que todos los problemas sean esos. O bien se puede subir por las escaleras, por esa entrada de la derecha, o usar el ascensor que hay en la parte izquierda. Una vez arriba descubres una de las ventajas de estar en el segundo piso: las vistas.
Y esto ya son palabras mayores, el tremendo perolo de arroz de mariscos que nos zampamos. Dos cuartas de ancho y seis platos, seis, salen de una ración para dos personas. Arroz recién hecho con trozo de buey de mar, ocho langostinos, dos cigalas, mejillones, calamares y zamburiñas. Verdaderamente espectacular.
Aquà el Mateus Rosé, compañero de toda la vida y de tantas comilonas al sur del Miño. Proveedor de alegrÃa sin fÃn e inmejorable acompañante para el arroz. Espléndido servicio por parte del camarero que además de atendernos con prontitud no hizo falta recordarles que este vino quiere frÃo, de motu propio trajo la cubitera llena de hielo picado una vez nos servimos la primera copa. Pequeños detalles que te indican que quien te sirve sabe lo que hace y no es el sobrino del dueño que se gana unos euros ayudando en el restaurante los fines de semana.
Para finalizar, con la cuenta nos trajeron un cuestionario para valorar el servicio de cocina, bar, atención y camarero u otras observaciones. Impresionante, aún estoy por ver lo mismo en algún restaurante español.
Además del arroz de marisco se veÃan pasar raciones espectaculares de bacalao, e incluso algo similar al cocido, razones mas que suficientes para una segunda visita. Los precios nada exagerados para el tamaño de los platos: entrantes, arroz de marisco para dos, mateus rosé, un postre y dos cafés, cuarenta euros. ¿Recomendable? Sin la menor duda. Un sitio para recordar y tener bien presente.