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Para todos aquellos que pasen por León o alrededores hay una visita que merece la pena: las cuevas de Valporquero. Situadas al norte, se pueden visitar casi todo el año, merece la pena ir bien abrigado porque en el interior hay una temperatura constante de 7ºC y una humedad superior al 90%. El recorrido se hace en una hora y poco y es impresionante como podéis apreciar en la foto:

Mas información en esta página, con todo sobre las cuevas y muchas, muchas fotos, o en la página oficial de la cueva.

Antes de nada reconocer que esta foto no es mía, sino de un gran amigo, mejor persona y peor fotógrafo residente en Málaga. A pesar de tener la suerte de su lado y conseguir muy de cuando en cuando alguna imagen agradable para la vista, no podemos olvidar estampas bucólicas como ésta en la que las rocas destacan al atardecer y sobre todo ello, luce clara y rotunda su propia sombra abajo a la derecha. Hemos de agradecer que solo muestre la sombra y no un retrato porque entonces nos costaría varios días volver a conciliar el sueño. También hemos de agradecer que no haya puesto un suelo de losetas para fotografiar las rocas con estilo propio. Juan Luis, ésta va por ti.

Esto es Calpe, esto es el Mediterráneo: sol, playa, agua verde azulada y torres de apartamentos pegados al paseo marítimo. Esta imagen es una panorámica hecha mediante la unión de tres fotos seguidas. Ojo si pincháis en ella con el ratón, tiene unas dimensiones bastante grandes y tarda en cargar, pero merece la pena verla en grande porque se puede apreciar hasta los detalles de las nubes, la Manzanera (esa montaña en el centro llena de chalets), la gente paseando por la arena y hasta el paisano bañándose con un tanga azul.

Un sitio espectacular, la luz de las mañanas le da de pleno y si aún por encima pillamos un cielo con nubecitas, la imagen puede ser una preciosidad como ésta. Y no es porque la haya sacado yo, vamos… aunque algo siempre ayuda.

En pleno Santander, al lado del Sardinero y la Magdalena, encontramos la Playa del Camello. Adivinad porqué se llama así:

Insisto: quien no conozca Santander, que la apunte de primera en la lista de próximos destinos.

La semana pasada hablaba de la playa de Portío y de las rocas que la cierran por la derecha. Aprovecho para mostrarlas, porque una cosa es decirlo y otra muy distinta encontrarse delante de una muralla de roca hecha a base de «láminas» en posición vertical, supongo que un estrato desgastado por la erosión. Aunque no se aprecia bien, esa roca en primer plano tendría unos quince metros de alto. Como para que se suelte una laminita mientras está uno abajo sacando fotos…

En panorámica, como dios manda y para que se pueda apreciar mejor esta playa a escasos kilómetros de Santander. Parece una playa normal pero una vez allí llama la atención por lo encajonada que está a pesar de lo pequeñita que resulta, nada que ver con las playas kilométricas de Galicia como Samil o La Lanzada. Unos estratos la cierran por la izquierda y unas rocas gigantes divididas en cuadraditos la completan por la derecha. Quien tuviera una barquita para recorrer la costa cantábrica sacando fotos y mas fotos.

Conforme uno sale de la comunidad autónoma de Madrid por la A-3 en dirección a Valencia y entra en Cuenca, rápidamente podemos darnos cuenta que el paisaje no se parece mucho a lo que tenemos en Galicia. Mas bien no se parece nada. La tierra ya no es ni marrón ni ocre, sino grisácea. No hay verde, sino un secarral. De no ser por la carretera en primer plano, casi parece un paisaje lunar desértico. El sitio ideal para vivir si te gusta estar solo.

Cuando digo que en Toledo hay muchos coches con los laterales abollados o rascados probablemente penséis que soy un exagerado. Sin embargo, en mi vida vi ciudad con calles tan estrechas donde se permitiera el tráfico libremente ni tantas maniobras arriesgadas para la chapa. ¿Qué no es para tanto? Contárselo al del Ford Fiesta o fijaros cómo están las paredes de la casa en primer plano a la derecha.

Aquí sólo se ve parte del problema, no era nada raro encontrarse al final de la calle con una esquina en ángulo recto igual de estrecha que la calle. Moraleja: si vas a Toledo, que lleve otro el coche o a patear la ciudad.

Estos días atrás, cruzando España de una punta a la otra, aproveché para hacer una paradita en Toledo. Bonita ciudad, gente y edificios estilo castellano, deben plantar japoneses porque estaban por todos lados, muchas cuestas empedradas y callecitas estrechas del casco viejo en las que se permite el tráfico de vehículos, de ahí esa cantidad de coches con los laterales abollados o rascados. Además de las vistas típicas aproveché para practicar un poco las nocturnas. Esta foto, por ejemplo, tiene una exposición de siete segundos. A pesar de no haber casi luz, hasta parece de día. Y aunque no es el estilo de fotografía que mas me gusta suelen quedar de lo mas resultonas.