De ciudad y de literatura, de plazas del corregidor y relatos de Blanco Amor. Un servidor, que es curioso por naturaleza, confiesa disfruta cuando los ayuntamientos van dejando pistas, indicadores, azulejos como este en la pared.
Sana envidia siento de aquellos que vean este azulejo sobre la una de la tarde, porque estará en plena calle de vinos y tapas justo a la hora que mejor entran.
Que levante la mano quien haya recorrido la famosa calle «El Paseo» de Orense y no haya visto esta obra de Ramón Conde, autor de otras estatuas como el monumento al trabajo (los pescadores de la Gran VÃa de Vigo). Para las acémilas pardas que la usaron como soporte para pegatinas, diez collejas eran pocas.
Casi en el centro de Orense tenemos los jardines de las Burgas con sus fuentes de agua calentita, creo recordar que salÃa a casi 70ºC. En el medio está la Burga de abajo, una pedazo fuente de estilo neoclásico. Subiendo un poquito mas, la Burga de arriba que viene siento también una fuente pero bastante mas cutrecilla y un par de estatuas modernas. Lo mejor de todo, ésto en uno de los jardines.
Siguiendo la carretera antigua que sale de Orense camino de Os Peares, esa que tiene el rÃo a la derecha, diez kilómetros (de curvas) mas adelante hay un curioso pueblito llamado Barra de Miño que no tiene nada, salvo un par de chiringuitos en la orilla del rÃo en los que se tiene que estar de miedo esas noches veraniegas de calor en Orense.
También pude apreciar un sistema puntero en protección de altavoces. IncreÃble la adaptación al medio del hostelero ibérico que le lleva a suplir con un derroche de ingenio las posibles carencias materiales.
No es la lÃnea del cielo de Nueva York, pero nos puede hacer el apaño. Destaca notablemente, como no podÃa ser de otra forma, el Hotel San MartÃn a la derecha. Y ya lo decÃa en otra foto, esta Nikon D40 cuando pilla un cielo azul saca unos colores de miedo.
¿Que la gente no llega al grifo? No problem. Tubo XXL y la gente ya llega al grifo. No es muy estético, pero bueno, como se dice en el gremio «cumple las especificaciones requeridas» y da servicio al público en general que al final es lo que cuenta.
Innovar es diferenciarse, esforzarse en buscar algo distinto, original. La innovación suele ser a veces polémica y asà se puede llegar a cuestiones como esta:
Que es lo que pasa cuando a uno se le da por innovar con el culo y se le antoja meter un edificio con la fachada llena de cajas de ascensor transparentes justo en medio del casco viejo de una ciudad como Orense. Vamos, tanto cuento con el feismo arquitectónico, tanta historia con los cascos viejos y donde menos te lo esperas te crece un adefesio…
Para mi otro de los iconos de Orense. Construido en 1968 y remodelado en 2005, creo que para muchos es inconfundible esa silueta en pleno centro junto al parque de San Lázaro y el paseo. Otro dÃa que me pille con mas ganas comentamos algo sobre los chalecos de los camareros a juego con los manteles, que tiene delito la cosa…
Los milarios romanos eran puntos de señalización, mas o menos el equivalente a los mojones de la carretera (esos pitotes blancos con la parte de arriba pintada de rojo que ponÃan el nombre de la carretera y el punto kilométrico). Casi saliendo de la provincia de Orense hacia la Peneda Gerés portuguesa nos encontramos estos dos con su plaquita correspondiente:
Hay que ver qué buen castellano escribÃan ya los romanos por aquellas épocas, se ve que eran hombres estudiados. Para quien quiera saber algo mas de los miliarios, hay un documento muy explicativo aquÃ. Y para mas información sobre la parte portuguesa del parque natural de la Peneda Gerés, marque usted aquà y sus deseos se verán cumplidos, excepto el de acertar la LoterÃa Primitiva que para eso estoy yo delante.
.
Nota disculpatoria: lo siento, pero me he confundido de fotografÃa. Estos no son los miliarios de la Peneda Gerés, sino los que están al lado del RÃo Bibei, saliendo de Puebla de Trives en dirección a La Rua.
Nada mejor para celebrar un dÃa 13, aunque sea miércoles, que un problema con el servidor de internet y quedarme con las ganas de publicar mi entrada diaria. Durante dÃa y medio no fueron accesibles los blogs instalados en este servidor, dicen la causa fue un ataque DDOS masivo aunque a mi eso me suena a excusa barata, ¿todos los blogs desactivados por un ataque DDOS? ¿Y eso qué es? ¿Un ataque de dedos? ¿Un ataque de dos (si aún fueran tres o cuatro, pase)? ¿Un ataque de tos?
Dejemos el tema, vamos a lo nuestro. ¿Qué pongo hoy? Dos fotos del Castro de Lás, en Orense. De lo poco que recuerdo es haber ido en coche, haber aparecido sin querer y no saber cómo volver. Desde abajo se veÃa bastante normalito, una loma con unas piedras en lo alto:
Pero amigo, cuando nos acercamos, la cosa cambia y mucho. Esto era una señora urbanización, aquà debÃa vivir El Pocero en versión celta porque menuda cantidad de adosados habÃan hecho. Grandes, pequeños, de dos habitaciones, tres, en plena sierra, aire puro, tranquilidad, urbanización privada, plaza de garaje para uno o dos caballos, bodega y charcapiscina comunal cuando llueve. De fábula para la época. No me extraña que vinieran los romanos a Galicia viendo las maravillas que se construÃan por aquÃ.
