Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Alguna vez me habían comentado que en algunas obras para evitar robos contrataban a algún gitano para protegerlas. Por cierto, si eres de los que no puedes leer la palabra gitano y necesitas ver «persona de etnia gitana», avisarte que te has equivocado de blog porque aquí los gitanos son gitanos, los negros son negros y yo soy calvo, feo y últimamente cojo, no alopécico, riquiño y de movilidad reducida. Volviendo al tema de las obras, siempre habían sido comentarios pero nunca tuve constancia hasta visitar una urbanización a la salida de Ribeira en que además de la protección, el vigilante se hace publicidad. Cuidadito, que estas casas están protegidas por «Jelo el vigilante las 24 horas».

Este cartel está en Pontevedra, cerca de la plaza de Galicia. No sé cuántos años tendrá pero seguro que unos cuántos, porque a día de hoy ni los mas viejos del lugar recordarán cuándo fue la última alarma aérea en esa ciudad. Pena no saber la marca de la pintura porque dentro de poco tocará pegarle un repasillo a mi casa y usando la misma que el cartel seguro que pintas una vez cada cincuenta años. Seguramente ni la fabriquen ya, o los distribuidores de pinturas iban a pasarse la vida contando gamusinos.

Curioso cartel visto en Villagarcía, en el escenario para actuaciones que hay en La Marina de cara a las fiestas de San Roque. Como aprovechar de forma ingeniosa una marca consolidada para hacerle propaganda a las fiestas del pueblo y que a todo el mundo le suene conocido a primera vista.

A finales de mayo hice un recorrido por la península del Barbanza, por la ría de Muros y Finisterre. Cada lunes durante unas semanas irá cayendo una foto de esa excursión ordenadas secuencialmente. Para empezar, la rotonda donde acaba la vía rápida del Barbanza que llega hasta Ribeira. Si antes había mostrado las rotondas de Albufeira y avisaba que aquí somos mas dados a las rotondas con carro y barquita, aquí rotonda con carro por un lado…

…y barquita por el otro. Porque digo yo que lo malo de innovar es tener que pensar, que es muy cansado y es preferible mas de lo mismo que aunque a la gente le aburra, es aburrimiento de casa y de toda confianza.

Hacía tiempo que no me quedaba pasmado delante de un escaparate, hoy me pasó. Iba caminando tranquilamente por la calle, echando una ojeada a los comercios cuando de pronto se me apareció esto… el caballófono. Quedé como tocado por el rayo: sin habla y poco menos que sin respiración, los ojos como platos, el móvil temblando en la mano para sacar la foto correspondiente. Qué finura, qué obra de arte, qué delicadeza en la señorial mirada del caballo con el auricular en forma de pezuña doble sobre su cabeza, magnífica la tecnología marcadora mediante un disco dorado, ¿quién no se ha imaginado alguna vez feliz poseedor de una pieza similar para engrandecer la decoración del salón? ¿Quién no se ha imaginado las caras de envidia de todos aquellos que nos visiten?

JC en estos momentos está disfrutando de lo lindo mientras escucha esto:

Y se está bebiendo esto:

Manda huevos, en vez de estar viendo al Gayoso en la TVG y bebiendo un tinto de Barrantes…

Seguimos con la colección de azulejos horrorosos. Otro nuevo ejemplo también en A Guarda, un verdadero filón para este tema. En vivo es imposible ver fijamente la casa mas de medio minuto sin marearse.

Poner, ponía «Punto de pan caliente» hasta que apareció uno de estos artistas de lo ajeno para explorar todas las nuevas posibilidades del cartel y hala, a disfrutar se ha dicho con su obra.

Si alguno queréis uno, ya sabéis donde llamar. Al autor del cartel, hacerle notar que esos ojos azules radiactivos le dan aspecto de los gatitos de la niña del exorcista, a veces mejor cuidar un poco la foto que luego no colocamos los gatos y no sabemos porqué. Y a vosotros, sólo recordaros que ser supersticioso trae mala suerte.

Actualmente el edificio de Caixanova en Vigo está en reformas, con dos laterales cubiertos por estas «telas» que ponen en las obras. Cada vez que le paso por delante no puedo dejar de imaginarme que las telas son unas velas, y el edificio cualquier día levará anclas echando a rodar por Vigo adelante, justo como pasaba en el que para mi es el mejor corto de Monty Phyton «The Crimson Permanent Assurance». Si queréis verlo, en Youtube está la parte 1 y la parte 2. Es en inglés, aunque el meollo de la cuestión se entiende perfectamente. Todo empieza en el minuto 2 cuando despiden a uno de los empleados.

Por suerte en Caixanova los empleados viven bastante mejor y los jefes son un pelín distintos a los que salen en el corto, será por eso que el edificio no echa a andar nunca.