En busca del temporal

Escrito por: Jc | Categoría: Humor | Publicado el: 03-10-2010

Pues efectivamente, ayer tras la enésima comilona en el Ze María nos fuimos a la busca del temporal, pero menos mal que no apareció porque con las pocas ganas que había de cualquier actividad que exigiera un funcionamiento de la neurona atontada por el Mateus Rosé si tengo que ponerme a sacarle fotos a las vacas volando o a las olas subiéndose por los muros del puerto es que me da algo, así que os dejo para ilustrar la entrada un par de imágenes sacadas evidentemente antes de pasar por el Ze María. La primera es un cartel anunciando una fiesta que no sé qué será, pero da para pensar muchas cosas o incluso continuar con la saga «Mente sucia«…


Cartel de la fiesta

El otro está cerquita del anterior, ¿recordáis la época en que se llevaba el ‘s al final de los nombres y no había recato alguno en llamarle «Manolo’s» a un local? Pues aquí lo mismo, pero con «Arquitecto’s»… madre mía, madre mía…


Arquitecto's

Menuda fama nos echan

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Humor | Publicado el: 30-09-2010

Ya veis, Valença do Minho, tienda de textiles llamada «Casa gallega» y fijaros qué toallas venden. O de tías en posiciones mas o menos provocativas, o de hojas de marihuana. Menuda pinta que nos deben haber visto, oiga.


Toallas en Valença

El caso es que vender se deben vender, porque sino las quitarían o pondrían de otro tipo…

Domingo aburrido

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 28-06-2010

Ese típico domingo mustio, que no sabes qué hacer ni se te ocurre nada mejor, cien mil vigueses de los trescientos mil que componen su población se vuelven para sus pueblitos de Orense donde están empadronados para pagar menos impuestos (eso que yo pensaba era un tópico muy extendido hasta que vino un cliente a preguntarnos cómo empadronarse en casa de su abuela de Orense), cien mil vigueses quedan en casa viendo la televisión y otros cien mil se van a la fortaleza de Valença do Minho, intentando, por supuesto, los cien mil aparcar dentro de la fortaleza porque dos cosas que distinguen a un vigués es que siempre va en coche a todos lados y aparca siempre a la puerta, aunque sea estorbando al resto del universo «porque sólo es un momentito». Evidentemente domingo, mucha gente y tiendas genera un paisaje así en todas las calles de Valença.


Domingo en Valença

Ya puestos, la gente de Tuy podría preguntarse porque el casco antiguo de su ciudad es igualito al de Valença y mientras éste está de bote en bote y sus negocios florecen, el otro da mas pena que otra cosa.

Arriesgando la chapa (II)

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur | Publicado el: 11-04-2010

Hace tiempo hice una entrada referente a Toledo que se llamaba «Arriesgando la chapa» en la que hacía referencia a la estrechez de las callejuelas y el riesgo que suponía para la integridad de los vehículos. Cachis la mar, y todo este tiempo sin decir nada de las puertas de entrada o salida de Valença do Minho, que no se quedan atrás en lo que a riesgo se refiere. Cuántos espejos retrovisores se habrán quedado en el camino.


Salida de Valença

Segunda visita al Zé María

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 02-01-2010

Recientemente hubo una segunda visita al restaurante Zé María de Valença do Minho. La primera ya fue descrita aquí mismo y podría ser calificada de impresionante. Esta segunda visita no se ha quedado atrás. Menú: primero entrantes, luego bacalao para la parienta y posta de novilho (solomillo) para mi. Esto que véis era media ración de bacalao.


Media de bacalao

El solomillo eran cuatro trozos grandes de carne en una teja caliente, junto con un cuenco de arroz, una fuente de patatas panadera y otra de ensalada. Aparte traen una salsa picante que no es que sea picante, es que podría ser de destrucción masiva. Mirad qué cosas hay en medio de la salsa:


Salsa de destrucción masiva

Como a mi me gusta la mezclé con la carne y el arroz, madrecita mía, me ardía la boca. Venga a beber Mateus para que me dejara de picar, menuda forma más tonta de pillar una moña. Finalizamos como está mandado, con postre, cafés, y a caminar un buen rato por el pueblo se ha dicho, que si me paran ahora y me hacen un control de alcoholemia entre el Mateus y los efluvios de la salsa asesina le reviento todos los sensores al alcoholímetro.

Visita al Zé María

Escrito por: Jc | Categoría: Al sur, Ocio | Publicado el: 11-11-2009

Para celebrar la entrada número mil, que cualquier excusa es buena para darse un homenaje, decidimos hacerle una visita al tan comentado como recomendado restaurante «Zé María» de Valença do Minho. Lo primero es que acostumbrado a restaurantes en la planta baja se me hacía un poco raro verlo en el segundo piso, pero bueno, que todos los problemas sean esos. O bien se puede subir por las escaleras, por esa entrada de la derecha, o usar el ascensor que hay en la parte izquierda. Una vez arriba descubres una de las ventajas de estar en el segundo piso: las vistas.


Restaurante Zé María

Y esto ya son palabras mayores, el tremendo perolo de arroz de mariscos que nos zampamos. Dos cuartas de ancho y seis platos, seis, salen de una ración para dos personas. Arroz recién hecho con trozo de buey de mar, ocho langostinos, dos cigalas, mejillones, calamares y zamburiñas. Verdaderamente espectacular.


Arroz de mariscos

Aquí el Mateus Rosé, compañero de toda la vida y de tantas comilonas al sur del Miño. Proveedor de alegría sin fín e inmejorable acompañante para el arroz. Espléndido servicio por parte del camarero que además de atendernos con prontitud no hizo falta recordarles que este vino quiere frío, de motu propio trajo la cubitera llena de hielo picado una vez nos servimos la primera copa. Pequeños detalles que te indican que quien te sirve sabe lo que hace y no es el sobrino del dueño que se gana unos euros ayudando en el restaurante los fines de semana.


Viva la pepa

Para finalizar, con la cuenta nos trajeron un cuestionario para valorar el servicio de cocina, bar, atención y camarero u otras observaciones. Impresionante, aún estoy por ver lo mismo en algún restaurante español.


ISO 9000 y pico

Además del arroz de marisco se veían pasar raciones espectaculares de bacalao, e incluso algo similar al cocido, razones mas que suficientes para una segunda visita. Los precios nada exagerados para el tamaño de los platos: entrantes, arroz de marisco para dos, mateus rosé, un postre y dos cafés, cuarenta euros. ¿Recomendable? Sin la menor duda. Un sitio para recordar y tener bien presente.

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