En tiempo de recesión, a llenar el buche y la vida se ve de otro color. Slogan fácil y mensaje simple que llega a todo el mundo. Visto en un comercio de la calle Mayor.
Perdón por estos tres dÃas de silencio sin contestar comentarios, pero estaba a cuatrocientos kilómetros de casa, desintoxicándome de internet e intoxicándome con cañas, vinos y montones pinchos variados en una ciudad que me encanta: Salamanca. Por supuesto, cumpliendo también con tradiciones varias como pueda ser visitar la famosa rana salmantina.
A partir de mañana a ponerme al dÃa, empezar a preparar fotos del viaje y mostrarlas aquÃ, porque anda que no vi cosas curiosas…
Pasado Madrid, camino del Mediterráneo, la A-3 bordea un montón de pueblos cada uno con su castillito. Grandes, pequeños, enteros, ruinosos, la tónica son las colinas desérticas con su castillito en lo alto. Y para muestra, dos botones, el castillo de Almonacid de Toledo y el de Chinchilla. Son solo dos pero hay muchos mas.
En cambio, aquà gracias a la costumbre adquirida durante las Revueltas Irmandiñas como era tirar los castillos ajenos, nos quedan pocos y contaditos. Qué le vamos a hacer.
Toda la caminata entre montañas que describÃa el otro dÃa tenÃa como finalidad llegar a la Cabaña Verónica, un lugar que cuando lo vi en fotos me dije que ahà tenÃa que llegar yo. Y llegué, aquà está el documento conmemorativo de una época en que por tener, hasta tenÃa pelo:
Quiero aprovechar esta entrada para rendir un homenaje a una gran persona: Mariano, el guarda del refugio durante los últimos 25 años. Una persona que sin cobrar un céntimo por ello cuidaba el refugio, ayudó en rescates, asesoraba al montañero y era un referente en la zona. Hay gente que es asÃ, buena persona por naturaleza. Si queréis conocer mas de su labor, podéis leer éste artÃculo. Dicen que han puesto una placa en la Cabaña Verónica en su honor, esa placa la tengo que ver en persona.
Cada vez que hago kilómetros y salgo de Galicia hacia Castilla no puedo por menos que sorprenderme con los colores que encuentro, son colores totalmente distintos a los que tenemos por aquÃ, generalmente verdes, el azul del mar y esos cielos azul-grisáceos. Entrando en Zamora la vegetación es verde, pero un verde oscuro mas mustio, mas grisáceo. Un poco mas adelante vemos menos vegetación y mas tierra, mas ocre, el cielo de un azul distinto, mas limpio, moteado por nubes y sin esa bruma blanquecina que tanto odiamos los fotógrafos.
No sé si será cosa de Galicia o en general, pero existe un concepto llamado «ser suyo» para describir a ciertas personas que consiste en que esa persona va por libre, a su aire, que está en posesión de uno mismo, que hace lo que le apetece. En la escala de «miismo» siempre fui muy mÃo y si hace unos años se me pasaba por la cabeza irme solito a caminar por una montaña, me iba solito a caminar por una montaña perdida. Por aquà se llegaba al punto donde saqué la foto:
Y por aquà se continuaba hasta el sitio que os mostraré en unos dÃas.
Y se disfrutaba, de veras. Seis horas de caminata por la montaña, yo solo y al sol, sin GPS ni móvil. Hay gente que no llega a entender porqué se hacen estas cosas. Os recomiendo que lo intentéis una vez, os daréis cuénta la cantidad de cosas que pasan por la cabeza, la de tiempo que tienes para pensar, cómo llegas a conocerte y cómo acabas por darte cuenta hasta donde puedes llegar cuando te propones algo.
La visita a Toledo podemos dividirla en tres trozos, la parte nueva que no es nada muy allá, el casco antiguo donde residen todos los monumentos y el rÃo, que hace una curva alrededor de la colina en la que se levanta la parte antigua. Justo enfrente a esa parte está el mirador desde donde saqué las fotos que componen esta panorámica, quizá la vista mas tÃpica y mas repetida de una ciudad bonita y tranquila, con bastante que ver.
Como con las demás panorámicas, pinchar en la foto para disfrutarla en grande y mucho mas detallada. No tiene nada que ver esto que véis arriba y lo que se puede ver a pantalla completa.
Caminando por el casco viejo de Toledo puedes encontrar a veces preciosidades como estas. La entrada de una casa, un recibidor, una verja trabajada al fondo y un patio lleno de plantas y flores con su fuente correspondiente. Ya lo he dicho varias veces pero no me cansaré de repetirlo, merece la pena visitar Toledo. Dentro de unos dÃas pondré una panorámica general y ya me diréis si no estoy en lo cierto.
Estos dÃas atrás leÃamos otra noticia mas sobre el toro de Osborne que queda en Cataluña, algo asà como que le habÃan serrado las patas para que se cayera porque lo consideran un sÃmbolo español, una de esas neuras varias que arrastra la gente con mas tiempo libre que capacidad mental. Pues yo lo digo sin el mas mÃnimo problema, a mi me gusta, me trae buenos recuerdos. Como no tengo ninguno cerca de casa, verlo implicaba que me estaba yendo de vacaciones por eso lo asocio a dÃas de descanso, relax, viajes y descubrimientos.
Este ejemplar en concreto creo que se encontraba en la A-3, pasado Albacete y camino de Madrid.
Mirad que nos han plantado en pleno centro de Vigo (perdón por lo infame de la foto, pero el móvil al mediodÃa no da para mas):
Si señor, al ataque con un par. Oporto, un solo aeropuerto, tiene 56 destinos frente a los 20 que ofertan LOS TRES AEROPUERTOS GALLEGOS JUNTOS. A veces me pregunto si los entes encargados de gestionar los aeropuertos existen para algo, si por gestionar sólo se entiende conseguir que los aviones aterricen y despeguen o si realmente es que no queremos viajar. Sea como sea, el panorama es de tercer mundo total.
