Galiciaenfotos.comSin rumbo. Sin prisas. Sin horarios.

Ribeira en junio de un verano malo. La playa vacía, las calles tranquilas, y yo feliz. Entre andar por el mundo adelante sacando fotos o tomar el sol, pasar calor, aguantar el agua fría, los niños tirando arena, el manolo y la juani de turno a berrido limpio, lo tengo muy clarito… viva Groenlandia.

Viva la pepa, viva la comida y viva el ácido úrico, si por algo se conoce a Galicia es por el marisco. Aquí se pueden comer gambas, bogavante, centolla, buey, langostinos, cigalas, nécoras y un sinfin de animalicos más. Siempre que hablo de este tema me viene a la cabeza la misma duda: ¿quien sería el primero al que se le ocurrió coger un bicho de estos, con lo feos que son, y zampárselo?

Eso si, a la hora de comer marisco recordar la regla de oro: sólo en los meses que tengan una R en su nombre.

Algo que me tiene fascinado son las figuras religiosas portuguesas. Haber, las habrá buenas y bonitas, pero parece como si las mas feas fueran saliendo a mi encuentro. Aún recuerdo cuando nos encontramos esto en una visita al Santuario de Fátima:

Si, es moderno, pero muy moderno para mi gusto. A mi me daría mal rollo tener la cabeza cortada de una mula y un buey encima de mi cuna. Pero ¿qué me contáis de la cara del niño jesús?

¿Pero esto es un niño jesús o el famoso dancing baby de youtube? Porque vamos, la cara es igualita. Y ya que hablamos de cara, ¿cómo es posible que le pusieran semejante cara de malo? Si parece que en cualquier momento va a sacar el tirachinas… ¿Y dónde está metido? ¿En un sarcófago cerrado con cinta adhesiva? No sé, tan moderno, tan moderno, va a ser que no.

Sitio curioso, francamente. Playa grande, bonitos edificios, aspecto de ciudad fina de veraneo.  Una especie de Bayona, pero mas limpio, mas fino y mas elegante. Paramos a tomar algo en una terraza situada mas o menos por el medio de la foto, dando a la playa, y al lado se pusieron unos niños a hacer equilibrios y ruido con un monopatín contra las aceras. En dos minutos apareció un policía que les requisó el monopatín y les dejó claro que ni era el día, ni la hora, ni el siglo para hacer el cafre. Vamos, igualito, igualito que aquí, que destrozan el mobiliario urbano y se quedan tan panchos mientras la policía local silba «El puente sobre el río Kwai».

Si juntamos el interior de un monasterio con el Monasterio de Oya lo que obtenemos es una foto del interior del monasterio de Oya. Y cuando se echa una ojeada al interior del Monasterio de Oya se pueden ver cosas como estas, un huevo cósmico en la semipenumbra. Según puedo adivinar debe ser una pila bautismal cubierta por una tapa metálica. Coincidió una iluminación completamente lateral, así tenemos un lado perfectamente iluminado con el otro lado a oscuras. Seguro que si lo intento adrede no me sale.

Hay monumentos y monumentos, los hay horribles, bonitos, modernos, antiguos y también los hay… curiosos (por decir algo). Este situado en el centro de Carballino me dejó descolocado por sus formas, por la realización en cobre, por estar metido en una pequeña fuente y sobre todo por la figura humana situada en la parte de arriba con su palitroque y sus ruedas. Mira, si hasta me parece Cristobal Colón pisando América por primera vez:

Pero no. Fallé por poquito, es el monumento al emigrante. Habrá que creerse que los gallegos emigrábamos con lanza y rueditas…

Ultimamente me da por las fotos de monasterios, que le vamos a hacer. Y aquí tenemos una vista del monasterio de Samos, no la puerta de entrada que es lo mas visto, sino la parte trasera que da a un paseo con río, arbolitos y patito, ideal para el paseíllo dominguero de un jueves. Madre mía, qué complicado resulta juntar letras los lunes para formar palabras y que además tengan sentido…

De siempre me han fascinado los cabos de las rías altas, Cabo Ortegal, Estaca de Bares, Finisterre, en este caso se puede ver la silueta de cabo Vilán al fondo y en primer plano el farito al lado de la iglesia de Muxía, donde está la «pedra de abalar» que ya ni abala ni nada. Aún conservo unos cuantos recuerdos de los primeros viajes a esa zona: la tremenda ventolera contra la que casi no se podía ni andar en Cabo Ortegal, estar sentado en Camariñas viendo los destellos del faro por la noche, o ir hasta la punta de Estaca de Bares saltando de piedra en piedra. Con qué poco alucinas cuando eres joven y todo está por descubrir…

A veces, paseando por Vigo me pregunto si los vigueses pensarán que todo hueco es papelera, porque se encuentra uno restos en los lugares mas inverosímiles. Como estas imágenes podría haber cien mas de porquería en agujeros, repisas, rebordes, esquinas, repechos y todo lugar susceptible de albergar algo inservible para su dueño.

 

Y perdón por lo infame de las fotos, pero fueron sacadas con el móvil y lo único que se pretendía era dejar constancia del acontecimiento.

Efectivamente, las fotos fueron tomadas en Tenerife un 30 de diciembre. Mientras en Galicia estamos papando frío y, como toque año de lluvias, con el musgo subiéndonos por las piernas, miren qué bien se lo pasan otros. Sol, 26ºC y ni una nube en el cielo…