Tras haber comido y recargado pilas aquÃ, nunca mejor dicho, encaminamos nuestros pasos hacia la Playa de las Catedrales para ver la romerÃa, que aunque no esté formalmente constituida, basta que un dÃa en plena bajamar alguien diga que ha visto una mancha con forma de Jesucristo en uno de los arcos de la roca y ya la tenemos liada. Para los que no la hayáis visitado, la Playa de las Catedrales es muy chiquitita con la marea alta, pero según va bajando y puedes caminar por la orilla, va dejando al descubierto arcos de piedra con forma de contrafuertes de catedral, de ahà el nombre.
Los pobres que trabajan como salvavidas ponen una señal de prohibido el paso al final de donde se puede pasar con seguridad, conforme baja la marea la van desplazando un poquito más allá, otro poquito, etc. La mayor parte del tiempo lo pasan pegando pitidos para que retrocedan los que son sordos, se hacen el sordo o son idiotas directamente e ignoran la señal. Con marea alta hay relativamente poca gente, pero conforme empieza a bajar aparece una marabunta que se aburre esperando a que lo salvavidas dejen pasar asà que se suben a todo lo que encuentran. Por ejemplo, a los arcos de piedra. Pero no sólo gente joven, se ven niños y abuelas ejerciendo de cabra montés sin hacerse el mas mÃnimo rasguño. En cambio yo el año pasado piso un poquito de lado una piedra y me gano un esguince. Si hubiera justicia en el mundo ésto no podÃa pasar.
Una vez que la marea ha bajado lo suficiente llegas a los últimos arcos, que son éstos. ¿Qué dice usted de marabunta, oiga, si ahà no se ve nadie?
No, ahà no, pero si retrocedes unos pasos ni os cuento lo que habÃa. Cienes y cienes de personas humanas esperando su turno para sacar una foto como la de arriba unos, como la de arriba con parienta otros. Llegará el dÃa que pongan un chisme de esos de dar número como en los supermercados.
Y seguÃa llegando gente, más y más, venga personal hasta los últimos arcos. Y venga gente con trÃpodes, y venga uno con dos cámaras panorámicas, señoras, señores, niñas, niños, abuelos, abuelas, altos, bajos, gordos, delgados, de todo habÃa allÃ.
Por supuesto también habÃa seres con deficiencias cognoscitivas o escasa capacidad lectora, porque ni fueron capaces de descifrar la señal, ni entender su significado, ni leer las letras. Qué mas da que ponga que no te puedes bañar… si hay agua y hace calor sà que puedes, hombre.