Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

El pasado fin de semana largo, con el lunes festivo, se hartó de llover durante el sábado y domingo. Para el lunes Meteogalicia anunciaba una clara mejoría, con sol y alguna nubecilla por la mañana, y sol con alguna nubecilla más grande por la tarde. Visto el panorama cogimos los bártulos y salimos pitando hacia una zona que prometía bastante: la carretera que parte de la OU-536 en Laboreiro hacia Montederramo y Chandrexa de Queixa, todo monte, bosque, pueblos, prados y un embalse, muy poco tráfico y facilidad para parar donde se te antoje para sacar fotos. Desde luego, nunca escarmentaré con lo de hacerle caso a Meteogalicia. Otra vez me la jugaron. En todo el día no vimos ni remotamente la luz del sol. Salimos con unas nubes de lo mas denso, oscuro y feo. Pasando Orense empezó la poalla. A mediodía ya hacía un frío humedo horroroso (como esperábamos sol, fuimos con vestimenta normal y pasamos un frío pelón que ni os cuento). Por la tarde el «sol y nubes» era más o menos así…

En la carretera de Chandrexa de Queixa a Trives pasamos por la desviación a Manzaneda y mira, vamos a ver cómo está la estación de esquí que hace tiempo no me paso. Cuatro graditos, cuatro, en el exterior y mira tú, pudimos ver la primera nieve del invierno junto con un charco helado. He aquí la prueba fehaciente del acontecimiento.

De aquí a que empiecen las nevadas hay un pasito, me imagino que cuando empiecen, los de Meteogalicia darán también sol por la zona. Tengo que apuntarme el recorrido para repetirlo otro día no muy lejano en que haga sol de verdad, porque esa carretera merece la pena y más ahora que está en plena llegada del otoño, con sus arbolitos dejando caer las hojas en la carretera para sacar fotos como ésta.

En los alrededores del embalse de Chandrexa de Queixa teníamos ya abundancia de esos colores que tanto nos gustan, muchos verdes, amarillos, ocres, rojizos, ya digo, esto con sol tiene que ser una fiesta para un fotógrafo. Con nubes, niebla, poalla y frío, casi que no.

Qué tendrá la niebla, basta que suba a lo alto para sacar un plano general de un valle que enseguida aparece para chafarme las intenciones por mucho que Meteogalicia haya previsto la presencia del anticiclón de las Azores en las cercanías y el meteosat muestre la nube mas cercana a muchas leguas de distancia.

No digamos nada si además intento acercarme a base de teleobjetivo, porque cuanto más amplío, más se nota el efecto. Y no es que me desagraden las fotos de los campos entre la niebla, pero puestos a escoger nada como el verdor de la hierba al sol del mediodía invernal, la fuerza del colorido hace que prácticamente cualquier foto sea llamativa. Menos mal, porque si dependiera sólo de mis mañas como fotógrafo sería mejor rebautizar el blog como «un dolor de ojos cada día».

Del pasado fin de semana he sacado tres conclusiones. La primera es que menudas ganas había de sol y calorcito, fue asomar las orejas con veinte grados en el exterior y hasta se siente uno revivir tras los meses de hibernación mental. La segunda que lo de sin rumbo, destino ni horarios sigue totalmente vigente, a principio de semana tenía pensado un destino, el sabado cambió al conocer la lotería la previsión de Meteogalicia, y según fueron apareciendo cosas interesantes acabó saliendo otro recorrido diferente. Por último, recordar que por muchas rotondas horribles que hayas visto siempre puede aparecer una nueva intentando romper todos los récords. Esto es lo que encontramos a la entrada de Povoa de Lanhoso, Portugal.

Una tremenda rotonda llena no de pepitas, sino de pepotas de oro con forma de mina marítima y tamaños variados a la que la foto no hace honor en su plena fealdad, que una cosa es verla en fotos y otra muy distinta sufrirla en vivo.

Nuevo fin de semana viajero, esta vez por los alrededores de La Coruña, con tiempo ligeramente nublado según Meteogalicia y lluvioso según la realidad. Otro hartón de kilómetros para hincharme a sacar fotos, la primera es la postal típica de Caión, ese pequeño pueblito marinero unos kilómetros al oeste de Coruña ciudad. Como veis está situado aprovechando un pequeño saliente. No es grande, tiene el puerto, tres o cuatro restaurantes, una iglesia, una playa, un paseo que rodea la península, un palacio en la plaza principal hecho polvo actualmente en rehabilitación y creo que no me dejo nada. Ah, si, la cueva de los neumáticos…

Por supuesto todo eso irá saliendo aquí, mas tarde que temprano, pero irá saliendo.

Desde que vi una entrada de Merce sobre el Aquis Querquennis, la lista de destinos a visitar se incrementó en uno más. Este sábado pasado, aprovechando que el único sitio donde Meteogalicia daba tiempo medianamente decente por la mañana y por la tarde era Bande y alrededores, allá nos fuimos con intenciones de verlo. Oficialmente, debería ser algo como ésto:

Si me tiro el pegote igual os tragábais que me había dado una vuelta en helicóptero por la zona, cuando en realidad es la foto muy apañadita de un cartel del Centro de Interpretación de las ruinas romanas. El problema fue cuando salimos afuera y nos encontramos ésto otro.

Lo malo de estar situado a la orilla de un embalse es que cuando llueve mucho aumenta el nivel de agua y queda sumergido, ni se puede visitar, ni acercarse. Así que ya sabéis, si queréis verlo, mejor en julio y agosto. Si no, en vez de pasear por las calles de un antiguo campamento romano, os quedaréis con éste recuerdo…

El pasado fin de semana fue también de muchos kilómetros. Emprendimos camino sin rumbo, sin prisas y sin horario como es habitual, e hicimos paradas en Monforte, Becerreá y Balboa, en las entrada de los Ancares. La idea era no quedarse a la entrada sino continuar y hacer un recorrido por varios pueblos de montaña pero tal fue la sorpresa que nos llevamos en Balboa que allí nos quedamos hasta que anocheció. Un poquito antes, a pesar de saber que había un toro de Osborne en Becerreá ni se me acordó hasta que de pronto, en dirección al enlace con la A-6, apareció sin avisar allá en todo lo alto. Como está mandado paré, unas cuántas fotos y anotación correspondiente en el blog. Ahora ya sólo me falta el de Betanzos y tenemos completa la colección.

Fin de semana muy completito, sorprendente y lleno de fotos, del que pronto habrá más noticias aquí. La única pega fue la porquería de tiempo meteorológico. Señores de Meteogalicia, donde ustedes daban claros y nubes, eran nubes bajas y lluvia fina, que no es lo mismo. A ver si afinamos más, que sin sol las fotos desmerecen.

Ya tenemos envases voluntarios para partir en la sacrosanta misión de explorar el mundo allende los mares portando un mensaje de buena voluntad. De plástico duro y forma achaparrada reúnen las mejores condiciones para coronar con éxito su misión soportando vientos y olas, sol y lluvia, hambre y desánimo. Aquí están, Maria Emilia Gaseosa, Maria Laura Gaseosa y Maria Eugenia Gaseosa, las trillizas. No cantan, ni falta que les hace.

¿Cuál es el siguiente paso? Redactar el mensaje, traducirlo por si acaso el receptor está peleado con el castellano, y escoger el mejor momento para el lanzamiento. Usando el sentido común me imagino que será una vez empiece la bajamar, de modo que la retirada de la marea asegure seis horas de alejamiento de la costa. A revisar la tabla de mareas de Meteogalicia para ir escogiendo el día del primer despegue. Seguimos progresando en el empeño, que no es poco.