Botellas y telarañas

Escrito por: Jc | Categoría: Al este | Publicado el: 24-12-2010

Lo más impactante de la visita a la bodega del Marqués de Riscal, además, evidentemente, del edificio del hotel, no fueron las bodegas nuevas, tan asépticas ellas, tan automatizadas, sino cuando te meten por la bodega antigua, una especie de cueva llena de polvo y telarañas. Y es que aunque uno parezca muy fino he de reconocer que, efectivamente, soy muy de cueva y telarañas. Fijaros qué aspecto más interesante, quien sabe qué historia guardarán esas botellas.


Bodega Marqués de Riscal

La ventaja de ir con una señorita guía es que, además de no perderme, algo muy habitual en mi y que puede resultar de todo menos agradable en una cueva oscura, te va contando cómo aquí almacenan un lote de botellas de cada añada desde tiempos inmemoriales, así que si se te antojara una botella del año en que naciste, tranquilo, por muy viejo que seas seguro que la tienen. Otra cosa es que te la den o te la vendan, aunque habiendo pasta gansa de por medio me imagino que llegar a un entendimiento es cuestión de precio. Es otra de las desgracias de ser pobre, que te resulta más complicado entenderte con la gente.

Resumiendo, que tienen vino del año la nana, pero cuando quieren abrir una botella la cosa no es tan fácil porque el corcho está hecho una piltrafa y cualquier intento de usar un sacacorchos acabaría con el vino repleto de trocitos corcheros, así que el sistema que emplean es calentar una especie de tenazas al rojo vivo, aplicarlas sobre el cuello de la botella que por estrés térmico (impresionante término que me acabo de inventar) se quiebra limpiamente permitiendo acceder al contenido de la botella limpio de corcho, polvo y paja. Hay que joderse… con lo fácil que sería envasarlo en tetrabrik, que no tiene ninguno de estos problemas y se siguen empeñando en meterlo en botellitas de cristal.


Bodega Marqués de Riscal

Finalmente hacer mención a que la calidad de las fotos podría bordear lo patético-penoso porque la batería de la cámara dijo basta, muy mío eso de olvidarme recargarla de un día para otro, así que hubo que sacarlas con el móvil, y menos mal que está el Aphotoshop para remendarlo, que sino…

La Nasa hecha bodega

Escrito por: Jc | Categoría: Al este | Publicado el: 30-10-2010

Cuando hablamos de una bodega lo que viene a la cabeza es oscuridad, tranquilidad, barriles enormes, telarañas, trabajo artesanal… pues no, en las bodegas modernas se acabó ese concepto. Vayamos cambiando el chip hacia naves industriales, luz, cubas de acero inoxidable tipo silo, salas de control con ordenadores y pantallas donde ver la situación de las cubas. Adiós a la idea romántica de la elaboración del vino, con la pasta que vale el contenido de una de esas cubas llenas de Marques de Riscal se cuida hasta el mas mínimo detallito que pueda estropearlo.


Sala de control de la bodega

Por alusiones

Escrito por: Jc | Categoría: Varios | Publicado el: 06-04-2010

Vistos los comentarios de Chus y Sulaco en entradas anteriores, saco dos fotos por alusiones para ilustrar la respuesta. La primera es el torito de Osborne de Xinzo de Limia el cual tras el paso del Xynthya quedó notablemente perjudicado y con apariencia picassiana, pero luce nuevamente como un campeón. Imagen conmemorativa, por supuesto.


Toro de Osborne

La otra es el hotel de la bodega Marques de Riscal, en Elciego, La Rioja. Simplemente espectacular. Obra de Frank Gehry, autor del Guggenheim y otros cuántos edificios por el estilo, echando una ojeada a las fotos en su página de la wikipedia veréis cómo se nota su mano.


Hotel Marqués de Riscal

Acá y allá

Escrito por: Jc | Categoría: Al este | Publicado el: 04-04-2010

Habréis notado que estos días estaba algo desaparecido, aunque las entradas programadas continuaban saliendo a su propio ritmo. Realmente estaba a setecientos kilómetros de mi residencia habitual. Me había pedido unos días de vacaciones y viendo la pésima previsión del tiempo, ante la perspectiva de prácticamente no poder salir de excursiones por ahí rápidamente se organizó viaje a La Rioja, comunidad autónoma que no conocía y de donde he vuelto agradablemente sorprendido. Logroño bastante bonito, limpio, cómodo, cuidado, con unas zonas de pinchos y vinos que son una verdadera perdición. En los alrededores mucha bodega que visitar, mucho pueblito castellano, mucha naturaleza, en total fueron seis días bien aprovechados y vuelta con las pilas recargadas. Otro montón de fotos para el zurrón que no sé cuándo iré publicando, pero claro, si te encuentras con el hijo del Guggenheim a ver quien es el guapo que se resiste a fotografiarlo desde todos los ángulos posibles…


Bodega Marques de Riscal

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